Ataque de pánico en el PP por la caída en las encuestas
Los populares atribuyen su retroceso en las encuestas a la 'Operación Kitchen' y temen que el cerco alcance a Rajoy. Ayuso también preocupa
Aunque el PP intenta relativizar de cara a la galería los malos resultados que les otorgan las encuestas, la preocupación, puertas adentro, es evidente y varios dirigentes del partido temen un castigo mayor conforme avance la investigación de la Operación Kitchen, relativa al presunto uso del gobierno de Mariano Rajoy de fondos reservados para hacer seguimientos al extesorero Luis Bárcenas.
Uno de los pocos que se atrevió a hablar en voz alta fue el expresidente del Gobierno José María Aznar, que admitió este lunes que sus sensaciones respecto al caso «no son positivas”. En Génova, de hecho, no descartan que el caso acabe por forzar a la dirección del PP a repudiar a Rajoy para que la Kitchen “no termine arrastrando al partido”.
La última encuesta publicada del instituto Gad3 en el diario ABC, augura un retroceso de 18 diputados del PP desde julio así como el auge de Vox.
La versión oficial de la dirección del PP respecto a los sondeos difiere enormente de la preocupación a nivel interno. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, reaccionó así ante los medios: “Encuestas se pueden tener muchas. Pero hay dos cosas que todas dejan claro: la única alternativa para echar a Sánchez de La Moncloa se llama Pablo Casado y PP. No hay otra”.
Intramuros, en cambio, el análisis es muy distinto porque varios dirigentes confiesan su “preocupación” porque la ‘Operación Kitchen’ únicamente podría estar pasando las primeras facturas.
Los dirigentes de la ‘época Rajoy’ prefieren guardar silencio, mientras que aquellos colaboradores que no eran muy cercanos a la antigua cúpula temen que el siguiente en ser llamado a declarar por el juez García Castellón sea el propio Mariano Rajoy.
Las grabaciones estrechan el cerco sobre el expresidente y desde el Gobierno de Pedro Sánchez ya hay quien se frota las manos pensando en llamarlo a declarar a la comisión de investigación del Congreso a petición del PSOE y de Podemos.
“Su rodillo parlamentario tapó los trapos socios con el ‘Delcygate’ y también la presunta financiación irregular de Podemos. Nosotros siempre damos la cara. No nos escondemos”, se defiende un dirigente popular.
Las preocupaciones del PP: de Ayuso a Cayetana
Otros populares como la ex portavoz Cayetana Álvarez de Toledo no creen que la Kitchen explique por sí sola el desgaste, sino que también lo atribuye a su propia destitución como portavoz parlamentaria del PP. Unas palabras que no han querido tener en cuenta en Génova asegurando que “trabajamos en equipo”.
El análisis de Álvarez de Toledo es muy particular. Pero hay otros que no lo son tanto, puesto que entre los populares también abunda la inquietud por el duelo entre el Gobierno y la Comunidad de Madrid para frenar la segunda ola del virus.
Los populares son partidarios de esperar al desenlace en los tribunales del recurso interpuesto por la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, contra las restricciones impuestas por el Gobierno, el cual se resolverá en un período de diez días, antes de encender más alarmas.
Pero esto no puede ocultar la intranquilidad con Ayuso y con la evolución de su duelo con el Gobierno y de su rivalidad con el vicepresidente de la Comunidad, Ignacio Aguado (Ciudadanos), con quien atraviesa continuas tensiones. Algunos apuntan incluso que “no se hablan”.
A todo esto se suman algunos recelos respecto a la “agenda propia” de Ayuso junto a su ‘mano derecha’, el cada vez más protagonista Miguel Ángel Rodríguez, su asesor aúlico.
“Van por libre y eso enfada en el PP”, señalan algunas fuentes del partido. De cara a la galería el mensaje es otro: “Apoyo sin fisuras”. Es la frase que García Egea y otros dirigentes comunican a los periodistas con la venia de Pablo Casado, su máximo valedor.
Fuentes populares comentan que “como la decisión -de mantener a Ayuso- viene de Casado, no se atreven a levantar la voz”. Sin embargo, varios lamentan que la presidenta madrileña no precipitaria el final de la legislatura en verano para acudir a las urnas, como se planteó en algunos círculos, para frenar la desestabilidad en el Gobierno autonómico.