Transformando el campo en tiempos de sequía
La sequía ha agudizado el debate acerca de la eficiencia de los sistemas de riego en la agricultura española
Buena parte de España padece cíclicamente periodos de sequía, especialmente en el sur y noreste peninsular. La situación hidrológica es cada vez peor debido al cambio climático. El Ministerio para la Transición Ecológica advierte que habrá una “reducción de la disponibilidad de agua” en el futuro, además de una “mayor frecuencia e intensidad de fenómenos hidrometeorológicos extremos como las sequías e inundaciones”.
La sequía ha agudizado el debate acerca de la eficiencia de los sistemas de riego en la agricultura española. Existe aún una superficie importante del campo en la que los sistemas de riego no son eficientes y carecen de la modernización y digitalización necesarias. Esto implica una importante pérdida de agua por evapotranspiración, un fenómeno que favorece la desertificación y la extenuación de los ríos, los acuíferos y los humedales.
El riego a manta, o por inundación predomina aún en la mayoría de explotaciones, lo que implica un uso intensivo y descontrolado de los recursos hídricos. Apostar por un sistema de riego por aspersión o por goteo implica un ahorro del 15% del consumo de agua, pero conlleva unos costes de unos seis mil euros por hectárea, un desembolso que, en un sector lastrado por la crisis demográfica, no todos los agricultores están dispuestos a asumir.
En 2021, el sector agrícola y ganadero empleó alrededor de 24.000 hm³ de agua, una cantidad que representa el 73,5% del consumo de recursos hídricos, muy por encima del consumo urbano (15,58%) y de uso industrial (4,7%). Las empresas de agricultura intensiva y las macrogranjas son las que más agua consumen.
La sequía refleja una situación hídrica complicada, que obliga a replantear la distribución del consumo de agua y el sistema de incentivos en el que opera
Estas actividades tienen una presencia importante en Murcia, región que desde los años ochenta, ha pasado de usar mayoritariamente regadíos por inundación a tener uno de los sistemas de riego más avanzados de la península. A través de fórmulas de colaboración público-privada, la comunidad ha logrado digitalizar gran parte de sus parcelas, aumentando la eficiencia del regadío.
Mientras en Murcia se han encontrado soluciones para cultivar de forma más eficiente pese a la escasez de agua, en Cataluña, la modernización no acaba de llegar. El 45,37% de los regadíos son de inundación, según datos de la Generalitat. Además de la falta de precipitaciones, se han reducido las aportaciones de primavera por el deshielo en los últimos años. Más de la mitad de los glaciares de los Pirineos han desaparecido en las últimas tres décadas, según datos del Observatorio Pirenaico de Cambio Climático.
El sector porcino representa una parte muy sustancial del consumo de agua de la industria ganadera. Según Mekonnen y Hoekstra (2012), la huella hídrica de la producción de carne porcina promedio está alrededor de los 6000 litros de agua por kilo de carne. Las diferencias se deben a los sistemas de producción y alimentación, a los niveles tecnológicos y al uso del agua en la granja.
Cataluña es uno de los líderes en producción porcina a nivel europeo. Casi la mitad de la superficie agraria se utiliza para el consumo de forrajes (maíz y soja) para alimentar a los cerdos, con un uso medio de más de 1100 litros de agua por kilo de cerdo. La industria cárnica animal catalana cuenta con más de ocho millones de cerdos que comen siete veces más que los humanos. Aproximadamente el 44% de la producción de cerdo se exporta a China.
Hoy el sector porcino no internaliza en su precio las externalidades negativas que ocasiona, como las emisiones de carbono y de metano o amoniaco por gestión de purines y estiércoles. Se han ido adoptando nuevas tecnologías en la crianza que han reducido la huella hídrica y medioambiental, como es el caso de los bebederos cazoleta, las hidrolavadoras para la limpieza, el mantenimiento del sistema de reparto del agua, etc. Pero el impacto – que no se traslada al sistema de precios como sí está ocurriendo en la industria – sigue siendo muy elevado, con un gran consumo de agua y contaminación de los acuíferos por nitratos.
En este contexto, es importante resaltar también el surgimiento del ecosistema foodtech alrededor de la fabricación sintética de carne, que va a competir con la industria ganadera porcina. España se encuentra entre los diez primeros países europeos en inversión en el sector de la proteína vegetal alternativa, con empresas como Heura, Cocuus, Innomy, Cubiq y Novameat. El consumo hídrico es un 94% inferior al de la carne tradicional.
En definitiva, la sequía refleja una situación hídrica complicada, que obliga a replantear la distribución del consumo de agua y el sistema de incentivos en el que opera. Debates como el de la modernización de los sistemas de regadío del sector agrícola o la sostenibilidad de la actividad porcina van a cobrar importancia en los próximos meses y años.