Colau cierra el mandato con récord de reprobaciones
La alcaldesa de Barcelona encaja dos nuevas reprobaciones, y ya van ocho, en el último pleno ordinario del mandato
Ada Colau cierra su mandato encajando nuevos castigos políticos. El pleno de Barcelona del mes de marzo, el último ordinario antes de las municipales del 26 de mayo —habrá otro en abril, pero de carácter meramente administrativo—, se saldó con dos nuevas reprobaciones a la alcaldesa, y ya van ocho. Todas en el último año.
Este viernes, los castigos, propuestos respectivamente por Cs y el PP, fueron por sus políticas de vivienda y por el conjunto de su gestión. En ambos casos, las reprobaciones salieron adelante con los votos de las dos formaciones y además los del PSV y el Pdecat.
ERC, que hace apenas dos meses promovió la quinta reprobación junto con los neoconvergentes, votó esta vez en contra de ambas iniciativas, junto con la CUP, el concejal no adscrito Juanjo Puigcorbé y, claro, Barcelona en Comú. No en vano, los republicanos han abierto una fase de distensión con Colau de cara a explorar futuras alianzas, por más que en clave electoral insistan en un argumentario para captar votantes del sector más abiertamente soberanista de los comunes.
Suspensos en seguridad, transparencia, cuentas y plan de barrios
Colau encajó la primera reprobación en abril del año pasado, a raiz de la crisis de seguridad en el Raval y el conjunto de Ciutat Vella, que luego le costaría dos más: una en agosto y otra, la que en enero impulsaron Esquerra y Pdecat. En julio, el tirón de orejas fue por la falta de transparencia con la que a juicio de la oposición se manejaba el gobierno con el cumplimiento del presupuesto municipal, y, en diciembre, hubo otro toque en clave económica: este, por la incapacidad del ejecutivo para pactar los presupuestos de 2019, que a día de hoy siguen pendientes.
La sexta reprobación, el mes pasado, la promovieron de forma colegiada PDeCAT, Cs, ERC, PSC y PP, por el bajo nivel de ejecución del Plan de Barrios.
Las ocho reprobaciones de Colau suponen un récord. El primer alcalde en ser reprobado en Barcelona fue Xavier Trias, que encajó tres de esos castigos políticos, también agrupados en el último año de su mandato.