Colau cede ante ERC y Pdecat para tramitar los presupuestos
Colau retira del proyecto de presupuestos la partida del tranvía para conseguir la abstención del grupo de Xavier Trias
Los independentistas del Pdecat y ERC están dispuestos a facilitar la tramitación de los presupuestos de la alcaldesa Ada Colau. Así le devuelven los favores de romper su pacto de gobierno con los socialistas en el Ayuntamiento de Barcelona y de posibilitar que el republicano Roger Torrent alcance la presidencia del parlamento catalán.
Con toda probabilidad, Colau superará este viernes el trámite del debate de presupuestos en la comisión extraordinaria de Economía gracias a la reserva de voto de la mayor parte de los grupos de la oposición. Al menos, en este sentido se han expresado fuentes del Pdecat y ERC, e incluso de la CUP –pese a que hasta ahora se han posicionado en contra- y del PSC –sus socios de gobierno hasta el pasado noviembre-. Su reserva en la comisión de este viernes permite seguir tramitando los presupuestos y deja el voto definitivo para el pleno del próximo 26 de enero.
En rueda de prensa, el exalcalde Xavier Trias indicó este jueves que dudan entre votar en contra de las cuentas de Colau y la abstención. Sin embargo, otras fuentes de su partido apuntan a la abstención. El mismo Trias reconoció que han conseguido que en el proyecto de presupuestos no se incluya ninguna partida para la unión del tranvía por la Diagonal. Esta era su principal exigencia para evitar votar en contra. Tan sólo se trata de una partida de 400.000 euros para redactar el proyecto, pero su eliminación permite a Trias defender la abstención. De confirmarse, Colau cedería en uno de sus compromisos.
El republicano Alfred Bosch aseguraba esta misma semana que en estos momentos votarían en contra, pero que estaban dispuestos a apurar al máximo la negociación. En su entono se indica que en la comisión de este viernes optarán por la reserva de voto y que, en el pleno de enero, pueden abstenerse. Los republicanos esperan a que se concreten las contrapartidas.
Los socialistas están dolidos con Colau. Los echó del gobierno municipal en noviembre y, encima, ha subido las tarifas del transporte público. No se lo perdonan. Jaume Collboni consiguió que se rebajara el precio de los abonos de viaje en tiempos del alcalde Trias y su importe se ha mantenido congelado durante tres años. La subida de las tarifas es el principal argumento de Collboni para negarle el voto a favor. Queda por ver si se abstienen en el pleno.
La CUP se ha ablandado con Colau. Este viernes también reservarán su voto hasta el pleno cuando en la anterior comisión de presupuestos, el pasado noviembre, votaron en contra junto a Ciudadanos y el PP. Entonces el resto de grupos se abstuvo.
Colau está dispuesta a hacer concesiones a los independentistas para que le aprueben las cuentas
Carina Mejías (C’s) y Alberto Fernández Díaz no se han movido ni un milímetro de su posición inicial de votar en contra. Desde estos grupos vinculan la actitud de los independentistas del Pdecat y ERC a la abstención de Catalunya en Comú, la formación liderada por Colau, en el parlamento catalán para posibilitar que el republicano Torrent sea su presidente. Lo califican de “intercambio de cromos”.
Colau tiene opciones para aprobar los presupuestos en el pleno del 26 de enero aunque para ello necesita una abstención múltiple. De momento, únicamente cuenta con los once votos a favor de Barcelona en comú. Para tumbar los presupuestos, la oposición necesita superar esta cifra (Cs, PSC y PP suman doce), aunque Colau podría obtener la ayuda del concejal no adscrito Gerad Ardanuy (un ex de Unió Democràtica).
Si no consigue aprobar los presupuestos en el pleno, Colau aún tiene la carta de someterse a una cuestión de confianza. Sería la segunda vez que tirase adelante las cuentas mediante esta fórmula. La oposición tendría un plazo de treinta días para articular una nueva mayoría y presentar un candidato alternativa a la alcaldía. En vista de la aritmética del consistorio y de la situación política, Colau puede respirar tranquila. No obstante, Colau quiere apurar las opciones de aprobar los presupuestos para evitar que se repita la imagen de ingobernabilidad.