Los sindicatos de Panrico retoman la negociaciĆ³n
CCOO y UGT intentan llegar a un principio de acuerdo sobre la viabilidad de la fabrica catalana. La direcciĆ³n se queda al margen, con el ERE de extinciĆ³n de actividad preparado
Después de cuatro meses de negociación infructuosas y 15 días de largo receso, los dos granos sindicados de Panrico, CCOO y UGT, se han sentado de nuevo a negociar al Departamento de Trabajo de la Generalitat este lunes. Han pasado página a su enfrentamiento e intentan buscar una hoja de ruta para que la fabrica de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona) siga abierta y sea rentable.
El primer encuentro se ha alargado hasta la madrugada y no han llegado a ninguna posición común. Ā«Pero esto no significa que la negociación esté rota. Seguiremos hablandoĀ», indica el portavoz de UGT. Con mayoría en el comité intercentres, que engloba a todos los trabajadores del fabricante de Donuts en Catalunya, son más propensos a trazar líneas rojas en el plan de viabilidad que el consejero delegado, Joan Casponsa, los ha puesto encima de la mesa.
En contrapunto, desde CCOO lo rechazan por el recorte a las condiciones laborales que supone. Su propuesta es la prejubilació de 50 trabajadores, un extremo que la dirección rechaza. Afirman que los 464 empleos del centro son necesarios, a pesar de que el excedente de producción es del 25%. Ā«En los 15 días que ha durado el receso, los ánimos se han calmado y ahora todos estamos en el mismo barco: queremos negociarĀ», afirma el presidente del comité de empresa de Santa Perpetua, Pedro Izquierdo (CCOO).
ERE preparado
Los representantes de los trabajadores explican que Trabajo no los ha indicado ninguna fecha máxima para firmar el preacuerdo con Casaponsa. Pero son conscientes que tiene que llegar Ā«pronto, no podemos tardar másĀ», aseguran desde UGT.
La dirección se ha quedado al margen de la negociación. Desde el entorno a Casaponsa comentan que tiene preparado el expediente de regulación de empleo (ERE) para presentar al Ministro de Trabajo. La institución que se tendrá que pronunciar sobre el cierre de la factoría catalana y la reestructuración de la actividad de los otros 10 centros productivos que Panrico tiene en España. Pero antes de dar el paso esperará a que los sindicatos lleguen al anhelado pacto.
Eso sí, es la última oportunidad. Desde el grupo son tajantes, si quieren salvar la compañía tienen que actuar. Y esto pasa para asegurar la viabilidad de la fábrica catalana o bien echar el cierre.