El Gobierno defenderá ahora que ha salvado Cataluña de la bancarrota
Rajoy viajará a Barcelona con el objetivo de centrarse en la economía
La situación política de Cataluña es para el PP un auténtico embrollo. La dirección del PP sabe que un discurso duro, contrario a las tesis de los independentistas, y, en general, severo con las reivindicaciones de la Generalitat, tiene sus adeptos en el resto de España. Pero esa posición deja al partido que lidera Alicia Sánchez-Camacho en una precaria situación. Y más cuando esa aparente dureza, con la consulta del 9N, no se produce.
Rajoy ha acabado por no contentar a nadie, ni a su partido en Cataluña, ni a los suyos en Madrid.
Pero en una situación de clara convulsión política, Rajoy ha decidido “explicarse más” en Cataluña. Y viajará a Barcelona el sábado 29 de noviembre. El PP quiere iniciar un giro, que se centre más en las ayudas económicas que está prestando el Estado a la Generalitat, con el Plan de Liquidez Autonómica (FLA), y deje de lado el ataque a las posiciones soberanistas.
La trampa del bucle del proceso separatista
Hasta el mes de octubre, Cataluña había recibido gracias a ese fondo 6.752 millones, con la previsión de recibir en todo 2014 un total de 7.258 millones para pagar obligaciones fiscales y proveedores. Sin esas aportaciones, que presta el Estado con 1% de interés, la Generalitat no podría funcionar.
Sánchez-Camacho defendió ese cambio este lunes tras el comité de dirección del PP. “No seguiremos cayendo en el Parlament en la trampa del bucle del proceso separatista”, afirmó.
La dirigente popular ya cambió el tono de sus intervenciones en la última sesión de control en la cámara catalana. Sabe que en todas sus alocuciones, el President Mas acaba atacándola con dureza. La idea, ahora, es que “el Gobierno español siempre ha hecho los deberes con los catalanes y para los catalanes”, centrando el mensaje en el terreno estrictamente económico.
El déficit fiscal como respuesta
Pero esa actitud tiene otro riesgo. Rajoy desea explicar que Cataluña se beneficia de una España que está representada en los organismos internacionales, y en foros como el G-20, donde ha participado el propio jefe del Ejecutivo en la ciudad australiana de Brisbane. Y que Cataluña tiene ahora la garantía de España para poder financiar sus servicios. El argumento de los independentistas es que esos recursos que se transfieren ahora, los han pagado antes los catalanes, por el déficit fiscal que padece Cataluña.
Pese a ello, el PP quiere insistir en esa línea. Fuentes del PP admiten que el Gobierno volverá a estar presente en Cataluña, con la presencia de ministros, explicando todas las actuaciones que se llevan a cabo. Entre ellas, se destaca que ha sido el Gobierno del PP el que ha aprobado partidas y está ejecutando la inversión en el corredor mediterráneo, una de las grandes reivindicaciones del nacionalismo.
La amenaza de Ciutadans
El PP vive un auténtico drama en Cataluña. No consigue que sus mensajes lleguen con claridad, en gran medida porque tampoco los tiene. Y rechaza, además, una posible reforma de la Constitución que podría lograr el apoyo de amplias clases medias que desean una salida posibilista frente al independentismo y el inmovilismo.
El adversario del PP catalán no es el PSC, que trata de sobrevivir, sino Ciutadans, la formación que lidera Albert Rivera, que se muestra muy dura con el proyecto soberanista, pero que ofrece un proyecto de reformas, y que no desdeña un cambio profundo de la Constitución.