Utilizar lo público con fines privados, especialidad de la Moncloa

Quizá lo más grave no es que Begoña Gómez utilizara medios públicos con fines particulares, sino que lo hiciera hace más de seis años y que no haya trascendido hasta ahora

Todos los escándalos en los que se ha visto envuelta e investigada la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, tienen un denominador común: la utilización de medios y recursos públicos en beneficio propio.

Dicen los que conocen a la pareja presidencial, antes de que se fuera a vivir a la Moncloa, que ambos siempre se han caracterizado por ser una especie de aristócratas de lo público.

Niños pijos de familias de clase media-alta con aspiraciones elitistas, que militan en algo parecido a la izquierda para, con los resortes del Estado, llegar lo más alto posible. Lo que siempre se ha definido como los “quieroynopuedo”. Hasta que pueden. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su mujer, Begoña Gómez. Foto: Diego Radamés / Europa Press

Solo así se entienden algunos de los episodios más chocantes (por no decir vergonzosos) que el matrimonio presidencial ha protagonizado en los últimos años. Desde el besamanos de la Zarzuela, colocándose al mismo nivel que los reyes, hasta la última utilización de un medio público, como RNE, para promover los negocios particulares de Begoña, porque ella lo vale.

Hay que reconocer que es tentador actuar como ellos lo hacen. Al fin y al cabo está en el anhelo de la izquierda española “asaltar los cielos”. Es decir, poner los privilegios del poder a tu servicio en lugar de ponerte tú al servicio de los demás para que no haya privilegios. 

Quienes lo avalan

Y hay una parte de la sociedad que entiende este proceder, lo justifica y hasta lo promueve. Un tipo de gente que se identifica tanto ideológica y socialmente que acepta de buen grado que quienes se dicen progresistas y de izquierdas utilicen lo público como si fuera de ellos, algo exclusivo.

Por eso Begoña Gómez entró en el edificio de RNE en Prado del Rey, fue recibida por la dirección con alfombra roja y se le permitió utilizar los medios técnicos y profesionales para su propio beneficio: la cátedra de la Universidad Complutense ya desaparecida. 

«Niños pijos de familias de clase media-alta con aspiraciones elitistas, que militan en algo parecido a la izquierda para, con los resortes del Estado, llegar lo más alto posible»

Quizá lo más grave no es que Begoña Gómez utilizara medios públicos con fines particulares, sino que lo hiciera hace más de seis años y que no haya trascendido hasta ahora. A nadie de los que conocían este episodio en el ente público RTVE se le ocurrió, no ya denunciarlo, ni siquiera ponerlo en conocimiento de los muchos órganos de control que tan activamente protestaban por cuestiones menores en otra época y con otro Gobierno. 

Es evidente que los medios públicos, en manos de este matrimonio, están lejos de tener algo parecido a credibilidad. Se han convertido en una herramienta al servicio del Gobierno para tratar de contraatacar todo cuanto se está publicando sobre Begoña Gómez, Ábalos, Koldo, etc.

Y a la vez participan de la campaña de desinformación lanzada desde la Moncloa contra los medios y magistrados no afines. Están consiguiendo que las empresas de comunicación y los periodistas españoles atraviesen uno de los peores (quizás el peor) momento en el ejercicio de su profesión desde la muerte de Franco.  

Dentro o fuera

O se está con ellos o contra ellos. Así está la cosa para quienes quieren mantener viva la llama de la crítica independiente en el periodismo. Si no estás con ellos te quedas fuera. Vas a vivir a la intemperie, en la fachosfera. Pero si te sumas al equipo olímpico de opinión sincronizada gozarás de numerosas ventajas.

«Es evidente que los medios públicos, en manos de este matrimonio, están lejos de tener algo parecido a credibilidad. Se han convertido en una herramienta al servicio del Gobierno»

A través de este medio que ahora lee usted hemos conocido que la Generalidad de Cataluña regó, con 45 millones de euros de publicidad institucional, los medios de comunicación y plataformas digitales justo un año antes de que su presidente, Pere Aragonés, convocara las elecciones que luego perdió. 

Los principales beneficiarios de estas subvenciones fueron El País, La Vanguardia, El Periódico y Ara. Diarios que, compruébelo usted mismo, apenas publicarán nada sobre la utilización de medios públicos como RNE por parte de la mujer del presidente. Es más, alguno dirá que pudiendo haber puesto la promoción de la cátedra de Begoña Gómez en bucle en Radio5, no lo han hecho. Todo un detalle.