Las tácticas transaccionales de Trump: Las cifras que ilustran el poder económico de EE UU
Donald Trump impondrá una política exterior y económica basada en los aranceles para mantener el liderazgo mundial a nivel económico y tecnológico de EE UU.
Estados Unidos, la primera economía mundial, con un PIB de 30 billones de dólares, forjó después de la II Guerra Mundial instituciones y alianzas que promovieron la democracia y economía de mercado.
El multilateralismo ha sido la fórmula escogida para gobernar tanto por presidentes demócratas como republicanos. Pero con Donald Trump como nuevo presidente de Estados Ubnidos, este modelo de relación puede cambiar, como quedó ayer claro en su discurso en el Capitolio.
La gobernanza internacional se ha complicado debido al cambio climático, pandemias, terrorismo islámico, crisis financieras recurrentes y creación y destrucción de empleos debido a la cuarta revolución tecnológica. El enfrentamiento entre las democracias y la alianza Rusia-China con apoyo de los BRICS ha empeorado después de la invasión de Ucrania.
La pretensión de Pedro Sánchez de liderar la oposición internacional a Trump perjudicará a nuestra economía
No se ha impuesto la democracia y la economía de mercado en todo el mundo por múltiples causas. Una es la supervivencia de la agresiva dictadura comunista en China y de Vladimir Putin en Rusia desde el año 2000.
La coalición de EE UU, UE, Reino Unido, Canadá, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, Taiwán, Singapur, Noruega y Suiza tiene un PIB conjunto de 68 billones de dólares, más del triple que el de China (19,5 billones) y Rusia (2,1 billones).
Pero Moscú y Beijing han conseguido que India, Brasil, Sudáfrica y Turquía eleven sus flujos comerciales y de inversión con el eje Rusia-China.
La Administración estadounidense fomentó la integración europea mediante el European Recovery Plan (Plan Marshall, 1948), gestionado por la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE). Entre 1948 y 1951, distribuyó 150 billones de dólares para financiar la reconstrucción y recuperación europea.
Después del final de la Guerra Fría, EE UU nuevamente fue decisivo en la fundación de instituciones multilaterales que complementaran a las de Bretton Woods (1944, FMI y Banco Mundial) y los cuatro bancos regionales de desarrollo: Banco Interamericano de Desarrollo (1959), Banco Africano de Desarrollo (1964), Banco Asiático de Desarrollo (1966) y Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD, 1990). Impulsó la APEC (1989, 21 miembros) y el G20 (1999).
En la actualidad, Washington cuenta con 31 aliados en la OTAN, la relación especial con el Reino Unido, sus socios en el USMCA Canadá y México, el Quad con Japón, India y Australia y la trilateral con Japón y Corea del Sur.
Barack Obama fue el motor de la negociación del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP) con once estados de la cuenca del Pacífico. Era un acuerdo económico de nueva generación. Además de reducir aranceles liberalizaba el comercio de servicios y las licitaciones. Como contrapartida exigía altos estándares de protección laboral y medioambiental.
Después de que Donald Trump retirara a EE UU del TPP, los otros once socios concluyeron el Acuerdo Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico en 2018.
La estrategia de Trump
Trump prefiere una táctica transaccional basada en la amenaza de aranceles contra países con superávit comercial abultado con EE UU, aliados que no invierten suficientemente en defensa y los que rechacen aceptar a los inmigrantes indocumentados que expulsará.
La pasión del magnate neoyorquino por el arancel ha dado resultados.
Renegoció en su primer mandato el TLCAN con México y Canadá, el tratado comercial con Corea del Sur y desequilibrios con la UE. Sumado al poderío militar estadounidense, la advertencia de subir aranceles ha propiciado que Putin quiera negociar un final de la guerra en Ucrania.
Ante la aparentemente absurda reclamación de apoderarse de Groenlandia, el primer ministro de Dinamarca y líder de Groenlandia anunciaron más inversión en defensa y deseo de tratar con el nuevo presidente.
Coloso económico
EE UU es aún un coloso económico, comercial, financiero y tecnológico mundial.
El dólar constituye un 58% de las reservas de divisas mundiales. Se utiliza en el 97% de las transacciones comerciales en las Américas, el 74% de las asiáticas y 79% de las internacionales.
EE UU goza de pleno empleo, con un paro de 4,1%. El PIB del país cerrará 2024 con un alza cerca del 3% y se prevé un 2,5% en 2025. El crecimiento puede ser mayor porque Trump eliminará regulaciones, incrementará la exploración y producción de hidrocarburos e intentará prorrogar los recortes de impuestos de su reforma fiscal de 2017.
En 2022-2023, EE UU atrajo el 41% de la Inversión Extranjera Directa (IED) mundial, casi el doble del porcentaje anterior a Covid. El stock de IED de EE UU en el mundo en 2023 aumentó hasta 6,6 billones de dólares. El mayor incremento fue en Europa, con 147.000 millones.
Los mercados de deuda estadounidenses son los más potentes del mundo. Los índices bursátiles de EE UU se hallan cerca de sus récords históricos. La capitalización bursátil del S&P (49,8 billones) y Nasdaq (43 billones) es muy superior al de Euronext (11,1 billones) o Beijing (6,5 billones).
Aumenta la diferencia entre la capitalización bursátil de las primeras diez empresas estadounidenses, que asciende a 20,4 billones, y el PIB de China, que es de 19,5 billones.
Los ocho primeros gigantes bursátiles de EEUU son titanes tecnológicos: Apple (3,45 billones), Nvidia (3,37) Microsoft (3,19), Alphabet (2,4 billones), Amazon (2,37 billones), Meta (1,55 billones), Tesla (1,39), Broadcom (1,07). Les siguen Berkshire Hathaway (957.480 millones) y Eli Lilly (665.548 millones). Elon Musk utilizará X y la espacial SpaceX para promover los intereses de EEUU. Jeff Bezos y Mark Zuckerberg también tienen sintonía con Trump.
La hegemonía de EE UU también se plasma en su extraordinaria capacidad en los últimos cincuenta años de generar empresas nuevas (que no resulten de una fusión o adquisición) con una capitalización bursátil superior a 10.000 millones. Desgraciadamente la UE es incapaz de competir con EE UU.
Pero la relación económica transatlántica es aún la más fuerte del mundo. El stock de IED de EE UU en Europa es de 3,95 billones, cuadriplicando el que tiene en toda la región Asia-Pacífico. El de Europa en EE UU asciende a 3,4 billones, por sólo 988.000 millones en Asia-Pacífico.
La esperanza para Occidente ante la nueva era Trump es que la gran mayoría de estados son gobernados por partidos de centroderecha o coaliciones de centroderecha con partidos más conversadores.
La CDU ganará las elecciones alemanas en febrero y el partido Conservador las de Canadá en marzo. Líderes europeos como Emmanuel Macron y Giorgia Meloni ya han forjado una relación personal fuerte con Trump.
Los demás líderes buscarán estrechar lazos con la Casa Blanca, por convicción ideológica o aceptación de la realidad.
La pretensión de Pedro Sánchez de liderar la oposición internacional a Trump perjudicará a nuestra economía. Joe Biden ya ignoró al presidente del gobierno. Repetirá el error de José Luis Rodríguez Zapatero. Después de exigir la retirada de todas las tropas internacionales de Irak, y de no levantarse durante el paso de la bandera de Estados Unidos, el presidente George W. Bush no se reunió nunca con él durante siete años.