El Gobierno promete más gasto en educación pese a la crisis
La ministra presume de consensos con las autonomías, pese a que tramita su polémica ley educativa sin consenso y con la concertada en contra
Isabel Celaá descarta recortes pese al golpe en la economía que ha supuesto la crisis del coronavirus en España. La ministra de Educación y Formación Profesional pretende, de hecho, que el Ejecutivo incremente recursos públicos dedicados a la educación con el objetivo de equiparar nuestro país a la media europea.
Celaá ha reafirmado su compromiso con aumentar la inversión educativa hasta el 5% del PIB para el año 2025, como acordaron el PSOE y Unidas Podemos durante el programa de gobierno. ”Si España quiere crecer y erradicar la pobreza, la solución pasa por no recortar en educación, porque es una inversión y no un gasto”, ha defendido en el Senado.
¿Ministra de consensos?
La ministra ha sacado pecho de haber conseguido consensos con las autonomías, como el aplazamiento de la selectividad o el acceso a la universidad, aunque algunos gobiernos autonómicos se descolgaron de este acuerdo el pasado mes de abril.
La titular de Educación ha subrayado “la importancia de la cooperación en términos de lealtad” con las comunidades autónomas. “Contamos con ellas para incrementar los recursos públicos porque queda camino para equipararnos a la media europea”, ha dicho en el Senado.
Pese a que Celaá pretende construirse una imagen de consensos, la ministra impulsa sin diálogo con todos los partidos y actores educativos la aprobación de la LOMLOE, la ley que tiene que sustituir a la LOMCE, aprobada por el ex-ministro del PP José Ignacio Wert. La concertada y la Iglesia rechazan la medida, mientras que la oposición les afea que no la frenen ni en estado de alarma.
‘Ley Celaá’ de la discordia
La LOMLOE, conocida com Ley Celaá, tiene varios aspectos polémicos. Uno de ellos es el los suspensos en bachillerato, ya que permitirá que se pueda otorgar el título con una asignatura suspendida. El Gobierno justifica esta medida como un «gran favor» a muchos estudiantes, en lugar de un castigo al rendimiento académico al rechazar la cultura del esfuerzo.
La asignatura de Religión se quedará sin alternativa. Así, si el alumno no cursa la materia confesional, los que no la hagan no tendrán una alternativa. Además tampoco contará para hacer media ni subir nota, aunque la Conferencia Episcopal ya ha anunciado que plantará batalla, puesto que vulnera el Concordato con la Santa Sede.
La ley también suprime el derecho a la educación en castellano en las comunidades bilingües. El proyecto deja a merced de la Generalitat cuántas asignaturas se impartirán en catalán y cuantas en español. La LOMCE prevé que en auntonomías con idioma cooficial un padre pueda llevar gratis a un centro privado a su hijo si no hay oferta pública en español.