Los wasaps de García Ortiz están con las actas de Maduro
Pedro Sánchez sabe que depende de los mensajes de wasap que el fiscal general del Estado ha borrado de su móvil
Los wasaps de Álvaro García Ortiz están en el limbo. Como las actas electorales que este verano pasado dieron la victoria a Nicolás Maduro. Nadie ha visto nada, tal vez unos pocos que estaban en el ajo, los suficientes. El limbo, políticamente hablando, es ese sitio al que se envían las pruebas y los datos definitivos que no interesa que se den a conocer. Igual nunca existieron, o quizá sí. Y si por casualidad llegaron a tener vida, ya se encargaron de quitársela y de ponerlos lejos del alcance de jueces y periodistas curiosos.
El próximo 10 de enero Maduro continuará oficialmente como presidente de la República de Venezuela gracias a unas actas electorales que no se conocen. Igual que Álvaro García Ortiz seguirá siendo el fiscal general del Estado gracias a unos mensajes que han desaparecido de su teléfono móvil.
Y es que, aun a riesgo de parecer exagerado, se podría decir que Venezuela y España han conseguido lo mismo: la permanencia de sus respectivos presidentes aplicando el principio de “la no existencia de pruebas” que cuestionen la legitimidad de sus gobiernos. Unos guardan sus secretos en la “nube” y otros los mandan al limbo.
Pedro Sánchez sabe que depende de los mensajes de wasap que el fiscal general del Estado ha borrado de su móvil. Si la UCO los encuentra y se demuestra que García Ortiz prevaricó para dañar al novio de Isabel Díaz Ayuso y de paso a la presidenta de la Comunidad de Madrid, el presidente del Gobierno se encontraría en una delicadísima situación y quién sabe si en el final precipitado de la legislatura.
Pero por lo pronto, y mientras no haya mensajes, no hay pruebas. Así que todos los malpensados ya le estáis pidiendo perdón a García Ortiz.
Igual que los venezolanos a Nicolás Maduro, que tampoco tiene actas, ni falta que le hacen. Porque está tan claro que ganó las elecciones como que nuestro fiscal general no participó en la filtración de mensajes sobre el novio de Ayuso.
Así que si el próximo día 10 de enero se le ocurre a Edmundo González Urrutia, líder de la oposición ahora exiliado en España, presentarse en Caracas, será detenido. Y la también opositora, Corina Machado, perseguida y amenazada, ya puede extremar las precauciones a partir del momento en que Maduro se “corone”. Porque irá a por ella.
La falta de pruebas, sean actas electorales o mensajes de wasap, destruidas de manera voluntaria, suponen un importante menoscabo a la credibilidad democrática de cualquier país. Venezuela es un narco-estado bajo el paraguas de países como Rusia y China, empeñados en demostrar que los sistemas liberales fracasan ante la eficacia de regímenes como los suyos.
Extienden y emplean sus métodos por el mundo con el claro objetivo de debilitar las democracias occidentales, creando contradicciones y financiando cualquier causa que ponga en jaque a la Unión Europea y EE.UU.
«La falta de pruebas, sean actas electorales o mensajes de wasap, destruidas de manera voluntaria, suponen un importante menoscabo a la credibilidad democrática de cualquier país»
Por eso España no puede permitir que se cuestione su sistema democrático ni que se dude de sus instituciones. Y menos por la acción incomprensible de un fiscal general que borra los wasaps correspondientes a unos días que fueron claves en una cuestión altamente sensible. Mostrar debilidades institucionales nos pone a merced de quienes están acostumbrados a comprar voluntades políticas en partidos y gobiernos.
Es posible que en España, algunos como José Luis Rodríguez Zapatero, ya hayan caído en sus garras. Nadie con un poco de dignidad debe defender esa nefasta figura y su falso papel de “mediador”.
Por eso la diplomacia española tiene que ser tajante, debe alejarse de cualquier tentación y reconocer a Edmundo González Urrutia como presidente legítimo de Venezuela, tal y como han hecho Italia, Argentina y EE.UU, liderando la defensa de la democracia y los derechos humanos.
Estos días son propicios para sentirnos optimistas. Nace Jesús y con él la esperanza de un mundo mejor.