¡Qué mal gobierna la oposición!
Según el PSOE, la responsabilidad de no alcanzar un acuerdo de Estado sobre un asunto tan trascendente no es culpa de quienes gobiernan, sino del PP por su "bloqueo irresponsable"
La factoría ideológica de la Moncloa, en la que trabajan cientos de asesores, tiene claro que no hay mejor defensa que un buen ataque, especialmente cuando se dispone de una variada y nutrida batería de medios de comunicación comprados, subvencionados o simplemente bajo control.
Y gracias a esta simple pero eficaz regla, se podría pensar que los socialistas tienen el poder mágico de desaparecer del escenario cuando sucede una tragedia o catástrofe natural, para dejar que sea el PP el que aparezca siempre como el indiscutible responsable de la desgracia.
Esto es particularmente evidente cuando analizamos los últimos relatos elaborados desde el núcleo duro socialista, de donde salen los mensajes que luego disciplinadamente repite el llamado “equipo de opinión sincronizada” para tratar de transformar la realidad más aplastante. Tomemos como ejemplo lo ocurrido con la pandemia de COVID-19.
Es cierto que España fue uno de los países con mayor impacto de muertes y contagios en Europa, pero, según el relato socialista, la pandemia afectó sobre todo a Madrid, precisamente porque gobierna el PP. Parece que el virus tenía preferencias ideológicas y optó por castigar exclusivamente a comunidades autónomas gobernadas por los populares.
Ese fue el objetivo del documental ‘7291′, recientemente emitido en TVE, convertida en herramienta política del sanchismo para tratar de desgastar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Pero esta habilidad socialista para transformar cualquier desgracia en culpa exclusiva del PP alcanza niveles olímpicos cuando observamos fenómenos como la riada de Valencia.
Pedro Sánchez salió corriendo del escenario en cuanto vio que la cosa se complicaba. Y lo mismo hizo la ministra Teresa Ribera, ahora vicepresidenta en la Comisión Europea, responsable de que la Confederación Hidrográfica del Júcar no actuara, al parecer, con la diligencia debida cuando los barrancos de la zona se desbordaban, más allá de las obras que debió acometer con anterioridad pero que quedaron aparcadas.
El PP, culpable de la tragedia de la DANA
Y aunque deberá ser la justicia quien determine las responsabilidades últimas de esta desgracia, que costó la vida a más de 200 personas, desde el PSOE se insiste sin descanso en que las consecuencias catastróficas han sido culpa de la gestión autonómica del PP.
Incluso la ministra Diana Morant, en declaraciones que llevaban el sello de la “factoría de la Moncloa”, ha llegado a comparar la política del fango con el fango que mató a las víctimas, y todo provocado por el PP. Zafio paralelismo, incomprensible incluso en quien quiere hacer una rápida carrera política.
En la Moncloa huelen la sangre de Carlos Mazón y no quieren soltar la presa. Pero la narrativa de la ministra Morant es peligrosa, porque no solo simplifica grotescamente problemas complejos, sino que transforma una tragedia con consecuencias aún por arreglar en una herramienta de confrontación política con el único objetivo de desgastar al adversario, aun a costa de socavar la credibilidad institucional.
«Esta habilidad socialista para transformar cualquier desgracia en culpa exclusiva del PP alcanza niveles olímpicos cuando observamos fenómenos como la riada de Valencia»
Pero los socialistas necesitan ese triunfo en Valencia. Saben que el PP lo está pasando mal en esa comunidad y que Carlos Mazón no es la figura fuerte que la formación popular necesita en la región. Su liderazgo es cuestionado desde múltiples frentes, y parece inevitable que en las próximas elecciones autonómicas el partido decida sustituirlo por alguien con más peso político y menos vulnerabilidad ante los ataques narrativos socialistas.
En esta guerra por colar el mensaje y que la peña se lo trague, lo verdaderamente sorprendente es cómo los socialistas consiguen siempre aparecer como víctimas del destino cruel y de la mala suerte política, y, por supuesto, víctimas eternas del PP. La última tiene que ver con el fracaso del Gobierno a la hora de encontrar apoyos para aumentar el gasto en Defensa.
Queda victimizarse
Según el PSOE, la responsabilidad de no alcanzar un acuerdo de Estado sobre un asunto tan trascendente no es culpa de quienes gobiernan, sino del PP por su «bloqueo irresponsable». Y así, con una lógica casi surrealista, resulta que el Gobierno de coalición quiere parecer la víctima incluso cuando es quien tiene el poder, los recursos y la obligación de llegar a acuerdos.
Aunque perdió las elecciones frente al PP, Sánchez ya dijo desde el principio que ellos eran más (PSOE, Sumar, Podemos, Bildu, ERC, Junts, PNV…), pero que la culpa de que no haya un gobierno de coalición de los dos partidos grandes (como en Alemania) es del PP.
Como también es culpa del PP que Sánchez no tenga presupuestos ni una mayoría parlamentaria que le apoye en cuestiones clave. Así las cosas, debería haber elecciones, pero, por lo visto, también es culpa del PP que no se convoquen.
¡Qué mal gobierna la oposición! Hasta en esto tiene mala suerte el PSOE.