Retorno triunfal de Donald Trump: choque frontal (político y económico) con Europa
Su discurso de investidura, contundente y cargado de simbolismo, reafirmó las promesas que lo llevaron de nuevo a la Casa Blanca
Donald Trump ha asumido nuevamente la presidencia de Estados Unidos. Este hecho supone, en cierta medida, un acontecimiento histórico si tenemos en cuenta que es uno de los pocos mandatarios estadounidenses en regresar al poder tras perder la reelección.
Su discurso de investidura, contundente y cargado de simbolismo, reafirmó las promesas que lo llevaron de nuevo a la Casa Blanca y presentó su visión para un segundo mandato enfocado en lo que denomina “la revolución del sentido común”. Claro que, teniendo en cuenta que ese es el menos común de los sentidos, es más que probable que para muchos la vuelta de Trump represente el regreso de un peligroso lunático.
Por lo pronto, ya ha anunciado la declaración de emergencia nacional por la situación en la frontera sur: “Todo ilegal será procesado y expulsado, así que millones de criminales serán devueltos a sus países de origen. Enviaré tropas para repeler la desastrosa invasión que hay en nuestra nación”.
Una gran ovación siguió estas palabras entre los presentes en el discurso de investidura, que se centró en destacar la revitalización de la economía estadounidense, la defensa de la soberanía nacional y la recuperación del orgullo nacional: “Comienza una nueva era de grandeza para Norteamérica”.
Es cierto que son los temas que desarrolló durante la campaña electoral, pero escucharlos en la solemnidad del Capitolio, refrendados por el aplauso entusiasta de los presentes, hace pensar que algo comienza a agrietarse entre EE. UU. y Europa. Como si el Atlántico se ensanchara y se hiciera aún más grande de lo que es.
“Aquí solo habrá dos sexos, hombre y mujer. Y se acabó que los hombres puedan competir en el deporte como mujeres”. “El Golfo de México será, a partir de ahora, el Golfo de América. Y volveremos a recuperar el canal de Panamá. No lo construimos para los chinos ni para que nuestros barcos paguen más que los demás por cruzarlo”.
Es la vuelta al “America First” (América Primero), que tantas críticas genera a este lado del Atlántico entre quienes creen que esas palabras esconden el conservadurismo a ultranza de una nación que se cierra sobre sí misma. Es el eslogan propio de quien transmite a su electorado un mensaje claro: por encima de todo, nosotros, nuestros derechos y nuestros intereses. “Euskadi lehenik” (Euskadi primero) fue también la frase electoral que usó el PNV en unos comicios en los que obtuvo excelentes resultados. Así que debe funcionar.
La política económica de la nueva era Trump augura tensiones, en la medida en que va a tratar de desandar el camino recorrido por Biden. Más aranceles a los productos que lleguen de fuera y firmeza frente a China, así como la renegociación de algunos acuerdos internacionales que, según el reelegido presidente, han debilitado la posición estadounidense. Revocará los acuerdos de energía limpia, permitirá la perforación libre y eliminará los mandatos de aumentar la presencia de coches eléctricos. “Los ciudadanos podrán comprarse el coche que quieran”.
Un claro mensaje contra el ecologismo de agenda que, en opinión de Trump, ha destrozado la industria del automóvil en Europa. Y no está dispuesto a que pase lo mismo en su país mientras China inunda el mercado mundial con coches eléctricos fabricados sin ninguna limitación ni traba contaminante. Por eso, EE. UU. seguirá perforando, extrayendo petróleo y gas mediante fracking, que servirán para mover su industria y para llenar sus arcas a costa de vendernos un producto que aquí está prohibido extraer con esa técnica por razones ecológicas.
El discurso de Donald Trump supone un choque frontal con la forma de entender la política y la economía en Europa, especialmente con algunos países como el nuestro, reacio siempre a aumentar el gasto en defensa como miembro de la OTAN, a poner freno a la entrada ilegal y masiva de inmigrantes y siempre dispuesto a anteponer agendas ecológicas e ideológicas por encima de cualquier otra consideración.
Pero aquí ya estamos preparados. Lo ha dicho el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, con motivo de la toma de posesión de Trump: “Europa cuenta no sólo con los instrumentos, sino con la voluntad para defender sus valores y la democracia frente a todo tipo de enemigos. Se llame como se llame, si nos desafía, le haremos frente”. Tiembla Trump.