La Diada flaquea en pleno pulso de la ANC con ERC y JxCat
La alarma crece en la ANC ante una Diada que tiene vacantes en todos los tramos y que hace temer la menor participación en una década
Hace un lustro, la Generalitat de Cataluña cifraba la asistencia a la Diada en casi 2 millones de personas. El departamento de estadística de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) hablaba de una concentración de en torno a un millón de independentistas en el centro de Barcelona, mientras el Gobierno de España la rebajaba a 400.000 personas.
Si algo está asegurado a la luz de cada Diada es la guerra de cifras. Pero también se está haciendo recurrente que haya una guerra de expectativas. Por un lado la Assemblea Nacional Catalana (ANC) augura una participación masiva cada año, pero por otro lado el soberanismo a veces parece que demora mucho la decisión de asistir, poniendo en cuestión la ambición de la entidad separatista.
La ANC, junto con Òmnium Cultural, encaran cada 11 de septiembre con las más altas expectativas. En 2018, la entidad presidida por Elisenda Paluzie afirmó que se habían superado los 440.000 inscritos a la Diada, pero la Guardia Urbana cifró la asistencia en «aproximadamente un millón», y Societat Civil Catalana (SCC) informó de la participación de unas 200.000 personas.
La Diada de la ANC: todos los tramos vacíos
De cara a la celebración del Día de Cataluña de este año, la ANC todavía no ha ofrecido cifras previas ni ha dicho cuántas personas espera que participen en la manifestación independentista, pero su web es poco alentadora a falta de poco más de tres semanas para la cita máxima del soberanismo. El pinchazo previo es peor al registrado en 2018 y se da en un contexto de duros reproches.
El portal para inscribirse en la Diada de 2019, publicado en la web de la ANC, está repleto de verde, el color que indica una baja o nula filiación. Este viernes, ningún tramo de la manifestación (que arrancará en Gran Via de las Cortes Catalanas a la altura de Urquinaona y terminará formando una suerte de estrella alrededor de Plaza Espanya) mostraba otro color que no fuera este.
Así aparecía este viernes el mapa de inscripciones a los tramos de la Diada de 2019 en la web de la ANC
Es decir, que a falta de menos de cuatro semanas para la manifestación todavía no hay ningún tramo con poca inscripción, o con cotas medias o altas, y ni qué decir de los colores que indican la participación plena o casi plena. De mantenerse la matriculación en estos niveles podemos estar a las puertas de una de las peores Diadas de la última década, sino la peor.
En comparación, en 2018, cuando faltaban 10 días para la manifestación, el 87% de los tramos permanecía despejado, pese a que unos días antes Paluzie había afirmado que ya se habían inscrito unas 40.000 personas en la web de la ANC. Un día antes del 11-S, la entidad dijo que había vendido 270.000 camisetas, menos que las 300.000 de 2017.
El pulso «antipartidos» de la ANC tiñe la Diada de tensión
El nuevo «otoño caliente» que prepara la ANC se ha venido cocinando desde el inicio de julio, cuando la entidad anunció que durante esta Diada enseñaría a la población independentista a boicotear a empresas catalanas que mudaron sus sedes fuera de la comunidad –como Caixabank, Naturgy y Banc Sabadell–. El acto era parte de su guerra abierta contra las empresas del IBEX.
Ya a mitad de julio el verano se calentó todavía más, siempre como antesala de un otoño que se anticipa turbio. Entonces, Paluzie reveló su nueva estrategia, que pasa por cambiar de enemigo en la Diada; del Estado español a Junts per Catalunya (JxCat) y Esquerra Republicana (ERC). La negativa de las formaciones independentistas a consumar la independencia les ha convertido en la nueva diana de la ANC.
Coincidió este nuevo «enemigo» con el pacto de JxCat y el PSC en la Diputación de Barcelona, que le valió al partido postconvergente dos manifestaciones convocadas por la entidad. Ya a finales de julio Paluzie decidió cortar definitivamente con los partidos separatistas, privándoles del ingreso a la zona de invitados de la Diada por no cumplir con sus demandas de unilateralidad.
En JxCat hay sectores, principalmente del Pdecat, que ven con recelo a la ANC, pero el pulso alcanzó máximos cuando dos históricos dirigentes de ERC informaron de que no participarían en la Diada de este año, acusando a la organización de entrar en una deriva antipartidos que flaco favor hace a la causa de la unidad independentista.
Hasta el ex president catalán Carles Puigdemont hizo alusión al nuevo enfoque de la ANC en una entrevista unas semanas atrás, en la que dijo que para él sería «preocupante que hubiera una deriva antipolítica» en el entorno independentista. «No nos lo podemos permitir porqué nos necesitamos todos», dijo el líder separatista fugado a Bruselas.
Además de celebrarse como todos los años bajo el reclamo de la autodeterminación, la Diada de este año previsiblemente marcará el comienzo de una nueva temporada de manifestaciones independentistas contra las condenas del juicio del 1-O en el Tribunal Supremo, que se espera que sean públicas en algún momento de octubre, y ante las cuales los líderes soberanistas exigen unidad de acción.