El círculo de Puigdemont alienta la caída de Pedro Sánchez
Los dirigentes más próximos al líder huido cree que dar estabilidad al gobierno del PSOE no trae "nada bueno"
Pedro Sánchez ha acudido al Palau de la Generalitat a verse con Quim Torra, ha mirado hacia otro lado con su inhabilitación como diputado y se ha comprometido a dar cuerda a la relación bilateral con el gobierno catalán. Pero nada de todo esto resulta suficiente para el círculo de Carles Puigdemont, que únicamente ve en el líder del PSOE una versión más amable del PP y que no observa ningún beneficio en que el independentismo apuntale su estabilidad en el Congreso de los Diputados. Así que, ¿por qué no dejar caerlo?
Puigdemont es de la opinión que solo hay dos asuntos que pueden formar parte de las conversaciones con el Gobierno: la autodeterminación de Cataluña y la amnistía. Y que todo lo demás es paja. Así que interpreta la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat, que debe iniciarse este mes de febrero, simplemente como una ocasión para dejar al descubierto que no hay nada de qué hablar con un ejecutivo que se niega a hablar de estos temas.
El PSC está convencido de que Torra y Puigdemont solo quieren usar la mesa de diálogo como mecanismo de desgaste, sea para erosionar a ERC ante las próximas elecciones catalanas o bien al PSOE. Y, en efecto, no parece que estén equivocados los socialistas catalanes porque el presidente de la Generalitat ya ha comenzado a poner dificultades a la mesa con la figura del mediador (que, a ojos de ERC, no es imprescindible).
El desgaste de JxCat a la vía de diálogo propiciado por los acuerdos de investidura de PSOE y de ERC solo ha hecho que empezar. Pero el goteo va a ser continuo. «A mí me parece que fue un error de entrada facilitar la investidura del señor Sánchez, y continuar manteniéndole la estabilidad no parece que nos tenga que llevar nada bueno si es a cambio de nada», ha manifestado este sábado una de las próximas a Puigdemont, la eurodiputada Clara Ponsatí, en El Punt-Avui.
«No se puede discrepar de Puigdemont»
Esta va a ser la línea de JxCat, puesto que Puigdemont mantiene un control absoluto de la orientación de su formación. Nadie lo ha expresado con tanta crudeza como la excoordinadora nacional del Pdecat, Marta Pascal, a quien el líder independentista sentenció. «Lo que yo me he encontrado es que no se puede discrepar», dice Pascal, apartada de los círculos de influencia de JxCat.
Pascal ha explicado que decidió dimitir de su cargo tras constatar que «no se puede discrepar» con Puigdemont, lo que contrasta con sus principios democráticos que indican que «en política lo importante es poder expresarse con tranquilidad».
«Me di cuenta con el paso del tiempo de que no podía decir lo que yo pensaba porque discrepaba de personas con un liderazgo muy fuerte, como el presidente Puigdemont y la gente que desgraciadamente está en la cárcel de Lledoners», exponía en una entrevista en el programa FAQS de TV3. «Parecía que llevar la contraria a gente que tiene o ha tenido un peso muy importante en la organización no era correcto», añadía.
Su distanciamiento con Puigdemont, según relata, empezó con las divergencias sobre qué papel debía jugar la CUP en el procés, dado que ella era contraria a dejar que este partido marcara el ritmo del independentismo.