Lo que nadie te dice sobre tener cuentas bancarias abandonadas
Las cuentas abandonadas son aquellas que han permanecido inactivas durante mucho tiempo, es decir, sin que el titular haya realizado alguna operación
Las cuentas bancarias abandonadas o en desuso son aquellas que han permanecido inactivas durante un largo periodo de tiempo, sin registrar operaciones por parte del titular debido a distintas razones, como el olvido, un cambio de banco, fallecimiento, entre otras.
Esto puede desencadenar que los bancos clasifiquen las cuentas como inactivas e incluso pueden notificar a los titulares sobre la falta de movimientos. Sin embargo, las consecuencias sobre poseer cuentas abandonadas pueden ser desde acumular cargos hasta perder los fondos que tenías sin ser consciente.
Uno de los riesgos principales es que si una cuenta tiene ingresos y no se registra ninguna operación por veinte años, ese dinero pasa a ser del Gobierno español, según lo indica la Ley del Patrimonio del Estado.
«Una cuenta se considerará legalmente abandonada después de 20 años sin que el titular haga ningún movimiento en la misma. El dinero existente pasaría entonces a ser propiedad del Estado», indica el artículo 18.1 de la normativa.
Otra consecuencia involucra las posibles comisiones que habría que pagar. Es posible que una cuenta abandonada -que no tenía dinero- acumule una deuda sin que el titular se diera cuenta. La única manera para asegurarte que no pagarás comisiones es cancelando el producto.
Las cuentas inactivas o abandonadas, aunque no tengan saldo, seguirán generando gastos para la entidad por el concepto de mantenimiento, por lo que es lógico que se traduzcan en comisiones.
Y es que las cuentas ‘fantasma‘ son mucho más comunes de lo que parece y las consecuencias de este abandono le han hecho embolsarse al Estado cerca de 300 millones de euros en diez años (entre el 2012 y 2021), según los datos de Hacienda.