Sánchez ya no gobierna, se defiende de la justicia
El presidente trata de eludir cualquier responsabilidad jurídica que le pueda caer fruto de las actividades de su esposa, para lo que necesita tiempo y medios
Es normal que Pedro Sánchez haya actuado en más de una ocasión como un monarca sin corona, sin trono, pero con reina. Ese “Somos más” que ha colocado en su escudo de armas, como los reyes ingleses pusieron en el suyo “Dieu et mon droit” (Dios y mi derecho), hace referencia también a su derecho a gobernar, si no por la gracia divina, sí por la de los nacionalistas e independentistas vascos y catalanes y la izquierda más radical y sectaria de la Europa comunitaria.
Su indudable capacidad para concitar acuerdos entre diferentes (somos más, aunque mal avenidos) y mantenerse así al frente de un Gobierno que ya no gobierna, le han convertido en una figura insustituible para los suyos. Sin él todo se vendría abajo, perderían la partida, como cuando en el ajedrez se pierde al rey.
La delicada situación que en este momento atraviesa la “reina”, Begoña Gómez, está poniendo en peligro la continuidad del resto de las piezas del tablero. La dama está rodeada y se ha quedado prácticamente sin capacidad de movimiento en el juego. Tiene que guardar silencio y acogerse al derecho a no contestar porque de hacerlo sería aún peor.
La utilización de medios públicos con fines privados, tener una asesora de la Moncloa al servicio de sus negocios, es una irregularidad que los jueces deberán determinar si se trata de un caso de malversación o no, más allá de otros asuntos turbios vinculados con su máster.
Es evidente que todo cuanto rodea a la esposa del Presidente huele a podrido y que quien está junto a ella sabe que ya no puede disimular más. Así que toca enrocarse y defenderse tratando de desviar la atención hacia otro lado.
El problema de Sánchez ya no es tanto querer alargar al máximo su estancia en la Moncloa como tratar de eludir, desde su posición de poder, cualquier responsabilidad jurídica que le pueda caer fruto de las actividades de su esposa. Y para eso necesita tiempo y medios. Que el tiempo corra a su favor en los tribunales; alargando, diluyendo y, a ser posible, archivando toda causa contra su mujer para poder irse de rositas cuando toque.
Y también hay que contar con medios, especialmente medios de comunicación, como RTVE, al servicio de un discurso que coloque a Begoña Gómez como una víctima y a toda acusación contra ella como parte de una confabulación de la ultraderecha más violenta. “Van contra mí por ser la esposa del Presidente”. Claro. Por ser la esposa del Presidente pudiste pisar por primera vez una universidad y hacerlo para impartir un máster.
La Moncloa y RTVE, más unidos que nunca
Así que se acerca un tiempo nuevo mucho peor. Quienes creían haberlo visto todo en la forma de manipular un medio como la radiotelevisión pública van a comprobar que estaban en primero de carrera. A los periodistas de RTVE les van a dar un máster y no va a ser Begoña Gómez precisamente quien lo imparta. Tendrá como título “salvemos a la dama para proteger al rey”.
Solo serán ciertas las informaciones que salgan de la rendida RTVE y otras radios y periódicos convenidos
Porque si caen ambos se les cae el chiringuito a todos. Les va la vida. Por eso el cordón umbilical entre la Moncloa y RTVE va a ser más fuerte que nunca. Ojalá el Gobierno coordinara las distintas competencias de sus ministerios con la misma eficacia con que confecciona las escaletas de los telediarios y los guiones del resto de programas.
Todo apunta a que será José Pablo López el nuevo presidente de la corporación y el hombre encargado de montar el andamio que sujete la comunicación del Gobierno en un momento delicado para Sánchez, rodeado de casos de corrupción por todas partes.
El nombramiento de los nuevos consejeros, en su mayoría cargos públicos del PSOE y sus socios o directamente vinculados a la Presidencia del Gobierno, garantizan la fidelidad absoluta de la nueva dirección a unos postulados que también compartirán otros medios afines, especialmente del grupo Prisa.
Todo cuanto se diga contra el Gobierno será bulo. Solo serán ciertas las informaciones que salgan de la rendida RTVE y otras radios y periódicos convenidos. Ya saben, es la credibilidad ganada por los medios tradicionales a lo largo de los años, sobre todo cuando están en manos de la izquierda.
Abandonen las redes sociales, háganme caso. Ahí solo les engañan. Fíjense que incluso me pareció ver en X (antes Twitter) que los periodistas de RTVE se han vuelto a poner de negro para protestar.