El tiro por la culata: congresistas de EEUU censuran el pacto JXSI—CUP
Dana Rohrabacher y Brian Higgins muestran su interés en la fórmula del referéndum, pero no entienden que los anticapitalistas condicionen el proceso
¿Un proceso de independencia con la influencia de una fuerza política antiamericana? Los dos congresistas de Estados Unidos que están de viaje por Europa, Dana Rohrabacher (republicano por California) y Brian Higgins (Demócrata por Nueva York), reprochan al presidente Puigdemont que se apoye en la CUP, un partido que se declara favorable al castrismo o al régimen venezolano, y que sostiene a Junts pel Sí en el Parlament.
Los dos diputados han mantenido diversas reuniones en Barcelona, con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; con el delegado del Gobierno, Enric Millo, y también con las entidades contrarias al proceso soberanista, como Societat Civil Catalana, Empresaris de Cataluña y Concordia Cívica.
Con una delegación de estas entidades, Rohrabacher y Higgins reprocharon a Puigdemont que se apoye en la CUP, un partido antiamericano, castrista y anticapitalista. Los dos mostraron su interés por conocer el peso de la CUP en el Parlament y las opciones reales de la formación anticapitalista para seguir influyendo en la política catalana. Y mostraron “su sorpresa” por la naturaleza de esa coalición de partidos en un país democrático como España y en una autonomía como Cataluña.
Esos reproches, sin embargo, no los destaca el gobierno catalán, interesado en difundir un mensaje que pueda crear dudas en el Gobierno español, sobre el supuesto apoyo internacional a la convocatoria de un referéndum.
Los dos congresistas se encuentran de gira. No han llegado a Barcelona por un interés concreto en el proceso soberanista. Pero lo han aprovechado.
Dana Rohrabacher es el presidente del subcomité de Europa de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, mientras que Higgins, demócrata, jugó un papel destacado en el proceso de paz de Irlanda del Norte y formó parte de una de las delegaciones de congresistas que se desplazó a Belfast, la capital de Irlanda del Norte, en 2006. A Barcelona llegan desde Amsterdam. Y en los próximos días viajarán a Madrid, Lisboa, Berlín y Cracovia, como miembros de ese subcomité para los asuntos europeos.
Los dos congresistas de EEUU no entienden el papel de la CUP en una democracia como España
En la reunión con las entidades constitucionalistas, celebrada en la tarde de este pasado domingo, participaron Carlos Rivadulla, presidente de Empresaris de Cataluña; los miembros de Societat Civil Cataluña, Mariano Gomà y Rafael Arenas, y la presidenta de Concordia Cívica, Teresa Freixes. Junto a los dos congresistas participaron el cónsul para asuntos políticos de Estados Unidos en Barcelona, Adam Smith.
Una de las cuestiones que se analizaron es la influencia del proceso soberanista en las inversiones empresariales. Los miembros de las tres entidades les explicaron que se está registrando “un saldo negativo” respecto a las empresas que se instalan en Cataluña y las que deciden trasladarse fuera. Y los congresistas insistieron en saber qué pasaba exactamente con la CUP.
El consulado, el Govern de la Generalitat y el Gobierno se han puesto de acuerdo, en todo caso, en ofrecer a los dos congresistas las diferentes visiones sobre el proceso y han facilitado las reuniones. En todas ellas, Rohrabacher y Higgins han mostrado su interés por el referéndum. Su idea es que se podría celebrar, pero entienden que España se rige por una Constitución que no lo permite, a diferencia del caso de Escocia y el Reino Unido, donde el gobierno británico cedió temporalmente la competencia al gobierno escocés para que pudiera convocar el referéndum. En eso insistieron las entidades constitucionalistas.
Puigdemont pretende ganar legitimidad si en el referéndum participa más de la mitad del censo
Los congresistas se han reunido también con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y con el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras.
Para el gobierno de Puigdemont se trata de grandes avances, con la esperanza de que, si convoca el referéndum y busca la fórmula para poder celebrarlo, pese al rechazo total del Gobierno de Mariano Rajoy, sea la presión de la comunidad internacional la que interceda.
El mandatario catalán insistió este lunes en que ese referéndum se celebrará y que lo importante es que tenga legitimidad en función del porcentaje de participación. Ese es el gran objetivo, el de tratar de que los partidarios del ‘no’ a la independencia se animen a votar, con la idea de que se logre más de la mitad del censo.
Pero mientras gana tiempo –se pretende convocarlo para la tercera o cuarta semana de septiembre—el gobierno catalán aprovecha cualquier oportunidad para “internacionalizar” el asunto, aunque sea con dos congresistas de Estados Unidos que están de paso por Europa.