RTVE prefiere defender a Sánchez que ser la BBC 

Durante el último Gobierno de Mariano Rajoy todos queríamos ser como la BBC: independientes, no gubernamentales y al servicio de los ciudadanos, que son quienes mantienen esa empresa.

Cuando hace unos años un dirigente político de ámbito autonómico anunció el nombre de la persona que iba a dirigir  la televisión pública de esa comunidad,  le reprocharon el descaro que suponía colocar en un puesto de tanta relevancia a alguien con el carnet de su partido. La respuesta fue que nadie (y menos los periodistas) es un “ángel asexuado políticamente”.

Qué culpa podía tener el partido, mayoritario en el Parlamento de la región, de confiar para el cargo a un profesional de experiencia contrastada que, casualidad, militaba en las mismas siglas y defendía el mismo posicionamiento ideológico que la formación ganadora de las elecciones. Una “coinsidensia”, que dirían Les Luthiers. 

Cuando Concepción Cascajosa, afiliada al PSOE, accedió hace unas semanas al cargo de Presidenta de RTVE, ni siquiera justificó como una “coinsidensia” su militancia política con  su nombramiento. Al contrario, entendió que su manifiesto compromiso con los ideales de la izquierda en el Gobierno le avalaban más allá incluso que su trayectoria como profesional de la comunicación en televisión.

Aunque no llegó a tanto, hubo hace unos años otro presidente que reconoció ser votante del PP. José Antonio Sánchez nunca dijo ser militante de ningún partido, pero en aquella época gobernaba Mariano Rajoy y se entendió que manifestar públicamente su apoyo en las urnas al partido en el Gobierno resultaba incompatible con la presidencia de RTVE. Muchos trabajadores se pusieron de negro los viernes exigiendo, entre otras cosas, su cese. 

MADRID, 25/04/2024.- La nueva presidenta interina de RTVE, Concepción Cascajosa, comparece por primera vez este jueves al Congreso como responsable del ente público tras la cascada de destituciones en la cúpula de la Corporación a raíz del fichaje del comunicador David Broncano EFE/ Fernando Alvarado
La nueva presidenta interina de RTVE, Concepción Cascajosa. Foto: EFE/ Fernando Alvarado

Todo el mundo tiene derecho a cambiar, incluso los sufridos trabajadores de RTVE entre los que me encontraba hasta hace unos meses. Porque ninguno puede permanecer seguro con los continuos vaivenes políticos que sacuden esa casa: unas veces gobierna el PSOE, otras el PP y así sucesivamente. Como el barco que va de un lado para otro, buscando el equilibrio que nunca llega.

Recuerdo que durante el último Gobierno de Mariano Rajoy todos queríamos ser como la BBC: independientes, no gubernamentales y al servicio de los ciudadanos, que son quienes mantienen esa empresa. Con qué orgullo se recibía a Pedro Sánchez, entonces en la oposición, en los estudios de la tele. Se ponía en la solapa un lazo naranja de solidaridad y defendía para RTVE la misma independencia que decían defender los trabajadores de negro. 

A tenor de lo sucedido en estos últimos años de Gobierno “sanchista” se podría decir que la plantilla de RTVE vive ya mucho más tranquila con el barco escorado hacia el lado que domina la izquierda. Ya nadie quiere ser ahora la BBC, o por lo menos no se dice. Ni molesta tener como presidenta a una militante del partido en el Gobierno.

 «Ahora RTVE es una fuerza que sujeta el muro de las libertades»

Que tenga un carnet del PSOE igual no es tan descarado como reconocer públicamente que vota a ese partido. Así que no hay motivos para ponerse de negro los viernes. Es más, ahora las protestas las encabeza Silvia Intxaurrondo, la periodista mejor pagada de RTVE (más de 500.000 euros en dos años), que defiende con tanta vehemencia a Pedro Sánchez y al Gobierno que cualquiera diría que ha convertido el estudio de TVE en la sala de prensa de la Moncloa. 

La adhesión inquebrantable de la presentadora estrella a Pedro Sánchez viene a ser como el carnet de la presidenta Cascajosa, un aval que garantiza estar en el lado correcto del muro. Mientras RTVE esté instalada en ese lado, no lo estará en el otro. Mientras se defienda una radiotelevisión en manos de la izquierda se hará más difícil la vuelta de la derecha.

Lo de ser independiente, no gubernamental y al servicio de la ciudadanía se deja para cuando haga falta. Para cuando vuelva a gobernar, si gobierna, la derecha. Ahora RTVE es una fuerza que sujeta el muro de las libertades. Lo que toca es arrimar el hombro en silencio, sin protestar, que aquí los periodistas no son ángeles asexuados políticamente. 

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