La pugna por la supremacía tecnológica: La democracia está en juego

La coalición occidental integrada por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, UE, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, Singapur y Taiwán ha impuesto sanciones amplias que restringen los intercambios de inversiones y comerciales con Rusia

Los Aliados se impusieron al fascismo en la Segunda Guerra Mundial en parte porque no entregaron al enemigo su tecnología avanzada ni recursos naturales.

Estados Unidos dejó de exportar petróleo a Japón después de su invasión de China. Alan Turing y su equipo en Bletchley Park descifraron Enigma, la máquina que los nazis empleaban para comunicar sus acciones militares. Joseph Rochefort y su equipo de criptoanalistas de la marina estadounidense descodificaron las comunicaciones navales japonesas.

Durante la Guerra Fría las democracias tuvieron éxito cuando actuaron conjuntamente.

El despliegue de misiles nucleares de alcance intermedio SS-20 por parte de la URSS rompió el equilibrio estratégico. La OTAN adoptó la doble decisión en 1979 de instalar misiles Pershing II y Cruise en Europa occidental después de otorgar un plazo de cuatro años a Moscú para retirar los SS-20. Asimismo, el CoCom coordinó la lista de productos y tecnologías occidentales cuya exportación a países comunistas estaba prohibida.

En la actualidad, Rusia y China han declarado a efectos prácticos la guerra a Occidente.

Después de sellar una alianza sin límites, Vladimir Putin invadió Ucrania, conflicto que ha costado la vida a más de 100.000 soldados y civiles.

La coalición occidental integrada por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, UE, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, Singapur y Taiwán ha impuesto sanciones amplias que restringen los intercambios de inversiones y comerciales con Rusia.

Pero China, India, Brasil, Turquía y otras potencias emergentes han acrecentado sus inversiones y comercio con Rusia. China y la India adquieren el 90% de las exportaciones de petróleo rusas.

La capitalización bursátil conjunta de las diez mayores empresas estadounidenses supera el PIB de China

Desde los años setenta se fabrican semiconductores (chips) a gran escala. Sirven para controlar las corrientes eléctricas en la electrónica de los vehículos, televisores, ordenadores y otros dispositivos.

Los semiconductores de alta gama -de 3 a 5 nanómetros- son necesarios para la Inteligencia Artificial, aprendizaje automático, modelos de lenguaje grande, control industrial y otras tareas complejas.

Únicamente los diseñan las multinacionales estadounidenses Nvidia, AMD, Intel, Qualcomm, Apple y la surcoreana Samsung. Sólo Intel, GlobalFoundries, Samsung y TSMC las ensamblan. La holandesa ASML es la única que suministra las máquinas de fotolitografía ultravioleta extremo (UVE) para fabricar los circuitos integrados de los chips.

La capitalización bursátil conjunta de las diez mayores empresas estadounidenses supera el PIB de China.

Sumando Apple (3,5 billones de dólares), Microsoft (3,2), Nvidia (2,8 billones), Amazon (2,01 billones), Alphabet (2 billones), Meta (1,4), Berkshire Hathaway (989.260 millones), Eli Lilly (829.730 millones), Broadcom (799.130 millones) y Tesla (761.120 millones) asciende a 18,2 billones de dólares, mientras que el PIB de China es de 17,7 billones.

China se ha ido introduciendo en las instituciones internacionales.

Desde su acceso a la Organización Mundial del Comercio en 2001, su superávit comercial con EE UU se ha disparado de 83.000 millones de dólares hasta 279.107 millones en 2023. Debido a la débil demanda interna, el superávit comercial de China con el mundo alcanzó 823.000 millones el año pasado.

Pekín ha recompensado su papel de fábrica mundial de muchos bienes con un sinfín de medidas agresivas internas y externas.

Entre otras, el encierro de más de un millón de uigures en campos de trabajo; la represión violenta de las libertades de Hong Kong; apoyo a las dictaduras de Corea del Norte y Venezuela; la penetración casi diaria de sus fuerzas armadas en el espacio aéreo y aguas jurisdiccionales de Taiwán, así como de los países (Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunei) que basándose en la sentencia del Tribunal de La Haya de 2016 rechazan la pretensión de Pekín de adueñarse de 90% del mar de China Meridional.

El presidente de China, Xi Jinping, en 2022. EFE/EPA/XINHUA/YAO DAWEI

También son conocidos sus ciberataques y hacks contra empresas y entidades públicas occidentales para robarles su tecnología; su tolerancia a la vulneración de la propiedad intelectual; el reparto de cientos de miles de millones en subvenciones ilegales a sus empresas; y su aspiración de superar a Occidente en todos los ámbitos tecnológicos.

En los países occidentales ganan terreno partidos radicales de izquierdas y derechas, en parte debido a la ansiedad de la población ante la quinta revolución industrial

Los semiconductores más avanzados que elabora China son de siete nanómetros. No cuenta con empresas capaces de diseñar y ensamblar chips de alta gama.

Nvidia quiere desarrollar sistemas de IA para otros países. Sólo debería hacerlo para democracias. Apple continúa fabricando sus Iphones en China. Aunque se han trasladado algunas fábricas a India, Vietnam, otros países asiáticos y México, demasiadas empresas occidentales mantienen amplias instalaciones en China.

La democracia retrocede en todo el mundo. En los países occidentales continúan ganando terreno los partidos radicales de izquierdas y derechas, en parte debido a la ansiedad de la población ante la quinta revolución industrial.

Los ingresos de las siete magníficas en China no son altos. En el caso de Apple alcanzan el 15-20% si se incluye Hong Kong y Taiwán. Para Microsoft y Amazon sus ventas en China son menos del 5% del total. Alibaba y JD.com han frenado a Amazon. La presencia de Google es mínima después de que la censura propiciara la retirada de su buscador en 2010.

Las ventas de Nvidia en China ascienden a un 20-25% del total debido a la fuerte demanda de sus GPU para la IA y centros de datos. China también genera el 25% de los ingresos de Tesla, que cuenta con una gran planta en Shanghái. Es su segundo mercado después de EE UU. Pero se enfrenta a la competencia de BYD, Nio, Wuling y los controles a la exportación de tecnología avanzada.

Karl Popper advirtió en 1945 que las sociedades abiertas deben protegerse frente a sus enemigos internos y externos. Otros filósofos y economistas que denunciaron el totalitarismo y destacaron la importancia de fomentar la democracia, las libertades, los derechos humanos, la educación y un papel limitado del gobierno en la economía son Adam Smith, Friedrich Hayek, Ludwig von Mises, Albert Camus, Milton Friedman, Jean-François Revel y John Rawls.

Las democracias deben coordinar y limitar al máximo las operaciones de sus empresas en China. Xi Jinping ya ha advertido que la invasión de Taiwán se producirá tarde o temprano. Los ejecutivos de las empresas occidentales en China deberían leer las obras de los mencionados filósofos. Si China y sus aliados nos superan, gran parte de la culpa recaerá en su avaricia.

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