CDC echa el cierre ‘hibernada’ y consumida por la corrupción

El partido fundado por Jordi Pujol presenta concurso de acreedores entre dudas sobre si el Pdecat deberá asumir la deuda que quede por cubrir

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Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), la histórica formación fundada por Jordi Pujol en 1974, echa el cierre definitivamente tras presentar un concurso de acreedores tras años de hibernación con la refundación del espacio en el Pdecat, con una deuda de 4,3 millones a entidades bancarias y los 6,6 millones que tiene que devolver tras ser condenada por el caso Palau. 

Una vez presentado el concurso de acreedores, que no se había llevado a cabo con anterioridad por el coronavirus, el juzgado tendrá que nombrar a un administrador concursal que tomará el control del partido y de sus cuentas y que decidirá cómo se resuelve la liquidación. 

El administrador deberá solucionar la manera en la que se cubren los tres millones de euros de diferencia que se producen a partir de la sentencia del caso Palau. Según publica La Vanguardia, también deberá valorar si da luz verde a las cifras presentadas por la formación y comprobar así los activos y pasivos que figuran en el concurso. 

PDeCAT, ¿el heredero?

En caso de que CDC siga debiendo dinero tras su disolución, todavía no queda claro si el Pdecat deberá asumir las deudas pendientes. El partido heredero de la histórica formación nacionalista, ahora disuelto en la sopa de siglas de Junts per Catalunya, se ha desentendido varias veces de la situación y ha defendido ser algo distinto pese a los vínculos evidentes existentes. 

De hecho, el partido heredero todavía usa muchas propiedades a nombre de CDC que posiblemente vayan a pagar las deudas bancarias pendientes y también la sanción impuesta por la financiación ilegal a través del caso Palau. El vínculo está también en los acuerdos electorales, puesto que Convergència y el Pdecat fueron como coalición electoral bajo la marca JxCat que impulsa Puigdemont​. 

Hibernación

El partido cesó su actividad en el Congreso Fundacional del Pdecat, donde se nombró a Jacint Borràs –padre de la ex-consellera Meritxell Borràs— como su presidente-liquidador hasta su fallecimiento en 2017. El mandatario convergente, con mucho apego por su partido y amigo de Jordi Pujol, sentía como un honor agridulce el pilotar su cierre de persiana. 

Tras la muerte del respetable mandatario, alejado siempre de la parte turbia de CDC, su cometido cayó a cargo del militante Vicenç Mauri, que junto a Carles del Pozo y Roser Olóndriz se encargarían de llevar al partido que gobernó desde 1980 hasta 2003 (dentro de CiU con Jordi Pujol) y de 2010 a 2016 (dentro de CiU primero y después en JxSí con Artur Mas y Carles Puigdemont) hasta la antesala de su muerte. 

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