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La plaza | Pactos para la investidura: ¿tregua, inflexión o impostura?

Sánchez ha pactado con tres bandos alejándose de sus mensajes durante la campaña y gobernará con un programa de Podemos; estos son los temas de 'La plaza'

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Pedro Sánchez ha debido enhebrar al menos tres importantes pactos para lograr su investidura: con Podemos, con el PNV y con ERC. Miquel Porta, analista habitual de La plaza, se interroga en torno al carácter de esos pactos sin acabar de darse una respuesta clara: tregua, inflexión o impostura de los firmantes.

Y es que todo en esos pactos parece forzado, contra natura; en cualquier caso, opuesto radicalmente a los mensajes que desde el PSOE se lanzaron antes y durante la última campaña electoral. Sánchez ha dado un nuevo giro copernicano en su discurso: de prometer la vía penal para los organizadores de referéndums ilegales o pactar con los organizadores del último referéndum ilegal que hubo en España, el del 1-O del 17.

El coste de los pactos y el programa de Gobierno para el país 

¿Más elementos contrarios al sentido común en la letra de esos acuerdos? Quizás el principal es que un partido (el PSOE) que se presenta a unas elecciones y las gana (aunque perdiendo escaños) acabe gobernando con el programa de un partido que acaba cuarto (perdiendo más escaños y votos que el ganador).

Porque lo que no hay duda entre los analistas de La plaza es que, si finalmente Sánchez consigue ser investido presidente del Gobierno español, el programa con el que gobernará es el de Podemos (con algunos párrafos casi textuales) y no el del PSOE. Para los socialistas, afirma Fèlix Riera, la lógica de los socialistas a la hora de firmar esos acuerdos es una lógica coyuntural, salvar el match ball de una nueva repetición electoral, mientras que para los podemitas es la de perfilar una posición ideológica netamente izquierdista.

El problema de todo ello es el coste que para el país pueda tener, el coste para los españoles que tenga desde la aceptación del lenguaje y presupuestos de los independentistas hasta la política económica tan poco adecuada, a priori, para el estancamiento que se avecina o en el que ya nos hemos instalado. Como decíamos: nunca tan pocos llegaron tan lejos.

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