Llevamos 100 aƱos luchando por los alquileres: del Decreto de 1920 a la crisis de vivienda

Desde la primera iniciativa que buscĆ³ topar el precio de los alquileres en 1920, el mercado espaƱol ha ido pasando etapas hasta la crisis actual.

Lucha de los alquileres

Los alquileres han crecido un 50% en los Ćŗltimos cinco aƱos.

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EspaƱa lleva mĆ”s de un siglo luchando para encontrar un equilibrio en el mercado del alquiler de viviendas, una situaciĆ³n que afecta a millones de personas y que se ha agravado especialmente en los Ćŗltimos aƱos debido al alza de precios y la escasez de oferta. Ā 

Desde que en 1920 se promulgĆ³ el primer Decreto que intentĆ³ regular los alquileres, el paĆ­s ha experimentado mĆŗltiples cambios en su legislaciĆ³n, intentando adaptarse a las necesidades de cada Ć©poca, con resultados muchas veces insuficientes. Ā 

La actual crisis de vivienda en alquiler es un tema candente, pero sus raĆ­ces se encuentran en problemas que vienen de lejos. 

El Decreto de 1920: los primeros intentos de control 

La historia moderna de la regulaciĆ³n del alquiler en EspaƱa comenzĆ³ con el Real Decreto de 1920, tambiĆ©n conocido como el ā€œDecreto de Arrendamientos Urbanosā€.Ā 

Este decreto surgiĆ³ en un contexto de creciente urbanizaciĆ³n y una crisis de vivienda en las principales ciudades del paĆ­s, donde los alquileres habĆ­an subido drĆ”sticamente y muchas familias de clase trabajadora se veĆ­an incapaces de asumir los costos de una vivienda adecuada. Ā 

Madrid en los aƱos veinte. Foto: Ayuntamiento de Madrid.

El Decreto buscaba poner un lĆ­mite a los precios y proteger a los inquilinos de posibles abusos por parte de los propietarios, introduciendo medidas de control de precios y la renovaciĆ³n automĆ”tica de los contratos de los alquileres.Ā 

La medida fue recibida con polĆ©mica: si bien algunos consideraban que la protecciĆ³n a los inquilinos era esencial, los propietarios de viviendas criticaban la norma, pues limitaba su capacidad de decidir los precios de sus propiedades, lo cual generaba una sensaciĆ³n de inseguridad jurĆ­dica.  

La intervenciĆ³n del gobierno en el mercado de alquiler era vista como la Ćŗnica soluciĆ³n a corto plazo para frenar una crisis que amenazaba la estabilidad de miles de hogares en las ciudades. 

EvoluciĆ³n de las leyes de alquiler durante el siglo XX 

Durante las dĆ©cadas siguientes, EspaƱa experimentĆ³ diversos cambios en su marco legal respecto al alquiler de viviendas, especialmente durante el rĆ©gimen franquista, que reforzĆ³ las medidas de control de precios y limitaciĆ³n de derechos de desalojo. Ā 

En 1946, se promulgĆ³ una nueva Ley de Arrendamientos Urbanos que continuaba con la tendencia de limitar los precios y proteger a los inquilinos.

Esta ley fijaba rentas de alquiler bajas, pero tambiĆ©n afectaba la inversiĆ³n en el sector inmobiliario, ya que los propietarios consideraban poco rentable alquilar sus inmuebles. Ā 

Esto condujo a un deterioro progresivo del parque de viviendas y a la falta de nuevas construcciones destinadas al alquiler, lo que empezaba a configurar un problema estructural que seguirĆ­a creciendo en las dĆ©cadas posteriores. 

Ya en los aƱos 60 y 70, el panorama comenzĆ³ a cambiar: con el desarrollo econĆ³mico del paĆ­s, la propiedad de la vivienda pasĆ³ a ser una prioridad para muchas familias espaƱolas, especialmente con la promociĆ³n de polĆ­ticas de vivienda en propiedad.  

En este contexto, se abandonaron parcialmente los esfuerzos por estabilizar el mercado del alquiler, lo cual incentivĆ³ el aumento de precios y, de nuevo, la escasez de viviendas asequibles.  

La tendencia hacia la propiedad, alentada ademĆ”s por incentivos fiscales y el desarrollo de crĆ©ditos hipotecarios, hizo que el alquiler quedara relegado como una opciĆ³n secundaria y provisional. 

La Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994: una apertura para el mercado 

Con la llegada de la democracia y la incorporaciĆ³n de EspaƱa a la UniĆ³n Europea, se implementaron reformas significativas en el mercado de alquiler.  

Una de las mĆ”s importantes fue la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) de 1994, que buscĆ³ liberalizar el sector para aumentar la oferta y flexibilizar las condiciones tanto para inquilinos como para propietarios. Ā 

Plaza CataluƱa en Barcelona durante los aƱos sesenta. Foto: Ayuntamiento de Barcelona.

