Los API de Barcelona eligen nueva junta después de la inhabilitación
El Colegio de API de Barcelona, que este jueves elige a un nuevo presidente, vive a la sombra de la Asociación de Agentes Inmobiliarios
El Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Barcelona elegirá este jueves a un nuevo presidente. Sustituirá a Joan Ollé, que lleva cerca de veinte años en el cargo y que no se presenta a la reelección. En realidad, no se podía presentar porque está inhabilitado. Sin embargo, Ollé seguirá liderando el colectivo API porque preside la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña (AIC), que multiplica en número de afiliados y presupuesto al modesto colegio oficial barcelonés.
La AIC se constituyó en 2010 cuando los colegios oficiales de Barcelona, Lleida y Girona iniciaron el proceso de segregación del Consejo General de Colegios Oficiales de API de España. En cambio, los agentes de la propiedad inmobiliaria de Tarragona, presididos por José Antonio Mas, siguieron fieles al consejo español.
Diversas sentencias judiciales tumbaron aquella segregación: condenaron al colegio barcelonés a pagar las cuotas pendientes al consejo español y, encima, inhabilitaron a los miembros de su junta, si bien la mayoría se ha mantenido hasta ahora en el cargo.
Pase lo que pase con las elecciones colegiales de este jueves, Ollé seguirá al frente de la AIC. Son dos organizaciones hermanas que comparten la misma sede, aunque independientes y con una gran diferencia de peso. El colegio barcelonés tiene cerca de un millar de afiliados, todos ellos titulados universitarios, mientras que la asociación catalana indica en su página web que representa a 6.000 profesionales del sector. El colegio dispuso en 2017 de un presupuesto de 1,1 millones de euros, cuando el de la asociación se elevó a 1,9 millones sin contar con los cerca de 2 millones de euros anuales que facturan sus empresas.
El negocio de los servicios para los asociados
La AIC creo tres sociedades mercantiles que prestan servicios inmobiliarios a sus asociados: Apialia, constituida en 2013, que el pasado año facturó cerca de 900.000 euros; Tecno API, fundada en 2016, que superó el millón de euros; e Inmoscopia, que acaba de cumplir un año de vida. Las tres tienen como administrador único a la propia asociación.
El nuevo presidente del colegio barcelonés estará obligado a cohabitar con el de la asociación. A Ollé todavía le quedan dos años de mandato y se puede volver a presentar. La inhabilitación tan solo afecta al cargo de presidente del Colegio de API de Barcelona, que abandonará después de las elecciones de este jueves.
Fuentes del colectivo de API recuerdan que la asociación reformó sus estatutos hace precisamente un año. Con los anteriores, el millar de afiliados del Colegio de Barcelona votaba en bloque porque quien ejercía el sufragio en representación de todos ellos era su presidente. Con la reforma, cada colegiado votará de forma individual en las elecciones de la asociación dentro de dos años.
Estas fuentes indican que la batalla por la representación de los API barceloneses será en dos etapas: primero, este jueves elegirán a un nuevo presidente del colegio y, dentro de dos años, al de la asociación. A las primeras elecciones, se presentan dos candidatos: Gerard Duelo y Francesc Quintana.