Todo seguirá igual

Si hay repetición electoral en Cataluña, todo el mundo sabe que todo seguirá igual. La única forma de que se abra una nueva etapa en Cataluña es la elección de Salvador Illa como Presidente de la Generalitat, al haber sido el ganador de las últimas elecciones autonómicas catalanas.

Si no es así, todo seguirá igual porque, si no es ratificado por los militantes de ERC el acuerdo logrado entre el PSC y la dirección de ERC, se volverá a consolidar la vía política independentista que exige que sea un partido independentista el que gobierne Cataluña o, en caso contrario, establecer un bloqueo institucional.

La repetición electoral no cambiará nada; arrojará resultados muy parecidos a los obtenidos por las formaciones independentistas en las pasadas elecciones, que no consiguieron obtener mayoría independentista en el parlamento. Si se repiten las elecciones, se avanza hacia una etapa política suspendida en el tiempo, como una dilatación del procés a la espera de que los resultados electorales les sean favorables.  

Cada vez más se constata que lo primordial para una parte del independentismo es que no se detenga el proceso histórico iniciado por el referéndum ilegal del 1 de octubre, aunque sea a costa de bloquear cualquier resultado electoral que no les beneficie.

La razón por la que es tan importante que Salvador Illa sea presidente de la Generalitat no es por razones ideológicas, o por las reformas económicas que pueda emprender, sino que, simplemente, va a permitir gobernar Cataluña sin tener que asumir las limitaciones que fija el independentismo. Va a permitir dejar atrás la impotencia independentista por no lograr su propósito por culpa del Estado y, al mismo tiempo, pactar y acordar mejoras para Cataluña con el Gobierno que preside Pedro Sánchez.

El fin del bloqueo, con la investidura de Salvador Illa, implica el inicio de una nueva etapa para Cataluña, basada en volver a recuperar una acción de gobierno donde los éxitos y fracasos se podrían explicar sin tener que ocultarlos para mantener un pulso constante con el gobierno y el Estado español.