El bloqueo presupuestario ya pasa factura a Quim Torra
La Generalitat renuncia por segundo año seguido a su compromiso de reducir el horario lectivo de los profesores de más de 5 años por falta de presupuesto
La incapacidad del gobierno de Quim Torra para aprobar los presupuestos de este 2019, a los que renunció definitivamente a principios de este mes de julio, empieza a pasarle factura en forma de recortes. Este martes, la Generalitat ha renunciado a aplicar el curso que viene la prometida reducción de dos horas lectivas para los profesores de más de 55 años porque la situación de prórroga presupuestaria no permite asumir el impacto económico que tendría la medida.
El consejo ejecutivo aprovechó su reunión semanal para certificar la marcha atrás, que se produce por segundo año consecutivo y que supone volver a posponer el cumplimiento de un acuerdo alcanzado con los sindicatos en la primavera de 2016.
La aplicación de ese recorte de horas en el horario semanal del personal docente mayor de 55 tendría un impacto de 144 millones de euros, según los cálculos de la Generalitat, porque obligaría a que otros profesores cubrieran ese hueco en el horario lectivo. Así lo señalo la portavoz del gobierno catalán, Meritxell Budó, en su comparecencia posterior a la reunión del govern.
Y, sin unas nuevas cuentas que contemplen ese contingente, no es posible asumir el coste de la medida, por lo que la Generalitat comunicó en junio a los sindicatos que no podría aplicarla tampoco el curso 2018-19, y tendrá que seguir esperando.
Hasta ahora, el Govern había minimizado el impacto de no tener unas cuentas para este 2020 y seguir aplicando las últimas que aprobó el Parlament, las del ejercicio 2017.
A final del pasado mes de junio, sin ir más lejos, el conseller de Acción Exterior, Alfred Bosch, anunció que, una vez reabiertas la docena de delegaciones de la Generalitat en el extranjero que fueron desmanteladas durante la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, y que son las que ya estaban presupuestadas en 2017, anunció que este mismo año se abrirían tres más y que la prórroga presupuestaria no supondría ningún problema porque el coste de las delegaciones reabiertas era menor que el que tenían anteriormente, con lo que había un excedente presupuestario que podía destinarse a esas nuevas aperturas.
Torra, sin apoyos para las cuentas
Budó puso el caso como ejemplo de la importancia de tener unos presupuestos para 2020 en cuya elaboración la vicepresidencia económica que encabeza Pere Aragonès (ERC), ya ha empezado a trabajar, una vez se ha dado carpetazo definitivo a los de 2019.
Ahora, con estas enterradas, la prioridad del govern pasa a ser aprobar las del año que viene. O, al menos, la de Torra y la formación a la que pertenece, Junts per Catalunya (JxCat), que se aferran a eso para insistir en su voluntad de prolongar la legislatura.
Así lo remarcó Budó, en lo que podría interpretarse como un mensaje a sus socios de ERC, que abogan en cambio por convocar elecciones en cuanto el Supremo dicte sentencia en la causa del procés.La portavoz insistió en que nadie en el seno del ejecutivo ha planteado un adelanto electoral que en última instancia, sería decisión de Torra, que insiste en que lo descarta. Y añadió que, en cambio, lo que el propio Aragonès, hombre fuerte de Esquerra en la Generalitat, sí puso sobre la mesa fue la necesidad de activar los trabajos para los presupuestos del año que viene.
Los de este año ni siquiera llegaron a presentarse al Parlament, porque el govern prefirió no hacerlo para evitar una derrota segura ante la falta de apoyos. Tras las elecciones municipales del 26-M, Torra anunció que volvería a intentar aprobar las cuentas, pero Aragonès nunca volvió a desempolvar el proyecto presupuestario y, en su lugar, activó a las pocas semanas los trámites para empezar a trabajar en los del año que viene, tras lo cual, Budó admitió que los presupuestos de 2019, que Torra llegó a definir como «los más sociales de la historia», ya no volverán a salir del cajón.