Colau insistirá con el tranvía en clave preelectoral
La alcaldesa cuenta con el apoyo popular al tranvía y con los cambios al frente de ERC para reactivar el proyecto y apuntarse un tanto en precampaña
El gobierno municipal de Ada Colau volverá a someter a votación en el próximo pleno de Barcelona de este mes de enero la conexión del tranvía por la avenida Diagonal, un proyecto que ya volvió al cajón en mayo del año pasado después de que toda la oposición salvo el PSC votara en contra del mismo.
El ejecutivo de Barcelona en Comú se remite ahora el barómetro municipal de diciembre como argumento para insistir. La encuesta, que arroja resultados nada halagüeños para Colau, cuya gestión obtiene la peor valoración en lo que va de mandato, preguntaba también por la conexión del tranvía, pese a tratarse de un asunto que había quedado fuera de la primera línea de la agenda política desde aquella derrota. Y el 63% de los encuestados se mostraba a favor.
Los votantes de ERC y la CUP, a favor
Pero, más allá de esa mayoría, el ejecutivo esgrime los resultados cruzados con el recuerdo de voto, que indican que el 70% de los votantes de ERC y el 89% de los de la CUP también son favorables a la conexión. En el caso del Pdecat, cuya oposición al proyecto ha sido frontal, el 50% de los encuestados que dicen que en las últimas municipales votaron a los de Trias se muestran igualmente partidarios de enlazar los dos tramos existentes por la Diagonal.
La teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha sido la encargada de anunciar este viernes la medida, y se ha remitido también a una votación de noviembre en la que el pleno del Parlament se mostró partidario de la conexión, en ese caso con el voto favorable de Cs y ERC, que en Barcelona se habían significado en contra.
La marcha de Bosch, pieza clave
Sanz juega también con los cambios en Esquerra, que ya no tiene de jefe de filas a Alfred Bosch, que hizo caballo de batalla del asunto del tranvía. Bosch es ahora conseller de Accion Exterior en sustitución de Ernest Maragall, que le ha reemplazado como alcaldable, y en Esquerra soplan vientos favorables a la búsqueda de acuerdos con los comunes.
Un eventual cambio de postura de ERC supondría sumar a favor del tranvía a 18 de los 41 concejales que integran el pleno, a los que aún se podría añadir el de Juanjo Puigcorbé, que dejó la formación por desavenencias con Bosch y sigue como concejal no adscrito, pero dijo que hasta final de mandato votaría siempre en el mismo sentido que su antiguo grupo. Así las cosas, con una abstención de la CUP y del otro edil no adscrito, Gerard Ardanuy, de Demòcrates de Catalunya -que nunca fue muy categórico en su rechazo- bastaría para que a Colau le salieran los números.
Colau busca una victoria estratégica
Una eventual reactivación del proyecto en el pleno de final de enero supondría una victoria estratégica para Colau a cuatro meses de unas elecciones que encara con la valoración ciudadana de su gobierno en su punto más bajo.
La alcaldesa podría presumir de haber conseguido resucitar dos de sus grandes apuestas después de haber visto como el año pasado la oposición las enviaba a dormir el sueño de los justos: la unión de los tranvías y la multiconsulta, avalada finalmente por el pleno después de que los servicios jurídicos municipales determinaran que la votación en la que había sido tumbada no era válida.
Pero si no hubiera cambios de postura de ERC y la CUP respecto de se rechazo, BComú también tendría municipal electoral para usar contra ellos, y ya se sabe que en campaña (y precampaña) se aprovecha todo. Así que Sanz, que recordó que el proyecto cuenta con consendo «técnico y social» y con el visto bueno del conjunto de ayuntamientos metropolitanos, les advirtió que, teniendo en cuenta la votación del Parlament y la postura de sus electores expresada en el barómetro, «no se entendería que mantuvieran las posiciones en contra».