La Guardia Civil sufrió 84 actos actos hostiles del 19-S al 27-O
El jefe de la policía judicial en Cataluña tilda de "insurreccional" el clima vivido desde finales de septiembre de 2017 y hasta la aplicación del 155
El jefe de la policía judicial en Cataluña, el teniente coronel de la Guardia Civil Daniel Baena, ha calificado de «insurreccional» el clima que se vivió en Cataluña desde los registros del 19 y el 20 de septiembre de 2017 durante su declaración en el Tribunal Supremo.
Baena, que coordinó las investigaciones del juzgado número 13 de Barcelona, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) y la Audiencia Nacional (AN) sobre los planes independentistas, contabilizó los últimos meses de ese año 88 actos en territorio catalán contra la Guardia Civil, 84 de los cuales se produjeron entre el 19-S y el 27-O, cuando se aplicó el artículo 155. De los otros cuatro, dos se produjeron antes de ese periodo y otros dos, tras la intervención de la Generalitat.
La mayoría de esas acciones, 47, fueron escraches a casas cuarteles del instituto armado, donde residen los agentes y sus familias, y en los que se producían concentraciones, insultándonos, impidiendo entradas y salidas y manifestando una actitud hostil hacia la presencia de la Guardia Civil. El resto fueron protestas frente a los alojamientos de los efectivos desplazados a Cataluña o bien a las puertas de los edificios que fueron objeto de inspecciones y registros.
La misma secuencia, aunque con menos intensidad, se repite si nos referimos a actos contra la Policía Nacional: hubo dos antes del 19-S, 23 entre ese día y el 27-O y dos con posterioridad a esta última fecha. En cambio, en el mismo periodo los Mossos d’Esquadra solo fueron objeto de dos protestas.
«Aquello era un polvorín»
Baena situó las dos semanas que transcurrieron del 20-S, día del registro en la sede de Vicepresidencia y Economía de la Gneeralitat, al llamado «paro de país» del 3 de octubre como el período más tenso. «Aquello literalmente era un polvorín. Todos los policías con un mínimo de responsabilidad sabíamos que en esa situación cualquier incidente pequeño podía derivar en una escalada incontrolable», explicó.
Una escalada prevista ya, según contó, en la documentación que le fue incautada al entonces número dos del vicepresidente Oriol Junqueras, el secretario general de Economía y Hacienda Josep Maria Jové. Los papeles, que trazaban planes destinados a culminar la secesión, especificaban que «había que ir aumentando la conflictividad con el Estado».
Baena explicó que, tras el 155, siguió habiendo registros, por ejemplo, a las sedes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, pero ya no estuvieron acompañados de protestas, algo que el testigo atribuyó a dos motivos. Uno, que ya no hubo más convocatorias ni llamamientos a la movilización, y dos, que los mossos montaron dispositivos de seguridad que evitaron incidentes.
Eso sí, eliminados los llamamientos a la movilización de miembros del gobierno catalán o las grandes entidades indepedentistas, ganaron protagonismo los llamados Comités de Defensa de la República. Y, con ellos, otras tácticas. Como los cortes de carreteras o vías ferreas. Antes del 27-O, explicó Baena, hubo pocos. Tras la aplicación del 155, en cambio, la Guardia Civil contabilizó 193.