Por qué la gente coloca boca abajo el libro de Pedro Sánchez en las librerías
“Pedro Sánchez, sin ideología, ni convicciones, ni escrúpulos, ni moral, rehén de sus engaños, mentiras, cambios de opinión, sin límite, pactos y coaliciones, es un cautivo de sus intereses y tacticismos. De ahí, Tierra firme.”
De la prensa: Varios centros comerciales no dan abasto para recolocar los ejemplares del libro del presidente del Gobierno que los clientes colocan boca abajo o junto a títulos como ‘Pedro y el lobo’, ‘Grandes traidores a España’ o ‘Roma no paga traidores’.
La enciclopedia de las mentiras
Después de leer más de un centenar de páginas, cerré el libro y ya no lo he vuelto a abrir. Ahí se queda. Lo de siempre. La enciclopedia de las mentiras de Pedro Sánchez. Quizá por eso, la gente coloca boca abajo el libro de Pedro Sánchez en las librerías. Una forma y manera de burla y autodefensa.
Pedro Sánchez en Amazon, Wallapop, IberLibro y Milanuncios
El tiempo invertido por Pedro Sánchez hablando con Irene Lozano –al parecer, es ella quien transcribe/escribe el libro- es un tiempo perdido. De su Tierra firme –tiene miga el título y portada del libro a la manera del A promised Land de Barack Obama: modesto, el muchacho- Pedro Sánchez no sacará ningún provecho. Lo contrario es cierto, porque el personaje ha perdido toda credibilidad y ya le han tomado la justa medida. Quienes sí sacaran provecho del libro serán los palmeros sanchistas ansiosos de argumentario, Amazon, Wallapop, IberLibro, Milanuncios y, en general, el gremio de vendedores de artículos de segunda mano.
Un antídoto contra el argumentario oficial sanchista
Lo mejor que podría haber hecho Pedro Sánchez es no perder el tiempo dictando el argumentario oficial sanchista a Irene Lozano, sino leyendo los trabajos de Irene Lozano. Aunque, sean un antídoto contra dicho vademécum. Sí, los ensayos de Irene Lozano –menuda papeleta la suya- son un antídoto para combatir –en beneficio del personaje, aunque él no lo sepa o acepte- el pensamiento de Pedro Sánchez.
Aprendería cosas que le serían de gran utilidad. Podría leer –más allá de las trampas del lenguaje de los medios de comunicación y los peligros de las nuevas tecnologías que nuestra autora ha estudiado recientemente- un par de libros que le orientarían en la presente coyuntura: Lenguas en guerra (2005) y Lecciones para el inconformista aturdido en tres horas y cuarto por un ensayista inexperto y sin papeles. La falta de ideas de la izquierda en la crisis actual (2009).
Un nacionalismo insidioso
Si Pedro Sánchez leyera el primer ensayo citado de Irene Lozano (Lenguas en guerra), se daría cuenta de que el catalán es un nacionalismo insidioso –interesado, falaz, intrigante y malintencionado- del cual nadie puede fiarse. Analizando la noción de “lengua propia”, la autora pone al descubierto las intenciones e intereses del nacionalismo catalán. En síntesis: “un particularismo lingüístico”, de origen “reaccionario”, con una fuerte “carga emocional”, cuyo objeto es marginar el castellano, considerándolo como “también lengua oficial”. Así se convierte el castellano -la lengua de más de la mitad de los ciudadanos de Cataluña- en una lengua “impropia” y “ajena”.
Así se convierte el castellano -la lengua de más de la mitad de los ciudadanos de Cataluña- en una lengua “impropia” y “ajena”.
La primera lección que aprender: el nacionalismo catalán margina el castellano, porque entorpece los “proyectos políticos de carácter nacionalista para los que compartir cosas tan importantes como la etnia, la cultura, la religión o la historia parece más bien una contrariedad”. La segunda lección que –por extensión- hay que aprender: cualquier pacto con el nacionalismo catalán obedece a la misma táctica y estrategia: hay que marginar/desplazar a lo español –impropio y ajeno-, porque es una “contrariedad” en la construcción de la República catalana. Tome nota, Presidente.
El declive de la izquierda y la izquierda aturdida o sin techo
Si Pedro Sánchez leyera el segundo ensayo citado de Irene Lozano, (Lecciones para el inconformista aturdido en tres horas y cuarto por un ensayista inexperto y sin papeles. La falta de ideas de la izquierda en la crisis actual), se daría cuenta de que la izquierda, atrapada entre el pasado de una ilusión incumplida y el futuro de una promesa imposible, va de traspiés en traspiés. El declive, en suma.
En esta coyuntura de cuesta abajo, sin freno, Irene Lozano toma la palabra. La autora crítica, la izquierda conspicua o auténtica, siempre fascinada por la pureza, la izquierda sorda o lunática que convierte el error en coherencia, la izquierda sensacionalista que sin ser izquierda vive a su costa. En resumen, la izquierda realmente existente ni es izquierda ni es nada. La izquierda –muda frente a la crisis que nos azota- habría descartado cualquier alternativa.
De ahí, surge la “izquierda aturdida” o “izquierda sin techo” producto de la derrota, el fracaso, la pérdida y el desconcierto. ¿Qué hacer? “Se trata de regresar hacia delante”, concluye la autora. Consciente del problema, no pretende redefinir, ni renovar de nuevo, el discurso de la izquierda. Pero, la ambición de Irene Lozano consiste precisamente en no ser ambiciosa. La autora se contenta con enterrar a los muertos vivientes –jóvenes, incluidos- de la izquierda y plantear una izquierda posible, una izquierda ilustrada, democrática y redistributiva. Presidente, tome nota.
Pedro Sánchez no toma nota
El Presidente –todo por el poder- no toma nota de lo que implica pactar con el nacionalismo catalán de derecha e izquierda. No entiende que en Cataluña el progresista es reaccionario, el solidario es egoísta, el internacionalista es localista y el nacionalista lo es –interesado, falaz, intrigante y malintencionado- de tomo y lomo. Como si de un sindicato de clase se tratará.
El Presidente –todo por el poder- no toma nota de lo que implica pactar con Sumar. No entiende que coaligarse con los restos del naufragio comunista equivale a despotismo político, ineficacia económica e ineficiencia administrativa. Como si de un falansterio se tratara. Y ese Muro metafórico real que se levanta de nuevo.
Los libros boca abajo
Pedro Sánchez, sin ideología, ni convicciones, ni escrúpulos, ni moral, rehén de sus engaños, mentiras, cambios de opinión, sin límite, pactos y coaliciones, es un cautivo de sus intereses y tacticismos. De ahí, Tierra firme. De ahí que la gente coloque boca abajo el libro de Pedro Sánchez en las librerías. Como dijo Octavio Paz, la risa es la única filosofía crítica que nos queda.