Científicos confirman una variante menos peligrosa del coronavirus
Varios expertos de Singapur han encontrado una mutación que se extendió entre enero y febrero que provoca una enfermedad menos grave
El coronavirus ha mostrado ser “relativamente estable” en cuanto a mutaciones que cambian su estructura y afectación a los humanos, según los expertos. Pero, aunque el SARS-CoV-2 ni se está debilitando ni se está haciendo más peligroso, sí que se han encontrado algunas variantes del mismo. Científicos de la Red de Inmunología de Singapur han identificado una mutación del SARS-CoV2 que se vincula con síntomas más moderados del patógeno.
Así lo ha publicado la prestigiosa revista científica The Lancet, donde los investigadores informan de la detección del linaje viral —al que han llamado ∆382— causante unos síntomas más leves y con el que la respuesta del sistema inmunitario resulta más eficaz.
Los autores, de hecho, describen que “las secuelas clínicas fueron considerablemente mejores en pacientes infectados con la variante ∆382 que con la salvaje —la más habitual—“. Además, según el estudio, menos pacientes requirieron oxígeno complementario y, en general, liberaron menos citoquinas (moléculas dañinas en la fase aguda de la infección.
¿Cómo cambia el coronavirus con la mutación?
Esa variante menos agresiva se detectó en Singapur entre enero y febrero y no ha vuelto a ser localizada desde entonces, según apunta el periódico Abc. El cambio en la estructura del virus se explica porque, en la mutación se ha visto eliminada una porción del material genético.
En concreto se eliminan 382 nucleótidos, los ladrillos básicos del ADN y el ARN. Este cambio afecta a la secuencia de gen por el que el coronavirus produce la proteína ORF8. Y esta proteína, según algunos estudios, está vinculada a la evasión del sistema inmunitario.
Menor riesgo de necesitar un suministro de oxígeno
Para poder llegar a las conclusiones del estudio de esta mutación llamada ∆382, los investigadores recogieron datos clínicos y radiológicos y muestras de sangre y del sistema respiratorio de decenas de pacientes afectados.
Concretamente, estudiaron a 131 personas, 92 de ellas infectadas por el virus “salvaje”, 29 del mutante ∆382 y 10 de ambos. De esta forma, se observó que la deficiencia de oxígeno en el organismo causada por los daños del virus en los pulmones era menos acusada en los infectados por la variante ∆382. De hecho, ninguno de los 29 infectados por este virus necesitó suministro de oxígeno, mientras que el 28% de los infectados con la variante salvaje sí que lo necesitaron.
El coronavirus SARS —que originó un brote entre 2002 y 2003— también experimentó una mutación que afectaba al gen de la proteína ORF8 y que acabó disminuyendo la severidad de la enfermedad.