Por qué no hay que fiarse del euribor ni de hipotecas mixtas
Cada vez se firman más hipotecas fijas aunque el euribor sigue en negativo, mientras que las mixtas van a la baja
Hace menos de una década, más del 95% de las hipotecas que se firmaban en España eran a tipo variable. Es decir, referenciadas al euribor. Esa inercia cambió en 2015 y el año pasado ya casi cuatro de cada diez eran a tipo fijo. Es curioso que se produzca este cambio precisamente cuando el euríbor está en mínimos históricos, de hecho, cotiza en negativo (-0,19%).
Una de las causas principales del cambio de tendencia es la oferta de los bancos. Con los intereses tan bajos, les interesa vender hipotecas fijas, y han apostado por ellas, ofreciéndolas y promocionándolas entre sus clientes. Los máximos responsables de bancos como el Sabadell, Caixabank, el Santander y BBVA las han recomendado públicamente.
Pero su argumento no es solo comercial. Tiene también una base lógica, sobre todo para aquellos que busquen una opción conservadora. Con una hipoteca fija, saben lo que pagarán cada mes hasta el último día, mientras que en las variables, cambia cada año o cada seis meses. Además, contratar una hipoteca con euríbor ahora, pese a parecer un chollo, tiene sus riesgos.
¿Por qué no hay que fiarse del euríbor bajo?
- El hecho de que el euríbor esté bajo, hace que los bancos apliquen diferenciales mucho más altos que antes de la crisis. La mejores hipotecas variables, las de Liberbank y Kutxabank, ofrecen un euríbor +0,9%, pero con alta vinculación. El Santander, Bankia y BBVA ya cargan un punto.
- Más recomendable para hipotecas a corto plazo que a largo plazo. El hecho de que los diferenciales sean altos implica que si bien el primer (o primeros años) de hipoteca la cuota será baja, cuando suba el euríbor –están previstas subidas de los tipos del BCE a finales de 2019–, el diferencial será una carga. Con una hipoteca a 15 años puede valer la pena el riesgo; a 30 años, quizá no.
- Los bancos se cubren las espaldas con las hipotecas variables, con el primer año a tipo fijo o con un diferencial mayor, como es el caso del crédito para la vivienda actualmente más famosa de España, la de Pablo Iglesias e Irene Montero. De esta manera, la entidad se asegura de recibir una cuota más alta al menos el primer año, cuando sabe que el euríbor poco se va a mover.
- Vinculación. Para lograr intereses ventajosos y diferenciales bajos, los bancos piden mucha vinculación. Es decir, domiciliar recibos, seguro del hogar, de vida y hasta, en ocasiones, planes de pensiones. Si bien estas exigencias se están empezando a poner en tela de juicio, son habituales, pero también para unas buenas condiciones en una hipoteca fija o mixta.
¿Es mejor la hipoteca a tipo fijo?
Como decíamos, depende del perfil, más o menos conservador, de cada uno. La ventaja es que se sabe que nunca se va a pagar una cuota mayor, pero el inconveniente es que tampoco se pagará una cuota menor. No hay sorpresas, ni negativas ni positivas. La lógica inversora dice que, con una hipoteca a largo plazo, 25 o 30 años, los tipos terminarán subiendo y puede terminar siendo una buena apuesta, pero nunca se sabe.
Actualmente, las mejores hipotecas fijas superan el 2% de interés a 30 años, como las de BBVA, Ibercaja, Liberbank, Targobank y Bankinter. En cambio, para plazos más cortos, los bancos ajustan más los intereses. Liberbank ofrece hipotecas a diez años al 1,55%.
¿Las hipotecas mixtas son una alternativa?
Algunos bancos están ofertando hipotecas mixtas, pero no solucionan el problema de incertidumbre a largo plazo de las variables, sino que lo agravan. Las mejores del mercado de este tipo, las de BBVA, Openbank (Santander), Kutxabank e ING, son a 30 años, con los 10 primeros a tipo fijo y los 20 restantes a variable con euríbor +0,99%.
Con estas hipotecas, lo que logran los bancos es cubrirse ante los tipos bajos durante más tiempo, diez años, con un interés fijo cercano al 2%, a la espera de que, en una década, el euríbor haya remontado. Por ello, no parecen una buena alternativa para los hipotecados.