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Las rectificaciones del Gobierno durante la gestión de la pandemia del coronavirus se amontonan al mismo ritmo que incrementan las tensiones internas entre los socios de PSOE y de Podemos.
Pero lo más urgente sigue sin resolver: no hay apenas pistas sobre los planes que maneja el Gobierno respecto al desconfinamiento, ni tampoco se sabe en qué momento se conocerán las conclusiones del estudio de seroprevalencia para estimar el número real de infectados por Covid-19 en España.
El episodio de La Plaza de esta semana, conducido por Juan García y con la participación de José María Mesa, Ismael García Villarejo y Marcos Pardeiro, parte de estas consideraciones para entrar a fondo en lo que verdaderamente importa al Gobierno: su propia imagen.
A eso se dedica a fondo un Gobierno que no es capaz de aclarar cómo va a retomar su actividad España a todos los niveles (económicos y sociales), pero que es experto en dejar frases para la galería. «Lo que haga falta, donde haga falta y cuando haga falta», se hartó de repetir Sánchez al inicio de la crisis.
Un mes y medio después de la crisis, la frase no puede resultar más hueca. El Gobierno solo tiene un test ante la crisis y consiste en comprobar su propia imagen ante el espejo.