La compra de vacunas se retrasa por los pagos por efectos secundarios
Los fabricantes de vacunas contra el coronavirus rechazan asumir todos los posibles costes por efectos no deseados y esto ralentiza las compras en Europa
La carrera para sacar adelante una vacuna contra el coronavirus está provocando un tira y afloja entre fabricantes y gobiernos, que están realizando pedidos de manera acelerada, ante la necesidad de vacunar a toda la población, pero que no están dispuestos a asumir todo el coste de las posibles indemnizaciones por los efectos secundarios que la vacunación masiva puede generar. Estas negociaciones estarían retrasando la puesta en marcha de nuevos contratos de compra masiva de viales.
En este sentido, la Comisión Europea (CE) asumiría solo indemnizaciones económicas parciales para los fabricantes de vacunas contra el coronavirus en caso de que surjan complicaciones como efectos secundarios en los pacientes. Estados Unidos, por el contrario, sí que estaría dispuesto a asumir todo el coste, lo que le permite firmar contratos con más agilidad, según recoge Cinco Días.
Esta misma semana se han conocido avances en torno a una de las principales candidatas europeas, la vacuna desarrollada conjuntamente entre la farmacéutica británica AstraZeneca y la Universidad de Oxford. La CE se ha garantizado la adquisición de 300 millones de dosis, de los cuáles 30 millones irían destinados a España, con posibilidad de aumentar la partida a 40 millones de viales en función de la situación epidemiológica.
Esta vacuna, según declaró el martes el responsable de la investigación, el profesor de Oxford Andrew Pollard, podría llegar a finales de 2020. «Es posible que si los casos se obtienen rápidamente en los ensayos clínicos, podríamos tenerlos a disposición de los reguladores este año», explicó, sobre una vacuna que ya ha comenzado la fase III de su desarrollo.
AstraZeneca acortaría de esta forma los plazos previstos, al igual que ocurre con la vacuna desarrollada por Rusia. El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció hace un par de semanas que se había patentado la primera medicina contra el coronavirus, aunque aún tiene que obtener el visto bueno de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés).
En este sentido, según fuentes de altos funcionarios europeos recogidas por Reuters, la reducción de los plazos de entrega de las vacunas genera cierta preocupación en torno a los posibles efectos secundarios que puedan presentar los pacientes. Normalmente una vacuna tarda unos 18 meses en ser desarrollada, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero las vacunas contra el coronavirus han mostrado en los apenas ocho primeros meses después de que se registrara el primer caso en Wuhan (China) a finales de 2019.
Los gastos se compartirían entre las partes
Una de las citadas fuentes sostiene que los Gobiernos europeos «están dispuestos a cubrir financieramente algunos de los riesgos de las empresas», si bien la normativa europea contempla solo a los fabricantes de vacunas como los responsables de sus productos.
Como precedente, en 2017, la Unión Europea dictaminó que los consumidores tienen derecho a reclamar una compensación si pudieran probar que un medicamento ha causado efectos secundarios en su organismo. A pesar de ello, la presión de fabricantes como Johnson&Johnson o Pfizer -otro de los candidatos a desarrollar la primera vacuna- está generando dudas en torno a si finalmente serán las compañías las únicas responsables o si finalmente los Estados tendrán que asumir parte de las posibles indemnizaciones.