Los caminos de Trump y Harris a la Casa Blanca: empate, voto anticipado y tribunales a la vista

El voto anticipado será clave en las elecciones presidenciales que celebra hoy Estados Unidos, con Trump y Harris prácticamente empatados en las encuestas.

Las elecciones presidenciales de 2024 de Estados Unidos que hoy se celebran se decidirán por un margen pequeño de votos. Ninguna de las numerosísimas encuestas que se publican diariamente concede a la vicepresidenta Kamala Harris o al ex presidente Donald Trump más de dos puntos de ventaja en el voto popular.

El ganador de las elecciones presidenciales en EE UU es quién acumula como mínimo 270 votos electorales de los 568 en liza. En 2020 se registró un alto porcentaje de participación, del 66%, y se prevé que este año sea aún más alta.

Más de 72 millones de estadounidenses han votado por anticipado, por correo o en persona. La votación anticipada se promovió en 2020 debido a Covid-19. El partido Demócrata la impulsó y los Republicanos la despreciaron.

En esta ocasión el partido de Trump ha aprendido la lección y también la fomenta. Pero cada estado tiene su propia legislación y normas respecto a cómo se puede votar en general, también por correo y en persona por anticipado. Esta circunstancia ya creó problemas en el pasado.

En las elecciones del año 2000, George W. Bush batió a Al Gore después de que el Tribunal Supremo ordenara un recuento manual de los votos en Florida. El público se familiarizó con distintos tipos de papeletas y Bush ganó Florida por sólo 538 votos.

La ruta sureña y la pared azul

Los últimos promedios de encuestas llevados a cabo por Real Clear Politics confirman algunas tendencias que se sostienen desde semanas o incluso meses.

Trump aventaja a Harris por 2 o 2,5 puntos en Arizona y Georgia. Mantiene un margen de 1 o 1,5 puntos sobre la vicepresidenta en Nevada y Carolina del Norte. Ciertamente estas diferencias entran dentro del margen de error. Pero hay motivos para pensar que Trump ganará los dos estados del suroeste (Arizona y Nevada) y del sureste (Georgia, Carolina del Norte).

Hasta hace relativamente poco eran estados cuyos gobernadores y senadores eran habitualmente Republicanos. Harris está logrando menos apoyo entre los hombres afroamericanos e hispanos que Biden en 2020. Dichos colectivos son fundamentales tener éxito en Arizona y Nevada (hispanos) y Georgia y Carolina del Norte (afroamericanos).

El camino realista para que Trump logre como mínimo 270 votos electorales pasa por dicha ruta del sur. Pero para el ex presidente no es suficiente triunfar en Arizona, Nevada, Georgia y Carolina del Norte. Debe además ganar uno de los tres estados de la denominada “pared azul”, Wisconsin, Michigan y Pensilvania.

Kamala Harris (Estados Unidos)
La candidata presidencial del Partido Demócrata, Kamala Harris. Foto: Europa Press

Entre 1992 y 2012 el candidato Demócrata los ganó. Proporcionalmente tienen más población blanca que el promedio del país. Trump consiguió en 2016 arrebatarlos a Hillary Clinton con un mensaje populista dirigido a los blancos sin estudios universitarios. Biden los recuperó para los Demócratas en 2020.

Los promedios de encuestas otorgan una ligera ventaja a Harris en Michigan y Wisconsin, aunque en muchos casos es de menos de 1%. En ambos estados ha disminuido el porcentaje de votantes blancos sin estudios universitarios.

La victoria para la exsenadora de California pasa por batir a Trump en los tres estados de la “pared azul”. Si lo logra, sumaría 270 votos electorales por 268 Trump. Inversamente, si el candidato Republicano ganara en los cuatro estados sureños y uno de la “pared azul” lograría un segundo mandato.

Tribunales a la vista

Trump no aceptará perder las elecciones. Si el magnate neoyorquino gana por la mínima Harris planteará también recursos ante los tribunales.

Dichas apelaciones son legítimas en relación con aspectos de la votación como si los votos por correo han sido recibidos antes del vencimiento del plazo legal; si la firma en el sufragio por correo coincide con la del censo; si se ha facilitado el voto anticipado en persona; o si el sistema de recuento no presenta errores sustanciales.

Los Republicanos hasta ahora han perdido la mayoría de las demandas que han presentado. En Virginia, sin embargo, el Tribunal Supremo ha ratificado la eliminación de 1.500 nombres del censo al tratarse supuestamente de personas sin ciudadanía estadounidenses.

Si el país no estuviera tan polarizado y la contienda no fuera tan reñida, errores carentes de mala fe de tal magnitud serían irrelevantes. Pero en los siete estados decisivos sólo decenas de miles de votos separarán al triunfador del perdedor.

Si uno de los dos candidatos vence en cinco de los siete estados clave la diferencia en el colegio electoral será pequeña pero no mínima. En tal caso los litigios adolecerán de táctica dilatoria e incapacidad de aceptar la derrota.

La ampliación del voto anticipado multiplicará la casuística de recursos judiciales. La campaña de Trump presentó y perdió 62 recursos judiciales a partir del 4 de noviembre de 2020. Aunque conceder la derrota hubiera sido más inteligente, hay que subrayar la legalidad de los recursos siempre y cuando se dictamine sobre ellos antes del 8 de diciembre (el plazo máximo para que todos los estados certifiquen sus resultados).

El aparente ganador se conocerá probablemente la noche del miércoles, cuando el recuento oficial haya finalizado. Pero, a menos que se equivoquen completamente la mayoría de las encuestas, el próximo inquilino de la Casa Blanca tardará algo más en certificarse.

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