Una salida política 

El clima de agresión que se vive en la política y en los medios de opinión pública española contrasta con la calma de los ciudadanos

La actual situación política en España, en la que se acumulan cada vez más noticias de corrupción, denuncias de violencia contra las mujeres por parte de aquellos que detentan el poder, traiciones políticas en el seno de los partidos, investigaciones judiciales, las acusaciones cruzadas entre las administraciones por la insuficiente gestión realizada antes y después de las fuertes lluvias provocadas por la DANA, que ha ocasionado la muerte de más de 200 personas, descalificaciones y amenazas cruzadas entre los partidos políticos, permite plantear que existe la posibilidad de que los españoles sean víctimas de la mala gestión de sus gobernantes y no de la falta de medios para afrontar la crisis de la vivienda, de la emergencia climática y energética ni de la falta de medios y profesionales en sectores como la educación o la sanidad. 

El clima de agresión que se vive en la política y en los medios de opinión pública española contrasta con la calma de los ciudadanos que viven al margen de las intrigas políticas, los ajustes de cuentas y las exequias por los políticos caídos de la derecha o izquierda para que abandonen sus cargos.

El exceso de affaires políticos parece sugerir que nos encontramos ante un golpe de estado permanente promovido tanto por aquellos  que ostentan el poder y como por los que aspiran a obtenerlo. Cuando el escándalo es útil para alcanzar los fines políticos, todos los debates se centran en cómo extender la sospecha, socavar la legitimidad de los adversarios y, si es necesario, también de las instituciones políticas. 

Hasta aquí una interpretación sobre el grave momento político en el que nos encontramos; a pesar de ello, debemos intentar encontrar una salida que permita que las peores pasiones políticas no guíen a los partidos políticos, que la acusación y sospecha  no se apodere de la acción y el lenguaje de los ciudadanos y de los medios de comunicación.

«La única opción para salir de esta situación de desgaste permanente de la política es exigir la defensa del  bien común»

No debemos permitir que la corrupción quede a merced del escándalo político basado en la estrategia de deformar los hechos hasta hacerlos irreconciliables. El clima de nuestra vida pública no se degrada  por descubrir un nuevo caso de corrupción cuando ya ha sido enjuiciado y ha quedado demostrado, sino al contemplar que algunos partidos políticos buscan ocultarlo y enmarañarlo para desviar la atención. 

No se degrada la vida pública  por conocer la verdad, sino por intentar ocultarla con estrategias políticas partidistas. Buscar una salida en la política cuando una buena parte de los ciudadanos considera a los políticos a los responsables de  la mala gestión de gobierno puede parecer imposible; sin embargo, todos sabemos que la única opción para salir de esta situación de desgaste permanente de la política es exigir la defensa del  bien común, que solo se puede lograr si triunfa la política donde ahora lo hace la corrupción.