Botella ya contabiliza como activos tóxicos la herencia olímpica de Gallardón
Madrid reconoce que dilapidó 117 millones en el mastodóntico centro acuático que quedará sin ningún uso
El Ayuntamiento de Madrid no puede hacer nada con el centro acuático: ni terminarlo ni derribarlo ni reconvertirlo para otro uso diferente para el que fue diseñado. No hay dinero para ninguna de las tres opciones y por esa razón el gobierno de Ana Botella ha decidido sincerarlo en sus cálculos contables. El gobierno local ya admite que la mastodóntica obra, a medio acabar, no puede generar rendimiento económico de ningún tipo y, por tanto, se convierte en el más tóxico de sus activos envenenados.
Con la reestructuración de empresas municipales, el Ayuntamiento decidió disolver Madrid Espacios y Congresos que contaba entre sus inmuebles el Madrid Arena y el Centro Acuático. La nueva empresa que aglutina varias áreas municipales, entre ellas el turismo, Madrid Destino, asumió los activos con los que podía sacar rentabilidad pero no se quiso tragar el Centro Acuático, que pasó a manos del Ayuntamiento.
La factura
Al reconocer que no pretendía sacar ningún beneficio económico con la explotación del inmueble, el Ayuntamiento ha tenido que pagar casi cinco millones de euros en concepto de IVA por el mero trámite administrativo de vender el inmueble problemático a sí mismo.
La Dirección General de Tributos del Ministerio de Hacienda exigió al Ayuntamiento el pago del 21% del IVA, un total de 4,9 millones de euros que no tenía previsto gastar en estos fines. El recinto, a pocos metros del estadio Olímpico, ya cuenta con las gradas y las fosas que se construyeron para las piscinas olímpicas y de saltos, un tipo de construcción que lo convierte en inviable para un uso diferente.
112 millones en obras
La sede del Centro Acuático, prevista para las tres candidaturas en las que Madrid participó (2012, 2016 y 2020), tuvo un presupuesto inicial de 192 millones de euros, pero se gastaron 112 millones para dejar la obra avanzada en más de un 50%. «Hacienda estará muy contenta con la operación, pero los madrileños han gastado, con su dinero 112 millones, más los 5 millones del IVA por lo que el ayuntamiento vendió al ayuntamiento la obra. Es un gasto de 117 millones de euros que el ayuntamiento debe explicar», denuncia el concejal de UPyD, David Ortega.
El equipo de Botella ha justificado el gasto en el fracaso de las tres candidaturas olímpicas: dos de la era Gallardón y una de Ana Botella. «Evidentemente, una instalación que estaba destinada a un uso olímpico, si finalmente no va a albergar la ciudad de Madrid estas olimpiadas, no tiene ningún sentido que se concluya el proyecto», explica el coordinador de Hacienda del Ayuntamiento Luis Martínez-Sicluna.
Tres rescates
El sobreendeudamiento de la ciudad, por las obras olímpicas del Madrid Arena, la Caja Mágica (presupuestada por 150 millones de euros pero que terminó costando 300), el Centro Acuático y la M-30, que costó el doble que el Canal de Panamá, obligan al gobierno local a destinar casi mil millones de euros anuales al pago de deuda e intereses, el triple de lo destinado a políticas sociales.
El Ayuntamiento se ha visto obligado a pedir tres veces el rescate para pagar a sus proveedores y este año deberá afrontar 77 millones de euros más para asumir los intereses de impagos en expropiaciones y juicios perdidos