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Los bandazos de la política catalana ocupan los primeros minutos de ‘La plaza’, el espacio que desde este viernes lidera la programación en formato podcast de Economía Digital.
Después de una semana marcada por el KO técnico de Quim Torra, a quien el Parlament exige elecciones, los contertulios (Carlos Lareau, Xavier Bru de Sala y Miquel Portales), conducidos por Juan García, abren el debate hablando de ese «barco a la deriva» que es el independentismo. «¿Por qué nadie tiene el valor suficiente para decir no es posible, nos hemos equivocado?»
Los analistas se han referido al famoso «mandato democrático» que esgrimió el soberanismo durante meses para justificar el referéndum ilegal y lo han contrapuesto a lo ocurrido esta semana. «El mandato del Parlament ya no es inquebrantable (para Torra)», plantea García.
Lareau hace suyo este planteamiento al comentar que los líderes independentistas «están cogiendo el timón de este barco según les conviene». Los líderes actuales, asegura Laureau, van cambiando el relato del proceso indeptendentista, y sus seguidores «hacen un acto de fe ciega».
Bru de Sala remarca que es cierto que, a medida que avanza el conflicto catalán, van naciendo más independentistas, pero también surgen anti-independentistas.
«Los otros también han crecido y nadie lo cuenta», sostiene Bru de Sala, quien cree que el problema del voto anti-independentista es que no ha sabido gestionar y seducir a sus potenciales votantes.
Las paradojas
Los contertulios subrayan durante su charla la paradoja que podría significar el aumento del voto independentista pese a las mentiras y contradicciones que ha ido desvelando el procés, particularmente tras el paso por los tribunales de sus dirigentes.
«Continúa existiendo un independentismo instrumental», opina Bru de Sala, convencido de que hay quien vota en este sentido «porque piensa que no hay otra manera de cambiar la relación con España».
Según el escritor, la mayoría independentista sigue pendiente de que se cierren dos ciclos: el electoral (para saber qué pasa con su líder, Carles Puigdemont) y el judicial (para saber qué pasa con la sentencia).
El colapso
Miquel Porta Perales, por su parte, considera que el camino hacia la independencia tenía fecha de fracaso desde el principio.
Según se reconstrucción, el 11 de septiembre de 2012 se inicia un movimiento que a los dos meses ya sabe que no funcionará. En las elecciones del noviembre siguiente, Artur Mas pierde escaños en el Parlament y, aun así, decide seguir adelante con el proceso.
«Empieza la fase de constante colapso del procés», que lleva en colapso siete años; dice Porta Perales.
El analista plantea los siguientes interrogantes: «¿Por qué no funciona el proceso catalán? Para empezar, porque no tiene suficiente apoyo político ni social (no tienen votos).
Pero tampoco tiene base legal, va en contra del Estatuto de Cataluña, que determina que necesitan una mayoría de 2/3 para poder tomar decisiones que incumben a todos los catalanes. Tampoco tiene apoyo internacional ni económico.
«Han dado tantos pasos hacia la nada que ha llegado al punto de no retorno», concluye Porta Perales, autor de Sumisión en la granja (ED Libros).