Crónica de una traición anunciada
El gobierno de España está patrocinando el regreso de Puigdemont. Un personaje que se dejó toda honorabilidad en la parte trasera de un coche. Un cobarde que miente a media Cataluña e insulta a la otra media
Sí, se puede saber. No tengan ninguna duda. Si suman, el PSC entregará la Generalitat de Cataluña a los separatistas. Pactarán. De hecho, ya han pactado. El tratado de rendición está escrito, firmado y sólo falta su publicación. Ésta ser hará efectiva después de las elecciones, pero sólo si suman. No antes. Saben que no es bonito. Saben que es un engaño a sus electores. El enésimo engaño. La enésima traición. El PSC entregando el poder a los separatistas. Y los separatistas pactando con colonos y botiflers. No, no lo reconocerán. Ni hoy, ni mañana. Será después de las elecciones. A traición. Como siempre.
Se puede saber, porque Pedro Sánchez es el gran mentiroso y Salvador Illa es su mejor discípulo. Sus falsas promesas ya sólo pueden ser creídas por aquéllos que desean ser engañados. No vengáis después con excusas ni lloros. Ya son demasiadas traiciones. Sí, les tenemos calados. Retozan en el fango de las fake news. Los bulos son su modus operandi. Y la posverdad, su programa electoral. Votar a Illa es votar a Puigdemont, porque para Illa los deseos de Sánchez son órdenes.
Ya nada les diferencia. Los socialistas lo dieron todo, al lado de los separatistas y en el Parlamento europeo, en contra de los derechos de las familias catalanas que sólo pedían un razonable bilingüismo en la escuela pública. Entre la familia acosada de Canet y la elite secesionista, el socialismo está y estará siempre con la casta amarilla. No son el partido de los trabajadores, sino el de los privilegiados. El de los abusones. Son el orgullo de la prensa subvencionada y de los paniaguados sin decencia.
Prometieron que no habría indultos ni amnistía. Y lo que no ha habido es vergüenza. Tampoco dignidad. La hipocresía sociata es la primera piedra del segundo procés. Como en el primero, nadie dice lo que piensa y nadie hace lo que promete. Farsantes. El procesismo es una estafa crónica. Sabemos que mienten. Saben que sabemos que mienten. Y siguen mintiendo, porque sin mentira no tienen negocio. Viven del cuento. La decadencia de los muchos es el chollo de unos pocos.
Mienten, pero ya no engañan. Illa ficha a Josep Lluís Trapero como director general de la Policía. Es el mayor del referéndum ilegal, el de la camisa hawaiana en las fiestas de Puigdemont y Pilar Rahola en Cadaqués. Trapero es la puñalada trapera a la democracia y al decoro. El PSC se acerca a Junts, porque, repetimos, el acuerdo está escrito y firmado, aunque no publicado. Todavía. Si suman, habrá traición a sus votantes. No tengan ninguna duda.
«El socialismo está y estará siempre con la casta amarilla. No son el partido de los trabajadores, sino el de los privilegiados»
Votar al PSC es entregar voto constitucionalista al separatismo. Así como votar a Junts es entregar el voto a las políticas de la izquierda más empobrecedora. Están avisados. Si eligen la mentira, después no se quejen. Serán corresponsables de lo que venga. Y lo que va a venir, si suman, no será bueno para Cataluña. Tampoco para España. Porque el domingo se decide algo más que las políticas públicas de la Generalitat. Si suman, habrá traición. Habrá más decadencia.
El gobierno de España está patrocinando el regreso de Puigdemont. Un personaje que se dejó toda honorabilidad en la parte trasera de un coche. Un cobarde que miente a media Cataluña e insulta a la otra media. El voto al PSC es un aval a las mentiras de Sánchez y a su pacto con Puigdemont. Pero, ay, si no suman. Si no suman, el procés se habrá acabado y Sánchez necesitará más de cinco días para reflexionar. Será el principio de su fin. Si no suman, pondremos punto y final a las derivas demagógicas. Finiquitaremos las páginas más oscuras de nuestra democracia. Entraremos en el post-populismo y habrá esperanza. Es una oportunidad histórica. Una oportunidad que sólo podremos aprovechar si socialistas y separatistas no suman.
Un comentario en “Crónica de una traición anunciada”
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Y salió el PP con su puñetera campaña de extender el estiércol que producen, llevan así desde que perdieron el poder hace ya seis años, es que ni siquiera piensan que su electorado ya está cansado de su cantinela, se han vuelto los despreciables de la política, van a Europa a echar sus excrementos sobre su propio país, no tienen ni vergüenza y mucho menos decencia, sus insultos bien valen para aplicárselos ellos mismos, tienen insultos porque carecen de ideario político y/o económico, apostaría que cuando llegaran al poder, esperemos que muy tarde, seguirán la misma línea que tiene marcada el PSOE.