Hormigón, madera, acero o piedra, ¿cuánto resisten las casas a lo largo del tiempo?

La vida útil de las construcciones está condicionada por el material empleado, el entorno y el mantenimiento adecuado

El mantenimiento adecuado y regular es clave para prolongar la vida útil de cualquier estructura.

El mantenimiento adecuado y regular es clave para prolongar la vida útil de cualquier estructura.

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La vida útil de una vivienda o edificio no es solo cuestión de diseño o ubicación, sino del material con el que está construido. Factores como el clima, el mantenimiento y el uso influyen en su durabilidad. Aunque cada material ofrece ventajas específicas para una casa, el cuidado periódico y el correcto manejo de sus propiedades son esenciales para prolongar su existencia.

La durabilidad se refiere a la capacidad de una construcción para mantener su estabilidad y funcionalidad a lo largo del tiempo. El Código Técnico de la Edificación (CTE) en España establece criterios claros sobre el tiempo de servicio esperado para cada tipo de estructura. A continuación, exploramos las particularidades y requisitos de mantenimiento de los principales materiales utilizados en la construcción.

La madera, un material con siglos de historia, ofrece durabilidad a una casa si se mantiene adecuadamente.
La madera, un material con siglos de historia, ofrece durabilidad a una casa si se mantiene adecuadamente.

Madera: tradición y resistencia natural

Las estructuras de madera, cuando se construyen y mantienen adecuadamente, pueden durar hasta 100 años o más. Su resistencia a la humedad, a la corrosión química y a ambientes marinos la convierte en una opción viable para diversas aplicaciones, como naves industriales y torres de enfriamiento.

Para garantizar su durabilidad, es fundamental controlar la humedad, protegerla contra plagas y emplear madera tratada o naturalmente resistente. Modificar elementos estructurales sin supervisión técnica puede comprometer su estabilidad.

Hormigón armado: el pilar de las infraestructuras modernas

El hormigón armado es uno de los materiales más utilizados en todo el mundo. Su vida útil varía según el proyecto: desde 50 años en casas y hasta 100 años en monumentos. La clave para su durabilidad radica en el diseño y las condiciones ambientales a las que se expone.

El hormigón armado, esencial en la construcción moderna, requiere inspecciones periódicas para mantener su resistencia.
El hormigón armado, esencial en la construcción moderna, requiere inspecciones periódicas para mantener su resistencia.

El mantenimiento incluye inspecciones anuales para detectar grietas y limpieza periódica de vigas y pilares. Cada 10 años, es recomendable evaluar la necesidad de tratamientos protectores para prolongar su vida útil.

Acero: fuerza y flexibilidad en construcción

Las estructuras de acero pueden alcanzar hasta 200 años de vida si se protegen adecuadamente del agua y la humedad. El aislamiento y la rápida evacuación del agua son esenciales para evitar la corrosión, uno de los mayores enemigos de este material.

El acero, conocido por su longevidad, necesita protección constante contra la humedad y la corrosión.
El acero, conocido por su longevidad, necesita protección constante contra la humedad y la corrosión.

El mantenimiento del acero implica prevenir el contacto con humedades y yeso, además de inspeccionar regularmente en busca de deformidades o grietas que puedan afectar su integridad estructural.

Estructuras metálicas: versatilidad con desafíos

Las estructuras metálicas, como las de acero, enfrentan el reto constante de la corrosión causada por condiciones atmosféricas adversas. Con el mantenimiento adecuado, pueden durar hasta 60 años. Protegerlas de la lluvia, el viento y la salinidad es esencial para mantener su integridad.

La revisión regular de fisuras y abombamientos es clave, así como evitar cualquier modificación estructural sin supervisión técnica para prevenir daños a largo plazo.

Concreto: el material más usado en el mundo

El concreto es la base de muchas construcciones por su durabilidad y versatilidad. Aunque su vida útil estándar es de 50 años, algunas estructuras están diseñadas para alcanzar los 100 años, siempre que se mantengan adecuadamente.

El concreto, presente en la mayoría de las construcciones, destaca por su bajo mantenimiento y alta durabilidad.
El concreto, presente en la mayoría de las construcciones, destaca por su bajo mantenimiento y alta durabilidad.

El mantenimiento es sencillo: limpieza superficial y, en casos específicos, impermeabilización de los poros mediante tratamientos químicos. Esto ayuda a evitar el deterioro por agentes externos y alarga su vida útil.

El papel del mantenimiento en la longevidad

El mantenimiento es fundamental para garantizar la durabilidad de cualquier estructura, independientemente del material. La inspección periódica y el cuidado preventivo pueden evitar problemas mayores y prolongar la vida útil de los edificios.

Cada material tiene necesidades específicas: la madera requiere protección contra plagas y humedad; el acero, aislamiento de humedades; y el hormigón, revisiones para prevenir grietas. Contar con técnicos especializados es crucial para mantener la seguridad y funcionalidad de las estructuras a lo largo del tiempo. Así pues, no cabe duda de que el tiempo de vida de una casa o edificio no solo depende del material, sino del cuidado que reciba.

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