¡Quita bicho!

Cuando de lo que hablamos es de catástrofes naturales la falta de coordinación y el ir cada uno por su cuenta buscando culpables, en la acera de enfrente, se cuenta en féretros

El nuestro no parece ser un país falto de recursos para afrontar situaciones extraordinarias como la Dana que ha asolado el Sur de la provincia de Valencia.

Tenemos un Centro Nacional de Emergencias, una Unidad Militar de Emergencia, una Agencia Estatal de Meteorología, servicios de protección civil, cuerpos de bomberos, policías locales, nacionales, Guardia Civil, los servicios universitarios climatológicos o los recursos propios de empresas concesionarias y públicas como RENFE. En definitiva, un sinfín de gente agrupada en multitud de colectivos y empresas privadas y públicas.  

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (i), y el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón (d). Foto: Jorge Gil / Europa Press

Mientras las autoridades se lanzan a declaraciones buenistas estilo pandemia “esto lo sacamos adelante entre todos” y otras frases vacías que ponen de mal humor y no reconfortan empieza una lucha soterrada por no asumir culpas, repartir responsabilidades y señalar culpables… que siempre son otros.  

Todo el mundo en el ‘on the record‘ señala su predisposición a colaborar y relaciona todo lo que han hecho, pero en el “off the record” vuelan cuchillos. ¿En que dirección? 

En La Moncloa desde el primer minuto se ha apuntado directamente a Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana. Las críticas se han dirigido en dos líneas: la disolución de un organismo de coordinación de emergencias que había creado el anterior presidente (socialista) Chimo Puig y el aparente retraso en lanzar el aviso por teléfono.  

El gobierno valenciano y, en consecuencia, el PP ha estado desde el primer minuto a la defensiva intentando argumentar que dentro de sus competencias limitadas, por ejemplo no pueden prohibir la movilidad dado que eso es competencia estatal, han actuado de forma correcta y diligente. 

Vaga coordinación

Quizás el dedo en la llaga lo ha puesto el presidente de la Comunidad de Castilla La Mancha, Emiliano Garcia-Page, quien en declaraciones a Josep Cuní en RNE, dijo que “es preciso establecer un organismo de coordinación para que todos sepamos quien lidera una respuesta ante una situación de estas características”.  

Garcia Page, presidente de un gobierno regional señala donde está el problema: la cuestión no es la falta de recursos, el problema de fondo es la nula coordinación entre administraciones, la no puesta en común de recursos bajo un único mando. 

La polarización política ha llevado a situaciones rocambolescas, por ejemplo, ni tan siquiera las comunidades gobernadas por socialistas -excepto Cataluña- han aplicado la ley de vivienda aprobada por el gobierno central. Mientras la falta de coordinación se limita a temas económicos o administrativos hablamos de improductividad, incompetencia y perdida de oportunidades.  

«El PP ha estado desde el primer minuto a la defensiva intentando argumentar que dentro de sus competencias limitadas»

Cuando de lo que hablamos es de catástrofes naturales la falta de coordinación y el ir cada uno por su cuenta buscando culpables, en la acera de enfrente, se cuenta en féretros.

El gobierno de España, con Sánchez al frente, más que gobernar ejerce de oposición a Ayuso en Madrid, a Prohens en Mallorca, a Moreno en Andalucía, a Mazón en Valencia y juega a que cuanto peor para las comunidades del PP mejor para su gobierno.

Y los gobiernos autonómicos, por su parte, no tiene más remedio que atrincherarse ante la tromba no solo de agua enfurecida, si no de deslealtad institucional. La tromba no era evitable, las consecuencias, con todos los recursos a nuestro alcance, en parte si.          

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