El PSC pasa factura a Torra por su discurso: portazo a sus cuentas
Iceta retira su oferta de negociar los presupuestos de 2020 tras la arenga de Torra abonando el choque y el contencioso de Aragonès contra Sánchez
El PSC cerró este viernes la puerta a negociar los presupuestos de 2020 con el gobierno de la Generalitat, pese a que su líder, Miquel Iceta, se había abierto a esa posibilidad el pasado mes de julio.
El portazo de los socialistas es su reacción a la conferencia del martes en la que el president Quim Torra se alineó con los planteamientos de su antecesor, Carles Puigdemont, dando por imposible una solución dialogada a su pulso con el gobierno español y abogando por la «confrontación» con el Estado.
Pero pesa también el anuncio lanzado el miércoles por el número dos del govern Torra, Pere Aragonès, que avanzó que la semana que viene la Generalitat presentará un contencioso contra el Gobierno por impago. El ejecutivo catalán reclama más de 1.300 millones correspondientes a los anticipos de la recaudación de 2019 fijado por la ley de financiación autonómica y a la devolución del IVA de 2017, y que el gabinete de Pedro Sánchez no ha satisfecho con el argumento, susntentado por la Abogacía del Estado, de que no puede hacerlo por estar en funciones.
«En estos momentos no se dan las condiciones para abrir negociaciones si no hay un cambio de rumbo» por parte de la Generalitat, consideró la portavoz parlamentaria del PSC, Eva Granados. «No queremos negociar con un govern que habla de ruptura democrática y de judicialización con el gobierno del Estado», zanjó en una entrevista en la agencia EFE.
La nueva postura supone un brusco viraje, porque en el último pleno del curso, Iceta tendió la mano al ejecutivo catalán para negociar las cuentas del año que viene para dar estabilidad y rebajar la tensión financiera de la Generalitat, que lleva dos años en prórroga presupuestaria y que a principios de este mes de agosto tuvo ue decretar el cierre de caja y anunció recortes del 6% del gasto público de aquí a final de año.
Las razones del cambio de postura del PSC
Pero desde el ofrecimiento de Iceta «han pasado cosas» que han hecho a los socialistas cambiar de postura, explicó Granados. Para empezar, los controvertidos comentarios de Torra y otros miembros del gobierno catalán dándo pábulo a teorías conspirativas sobre los atentados de Barcelona y Cambrils en 2017. Y, para seguir, la apuesta explicitada por el president por el choque con el Estado. «Tenemos declaraciones conspiranoicas atacando al CNI en contra de la opinión de los Mossos (…) y el discurso hablando de ruptura democrática», dijo la número dos de los socialistas catalanes.
Además, en el seno del PSC tampoco ha sentado bien que Aragonès haya anunciado que llevará a Sánchez a los tribunales y haya llamado a otras comunidades autonómas a seguir su ejemplo. «Es una irresponsabilidad querer judicializar unos anticipos. Me imagino que el señor Aragonès se habrá informado con sus servicios jurídicos y sabrá que un gobierno en funciones no puede aprobar unos presupuetos, que son los que facilitarían la entrega a cuenta».
Por tanto, la condición de los socialistas catalanes para sentarse a discutir los presupuestos es que la Generalitat «rectifique», renunciando a la vía judicial para reclamar el dinero y apostando por el diálogo para buscar soluciones, ese que el líder de ERC, Oriol Junqueras, dijo el lunes que es la única vía, que Torra descartó al día siguiente en aras de la confrontación por considerarlo una vía muerta y que ahora ERC considera compatible con la línea dura planteada por el president.
En todo caso, si en la plaza Sant Jaume se diera ese cambio de rumbo, las cuentas deberían incluir al menos tres aspectos para obtener el aval del PSC: una reforma fiscal para aumentar la progresividad, un plna para blindar servicios públicos básicos y una revisión a la baja de las partidas de gastos relacionados con el procés.