El sistema sanitario del país más saludable del mundo, España, amenazado por la crisis de Muface
España encabeza las clasificaciones de los países más sanos del mundo, pero tensiones como la de Muface amenazan el futuro de su sistema sanitario.
La aparente crisis del sistema Muface, que puede derivar en la llegada de 1,5 millones de personas al Sistema Nacional de Salud, amenaza con tensionar aun más el sistema público sanitario español, el que cuida del país más saludable del mundo.
La sanidad pública española pasa por ser una de las mejores del planeta, y el país, uno de los que cuentan con mayor esperanza de vida.
Pero los profesionales del sector reclaman más medios, presionados por un cada vez mayor número de visitas; las listas de espera se alargan cada vez más y en épocas de picos de contagios, como el actual con la gripe, numerosos hospitales se ven desbordados.
En el Bloomberg Health Ranking de 2024 (clasificación de salud mundial) España está en primer lugar, seguida de Italia, Islandia, Japón y Suiza.
Ya fuimos el país más sano del mundo en la clasificación de Bloomberg en 2021 y 2022. En 2023 obtuvimos la sexta posición detrás de Singapur, Japón, Corea del Sur, Suiza e Islandia. El ranking de Bloomberg se basa en la expectativa de vida, acceso a agua limpia, polución del aire, tasas de obesidad y la calidad de la sanidad pública y privada.
España en 2023 ocupó la octava plaza del mundo en expectativa de vida con 83,8 años. Nos superaron por poco los siguientes estados o territorios: Hong Kong (85,6), Japón (84,8), Corea del Sur (84,4), Suiza (84,09), Australia (84,07), Italia (83,87) y Singapur (83,86).
En 2023 España contaba con 621 médicos, 712 enfermeros y 300 camas por 100.000 habitantes. Estas cifras suman los recursos combinados de la sanidad pública y privada.
En 2022, en la UE los países líderes en camas por 100.000 habitantes fueron Bulgaria (823), Alemania (766), Rumanía (728), Austria (727), Hungría (700), República Checa (690) y Lituania (660). Los que contaban con más médicos eran Grecia (629), Portugal (562), Austria (540) y Alemania (452).
En cuanto a enfermeros, el promedio de la UE es 827 por 100.000 habitantes. Los líderes son Bélgica (1.824), Suecia (1.333), Luxemburgo (1.261), Finlandia (1.222) y Dinamarca (1.147).
La presencia de tantos países ex comunistas en las primeras plazas en número de camas se explica por su desarrollo de una red hospitalaria amplia. Pero la calidad de la sanidad y salud en dichos países es inferior porque no incorporaban tecnología y formación del personal.
En 2022, el gasto sanitario en España fue de 134.000 millones de euros. El sector público obtuvo el 74% y el privado aportó el 26%.
La competencia de la sanidad privada con la pública a cierto nivel es deseable. Más de 3,7 millones de ciudadanos de la UE o Europa residen en España.
Por procedencia encabezan la lista Rumanía (1.124.910), Italia (463.517), Francia (211.571), Reino Unido (195.426) y Bulgaria (206.892). Los residentes no europeos más numerosos son de Marruecos (823.408), Ucrania (288.617), China (242.334), Colombia (185.383) y Venezuela (172.026).
Sanidad y extranjeros
Los residentes extranjeros que viven habitualmente en propiedades que poseen en España aportan 6.139 millones de euros a nuestro PIB, equivalente a la contribución del sector farmacéutico, y generan 105.600 empleos a tiempo completo.
En 2021 España tenía 430 hospitales privados, siendo 309 con ánimo de lucro y 121 sin fin de lucro. Ha crecido el número de hospitales, clínicas generales y de estética con médicos extranjeros y plurilingües para atender a dichos extranjeros ricos. Este sector privado más reciente cobra precios altos y puede remunerar a sus médicos y empleados con buenos salarios.
Un médico español del sector público cobra 5.300 euros mensuales y en el sector privado 7.800 euros. Otras fuentes indican que el salario anual bruto de un médico en España (público o privado) es de 105.818 euros (8.818 euros mensual). La remuneración anual bruta de un enfermero en nuestro país es de 30.000 euros (2.500 mensual).
Las empresas privadas más prestigiosas con servicios diagnósticos y laboratorio clínico en España son Unilabs (Suiza), Eurofins (Francia), Megalab (España) y Catlab (Barcelona). Realizan analíticas de sangre, de genética, enfermedades infecciosas y niveles de hormonas. Una analítica de sangre incompleta de Synlab (sin orina, iones y enzimas) cuesta la friolera de 262 euros.
La sanidad pública española sigue contando con excelentes hospitales, clínicas, aparatos y material médico, lo que atrae a un elevado número de extranjeros comunitarios a tratarse en España.
Pero la sanidad pública tiene que atender a los españoles, a los residentes extranjeros, a los ciudadanos de la UE si tienen la tarjeta sanitaria europea (TSE) y a las personas en situación irregular en casos de urgencia médica, embarazos y pediatría.
Los ciudadanos de la UE pueden obtener la TSE gratuitamente si están asegurados en su país. Les otorga atención médica de urgencias o necesaria durante su estancia en España. Pero ocurren casos de abuso con el denominado turismo sanitario.
El resultado inevitable es la reducción del tiempo de visitas, listas de espera largas para operaciones y un personal agotado por la cantidad de pacientes que debe tratar.
Los profesionales del sector público exigen más recursos para hacer frente a estas dificultades y poder competir con la sanidad privada. Pero sin aumentos de impuestos, más financiación incrementaría nuestro déficit público, que se ha recortado al 3% del PIB.
Posibles soluciones
El potencial traslado de cientos de miles de funcionarios de la sanidad privada a la pública amenaza con romper el ya tensionado sistema nacional de salud español.
A la espera de que se concrete la oferta definitiva del Gobierno a las aseguradoras para participar en Muface, o la decisión de Asisa de acudir al concierto o no, es necesario aplicar algunas medidas para asegurar el futuro del envidiado sistema sanitario español.
La tecnología atenúa parte de esta excesiva demanda sobre la sanidad pública. Aplicaciones que dan acceso a resultados de analíticas, renovación de tratamientos, historial de visitas y otros datos reducen la necesidad de desplazarse a los centros médicos.
Otorgar deducciones fiscales para incentivar la suscripción de seguros o pólizas médicas privadas, como se hizo con los planes de pensiones a partir de 1987. En 2023, 12,4 millones de personas (españoles y residentes extranjeros) contaban con cobertura médica privada.
Aplicar impuestos o tasas a extranjeros con propiedades en España en las que no viven habitualmente. Se benefician de servicios públicos de los barrios dónde tienen su vivienda pero no aportan a la hacienda española.
Fondos de inversión nacionales o extranjeros podrían implicarse aun más en la sanidad pública española. En Alemania, fondos de capital riesgo privado han invertido en la gestión de centros ambulatorios desde 2020. Se calcula que gestionan 750 de un total de 3.800. Algunos informes concluyen que ha mejorado la eficiencia y su situación financiera.