Esta ley redujo la duraciĆ³n mĆ­nima de los contratos a cinco aƱos y permitiĆ³ una mayor libertad para ajustar las rentas al alza.Ā 

El objetivo de esta ley era fomentar la inversiĆ³n privada en el mercado de alquiler, eliminando muchas de las restricciones anteriores que habĆ­an alejado a los propietarios de ofrecer sus viviendas en arrendamiento.  

El impacto de la LAU de 1994 fue limitado en cuanto a facilitar el acceso a viviendas asequibles.Ā 

En este periodo, ademĆ”s, la propiedad de la vivienda siguiĆ³ siendo el objetivo principal de la mayorĆ­a de los espaƱoles, consolidando una cultura de ā€œcompraā€ que influyĆ³ en la estructura de tenencia de vivienda en el paĆ­s. 

La crisis financiera de 2008 y sus efectos en el alquiler 

El mercado inmobiliario espaƱol experimentĆ³ una de sus mayores crisis en 2008, con la explosiĆ³n de la burbuja inmobiliaria. Ā 

El desplome del sector trajo consigo una crisis hipotecaria que afectĆ³ gravemente a miles de familias, provocando un cambio en la percepciĆ³n del mercado de la vivienda. Ā 

Muchas personas perdieron sus propiedades y, a partir de este momento, los alquileres comenzaron a verse como una opciĆ³n viable, ya no solo temporal.Ā 

La falta de regulaciĆ³n y las medidas de austeridad agravaron la situaciĆ³n de los alquileres, especialmente en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, donde los precios subieron de forma abrupta debido a la alta demanda y la entrada de inversores que buscaban convertir los inmuebles en negocios rentables, como alquileres turĆ­sticos. Ā 

En 2013, se introdujo una reforma a la LAU que redujo la duraciĆ³n mĆ­nima de los contratos de alquiler a tres aƱos, lo que facilitaba a los propietarios la actualizaciĆ³n de las rentas y provocĆ³ un aumento considerable en los precios.Ā 

El problema de los alquileres en la actualidadĀ 

El problema del alquiler en EspaƱa sigue siendo uno de los temas mĆ”s acuciantes para la sociedad.  

Con una subida media de precios del 50% desde 2015, los alquileres se han convertido en una carga imposible de asumir para muchos hogares, especialmente para los jĆ³venes.Ā 

Este fenĆ³meno se ve agravado por la falta de viviendas pĆŗblicas y de viviendas asequibles. De hecho, segĆŗn datos recientes, EspaƱa cuenta con un parque de viviendas sociales muy reducido en comparaciĆ³n con otros paĆ­ses europeos, lo cual limita las opciones de los sectores de la poblaciĆ³n mĆ”s vulnerables.Ā 

Es necesario un parque pĆŗblico de vivienda asequible de calidad.

El encarecimiento de los alquileres estĆ” empujando a muchas familias a situaciones de precariedad. Ā 

En ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y MĆ”laga, los precios del alquiler alcanzan ya niveles insostenibles, y muchos inquilinos se ven forzados a destinar una parte significativa de sus ingresos a pagar una vivienda, con el riesgo de endeudarse.  

El gobierno ha aprobado recientemente la Ley de Vivienda, que incluye medidas como el control de los precios de los alquileres en zonas tensionadas y la prolongaciĆ³n de los contratos, buscando aliviar el acceso a la vivienda para los sectores mĆ”s desfavorecidos.Ā 

Perspectivas de futuro: ĀæcuĆ”l es el camino a seguir? 

A pesar de los esfuerzos actuales, el problema de los alquileres sigue sin resolverse y se prevĆ© que continĆŗe siendo un reto en los prĆ³ximos aƱos. Ā 

Expertos en la materia sugieren que, para estabilizar el mercado del alquiler, serĆ” necesario un aumento significativo en la oferta de vivienda asequible, especialmente a travĆ©s de la inversiĆ³n en viviendas pĆŗblicas y sociales. Ā 

En otros paĆ­ses europeos, como Alemania y Austria, el modelo de parque de vivienda pĆŗblica ha demostrado ser efectivo para controlar los precios de los alquileres y ofrecer una alternativa estable a la propiedad privada.Ā 

AdemĆ”s, se ha puesto sobre la mesa la importancia de una regulaciĆ³n flexible, que permita proteger a los inquilinos sin desincentivar la oferta por parte de los propietarios.  

Algunos expertos apuntan a que el desarrollo de un marco de incentivos para propietarios y el fomento de alquileres a largo plazo podrĆ­an ser elementos clave para reducir la inestabilidad y la volatilidad del mercado. 

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