El catalanismo liberal se conjura para encauzar la Cataluña sin referéndum
Lliures buscará desde este viernes representar un espacio de centro huérfano, junto con otras plataformas catalanistas que reclaman una rectificación
El independentismo considera que ya no hay “marcha atrás”, y que el proyecto de llevar a Cataluña a ser un estado independiente podrá frustrarse a corto, pero no a medio plazo. Sin embargo, el catalanismo persiste en que hay otro camino. El catalanismo liberal, el que representó durante décadas CiU, se conjura para encauzar la Cataluña sin referéndum. Y buscará su espacio.
Se trata del movimiento Lliures, que este viernes celebra su congreso fundacional, ya como partido político, y que han impulsado en el último año dos exdirigentes de Convergència, y de Unió, Antoni Fernández Teixidó y Roger Montañola, respectivamente.
Lo que defiende Lliures es la convocatoria cuanto antes de elecciones al Parlament de Cataluña, para que se clarifique la situación, y, en ese mismo instante, se exija una negociación con el Gobierno central para “profundizar en el autogobierno, conseguir la plena corresponsabilidad fiscal y para convertir competencias propias exclusivas aquellas que están vinculadas con el hecho diferencial de Cataluña”, según apunta la ponencia política, que se someterá a aprobación por los delegados de Lliures.
Lliures inicia este viernes su camino, con la idea de rectificar y negociar con el Gobierno central
¿Es todavía posible ese camino? Para Lliures no sólo es posible, sino que es la única salida razonable. La incógnita, que se irá resolviendo a partir de este mismo viernes, es si será Lliures quien protagonice o no esa opción.
Los movimientos catalanistas que rechazan el proceso soberanista iniciado con la gran manifestación de la Diada de 2012 son plurales. Junto a Lliures, y de forma paralela, se articuló también la plataforma Portes obertes al catalanisme, que agrupa a exdirigentes y simpatizantes socialistas y de Unió Democràtica, además de profesionales de distinto signo. A diferencia de Lliures, sin embargo, esta plataforma pretende influir y acompañar al catalanismo en su conjunto, sin convertirse en una fuerza política que concurra a las elecciones.
En los próximos meses todo este campo ideológico entrará en ebullición. En gran medida, el centro de esos movimientos puede establecerse alrededor del PSC, y depende de cómo lo logre articular su primer secretario, Miquel Iceta, que, llegados hasta aquí, después de una enorme erosión interna, desea competir con las propias siglas, sin rehuir todo aquello que se quiera sumar a su proyecto.
Próximo a ese movimiento está la dirección de la ex Unió Democràtica, que ya no existe como partido. El que fue su máximo dirigente, Josep Antoni Duran Lleida, ha asegurado que se prepara otro partido democristiano, pero que no concurrirá a las elecciones directamente. Se trata de influir y sumar junto a otros proyectos.
Lliures rechaza la vía independentista, pero incide en el modelo de sociedad, frente a la CUP
Lo que se dibuja es una alternativa catalanista al proyecto independentista, que, por ahora, no busca una especie de frente político junto a otros partidos no independentistas, como pudiera ser Ciudadanos o el PP catalán.
En ese contexto, y con la idea de que, en realidad, el problema en Cataluña es también la decantación hacia la izquierda que se ha producido en los últimos dos años, con la CUP marcando descaradamente la agenda política, es donde aparece Lliures.
La aspiración es “estar”, como aseguran sus impulsores. Estar para ocupar luego un centro que podría ser, de nuevo, mayoritario. La inspiración ideológica es el liberalismo, junto a los valores humanistas. Con ello, se busca a la sociedad más dinámica, a los emprendedores y profesionales, que también entienden que la carga fiscal en Cataluña es desproporcionada. Es decir, lo que busca Lliures es un modelo de sociedad que, desde el catalanismo, nadie parece representar.
Las distintas plataformas catalanistas se podrian articular alrededor del PSC
Quien desea ir en esa misma línea es la dirección del Pdecat, con Marta Pascal a la cabeza, que ha visto las orejas al lobo, y que ha comprobado como la CUP ha acabado marcando el terreno de juego a Junts pel Sí, coalición electoral en la que está integrada también Esquerra Republicana. Pero el Pdecat no quiere renunciar al proyecto independentista, ni al referéndum que se ha convocado para el 1 de octubre.
Todo el mapa político catalán ha saltado por los aires en los últimos cinco años. La reconfiguración de una Cataluña sin referéndum –el Gobierno central esta vez no está dispuesto a que se celebre, a diferencia del 9N de 2014—dependerá de la habilidad del conjunto de actores políticos. Lo que apunta Lliures es que no hay nada escrito, y que la sociología de Cataluña tampoco ha cambiado de la noche al día como para descartar una opción de centro, catalanista y liberal.
¿Están llamados todos esos movimientos a una confluencia? Las fuentes consultadas, en todas esas plataformas y partidos, no se atreven a hacer pronósticos. Todo dependerá de lo que ocurra a partir del 2 de octubre, y de cómo se articulen las posibles frustraciones, y de cómo reaccione el gobierno catalán que preside Carles Puigdemont, que, a priori, no tiene intención de convocar elecciones de forma inmediata.
En cualquier caso, Lliures inicia este viernes su camino, con recetas liberales, valores humanistas, y sin renunciar a la negociación seria con el Gobierno central.