Sánchez en la extrema izquierda
Nada hoy separa el discurso del PSOE del de Podemos, Sumar o Bildu
El congreso del PSOE terminó con toda la élite socialista puño en alto cantando la internacional. Previamente el líder socialista propuso solucionar el problema de la vivienda mediante una empresa pública. En definitiva, más Estado como receta. El congreso socialista fue una reivindicación al orgullo de ser “zurdo” y la ministra de vivienda prometió “acabar con la derecha” como prioridad antes de abordar la agenda de trabajo propia de su ministerio.
El PSOE desde julio de 2023, cuando la aritmética parlamentaria lo lanzó a los brazos de Junts y ERC, ha comprado argumentos hasta entones propios de la extrema izquierda como el del lawfare y ha sido cada vez más beligerante con el mundo de la empresa.
La deriva cada vez más radical del PSOE no pasa desapercibida para la opinión pública, son muy interesantes unos datos de una encuesta de NC Report publicados el pasado lunes: el fiscal general del Estado concita más simpatías entre los votantes de Sumar que entre los del PSOE dado que un 12,9% de los socialistas creen que debe dimitir frente a solo un 5% de los seguidores de Yolanda Díaz.
Que Sánchez es hoy un líder muy del gusto de la facción más radical de la sociedad española lo pone de manifiesto que casi uno de cada seis votantes socialistas consideran justificado que se presente una moción de censura contra el Gobierno pero en cambio el 0% de los votantes de Sumar creen adecuado que se tome esa medida por parte de la oposición.
«El Gobierno tiene más apoyo del partido pequeño de la coalición que del partido que ostenta la presidencia, es algo que nunca suele suceder»
De hecho, la valoración del líder del PSOE es casi igual entre los votantes del PSOE, que le dan un 5,9 frente a los de Sumar que lo puntúan con un 5,6.
Frente al delirio y entrega norcoreana a Sánchez que se proyectó desde el congreso del PSOE hay un desgaste real de la figura de Sánchez, solo así se justifica la baja valoración de sus propios votantes, pero es que además uno de cada cuatro votantes del PSOE cree que las explicaciones de Sánchez sobre la corrupción en su entorno han sido insuficientes, la misma proporción que está convencida de que Sánchez ha mentido en relación a que tipo de proximidad tenía con Victor de Aldama.
En todas las preguntas que la empresa encuestadora realiza los votantes de Sumar disculpan más a Sánchez que los del PSOE. Es más, uno de cada cuatro votantes del PSOE creen que es preciso convocar elecciones debido a los casos de corrupción que atenazan al gobierno pero esa opción solo está bien vista por el 2,5% de los votantes de Sumar. El Gobierno tiene más apoyo del partido pequeño de la coalición que del partido que ostenta la presidencia, es algo que nunca suele suceder.
Es posible que el cálculo de la legión de asesores monclovitas para mantener esta política tan extremista se base en la idea de que dado que el PP depende de VOX para acceder al gobierno pueden permitirse el lujo de abandonar la moderación para abrazar las posiciones propias de Melenchon en Francia o de Syriza en Grecia.
Nada hoy separa el discurso del PSOE del de Podemos, Sumar o Bildu. Tensar la cuerda no solo genera más polarización desde el gobierno, alimenta a tus contrarios y aísla a España como país ¿Con quién se reunirá el podemita Sánchez cuando la Casa Blanca pase a manos republicana en enero y la cancillería alemana a manos de la CDU en febrero?