ERC pide respeto a sus socios de JxCat
Esquerra llama a participar en la Diada y replica a los ataques de Bonvehí: "Si nos tratamos con respeto, seremos más fuertes"
ERC no quiere seguir despachando en público sus refriegas con la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y con Junts per Catalunya (JxCat), sus mal avenidos socios en la Generalitat. Pero, eso sí, les pide respeto por sus planteamientos. Especialmente por su apuesta estratégica por ampliar la base independentista, a menudo objeto de ataques en las redes sociales, y que el domingo suscitó un nuevo reproche proveniente esta vez del presidente del Pdecat, David Bonvehí, que acusó a Esquerra de abrazar tesis de la antigua Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). “Si nos tratamos con respeto, seremos más fuertes”, zanjó este lunes la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta.
Los de Oriol Junqueras prefieren cerrar filas con el resto del independentismo para tener la Diada en paz, apelar a la búsqueda de un «mínimo común denominador» que permita consensuar una respuesta unitaria a la sentencia del Tribunal Supremo en la causa del procés y guardar de momento la munición contra los de Quim Torra y Carles Puigdemont. Así que no quieren seguir abundando en los cruces de reproches y abogan por revertir la “dinámica autodestructiva” en la que se han instalado las distintas familias soberanistas.
Todo eso, ya lo plantearon la semana pasada, después de que Torra abogara por la “confrontación democrática” con el Estado. El planteamiento del president, como dejó claro él mismo, suponía una enmienda al de Junqueras según el cual el diálogo es la única vía. “No nos mintamos ni engañemos a nosotros mismos. Descartado un gobierno español que nos considere interlocutores para pactar un referéndum, solo nos queda la confrontación democrática y pacífica”, fueron las palabras de Torra, pronunciadas al día siguiente de que Catalunya Ràdio emitiera la entrevista en la que Junqueras insistía en la idea del diálogo.
En ERC son perfectamente conscientes de que Torra no hacía más que hacer suyas las tesis de Puigdemont, que ya había considerado que un referéndum acordado no es más que “una fantasía”, pero optaron por contemporizar, así que desde entonces, y pese a que no era eso lo que habían dado a entender Torra y Puigdemont, han insistido en considerar que entre la vía del diálogo y la del choque no hay contradicción, sino complementariedad.
ERC pide respeto a Bonvehí
Es lo que Vilalta ya defendió la semana pasada en una conferencia en la Universitat Catalana d’Estiu (UCE), y lo que reiteró este lunes, después de que el domingo hubiera nuevas invectivas contra Esquerra, esta vez provenientes de Bonvehí, que acusó a los de Junqueras de haber abrazado tesis de la antigua Convergència para ocupar el centro político y arrebatar votos a JxCat.
Vilalta dijo no querer replicar al presidente del Pdecat, pero insistió en pedir respeto. Y le lanzó, eso sí, una indirecta envenenada referida a esa reordenación aún no resuelta que el espacio posconvergente debería empezar a clarificar este septiembre. “El país en general y independentismo en particular necesitan que todos los espacios se articulen y se fortalezcan, también el centroderecha independentista”, dijo en referencia a JxCat y el Pdecat, que abominan de esa denominación. “Si todos trabajamos para fortalecer nuestros espacios y la unidad estratégica, seguro que acabamos ganando”.
Esa unidad se ha convertido en el nuevo Santo Grial del independentismo. Ante la dificultad de alcanzarla, ERC aboga por buscar ese “mínimo común denominador” del movimiento. Por ejemplo, de cara a la respueta a la sentencia, por ahora aún no consensuada, y sobre la que Torra prometió dar alguna pista en la conferencia que tiene previsto dar el 5 de septiembre en Madrid.
Es en aras de ese entendimiento de mínimos como Esquerra justifica no tener concreciones sobre cómo debería ser esa “confrontación democrática y pacífica” ahora en boca de todos. En todo caso, la portavoz de los de Junqueras subrayó que, del mismo modo que es compatible con el diálogo, también lo son su apuesta por ganar apoyos y la de mantener la firmeza en su pulso con el Estado. “No se puede ridiculizar la apuesta por sumar fuerzas. ¿Qué proyecto no quiere ser más fuerte y tener cada vez más y más apoyos?”, dijo Vilalta.
Llamadas a la participación en la Diada
De momento, y pese a todas esas compatibilidades, no se atisba más mínimo común denominador que la llamada a la participación en una Diada que el independentismo necesita que sea un éxito para acreditar que su musculatura ciudadana sigue intacto, y que Esquerra aboga ahora porque sea el punto de inflexión para que el soberanismo deje atrás sus «dinámicas autodestructivas». El caso es que el viernes, la ANC advirtió de que el número de inscritos estaba siendo un 25% inferior al del año pasado y desde entonces se han sucedido los llamamientos de los partidos independentistas a acudir a la concentración.
¿Y Josep Huguet y Anna Simó, los dos exconsellers de ERC que anunciaron que no irían en protesta por la beligerancia de la actual cúpula de la Assemblea con los partidos independentistas y muy especialmente con ERC? “Respetamos las opiniones de todos, pero tampoco se puede hacer de la anécdota categoría. Nosotros, como ERC, estaremos [en la Diada] en todas partes, como lo hemos estado siempre”, zanjó Vilalta.