Pedro Sánchez y la Ventana de Overton

La Ventana de Overton, debidamente manejada a la carta, brinda una guía para uso y consumo de unos populistas y unos autócratas especializados en la manipulación, la mitificación y la mistificación de la realidad en beneficio propio

Hace un par de meses, Elon Musk formuló a sus seguidores la siguiente cuestión en las redes sociales: “¿Te has preguntado que es la Ventana de Overton?” El empresario y activista norteamericano ha recuperado y publicitado la teoría de la Ventana de Overton, enunciada por Joseph Overton –ingeniero, abogado, libertario y presidente del Centro Mackinac de Políticas Públicas, un think tank de formación de ejecutivos-, sobre el cambio político.

La teoría de la Ventana de Overton se diseñó a mediados de la década de los 90 del siglo pasado y puede encontrarse, en lengua española, en la página de MacKinak Center For Public Policy con el título The Overton Window.   

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Foto: Alberto Ortega / Europa Press

Los políticos suelen promover las ideas aceptadas      

La Ventana de Overton –señala el autor y perfila el think tank- es un modelo para entender cómo las ideas en la sociedad cambian con el tiempo e influyen en la política.

El principio de la Ventana  es que los políticos están limitados en cuanto a las ideas que pueden apoyar: por lo general, solo promueven políticas que son ampliamente aceptadas en toda la sociedad como opciones políticas legítimas. Estas políticas se encuentran dentro de la Ventana de Overton. Existen otras ideas, pero los políticos corren el riesgo de perder el apoyo popular si las defienden. Son las políticas que se encuentran fuera de la Ventana de Overton.

A veces los políticos respaldan ideas poco aceptadas

La Ventana de Overton puede tanto cambiar como expandirse, ya sea aumentando o reduciendo el número de ideas que los políticos pueden apoyar sin arriesgar indebidamente su apoyo electoral. A veces, los políticos pueden mover la Ventana de Overton al respaldar con valentía una política que está fuera de la ventana, pero esto es poco frecuente.

Más a menudo, la ventana se mueve en función de un fenómeno mucho más complejo y dinámico, que no se puede controlar fácilmente desde arriba: la lenta evolución de los valores y las normas sociales.

El marco de la Ventana de Overton

Joshua Treviño, consultor y redactor de los discursos de George W. Bush, elaboró un diagrama en donde aparecían los distintos “grados de aceptación” –el marco- que incorporaba la Ventana de Overton: inconcebible, radical, aceptable, sensato, popular y político. Un ejemplo: el aborto.

En principio, resulta inconcebible la despenalización o legalización del aborto, pero posteriormente y de manera gradual -con la colaboración de la medicina, la ética liberal, el feminismo, el progresismo, la ideología política y los medios de comunicación- la ciudadanía concibe el aborto como una práctica radical que habría de tenerse en cuenta para, al cabo de un tiempo, catalogarlo como aceptable, después sensato y finalmente popular y formar parte de la legalidad vigente.

Algo parecido ocurre, pero a la inversa, con la esclavitud: de lo político, popular y sensato a lo aceptable, radical e inconcebible.

Pedro Sánchez, de lo inconcebible a lo político

La Ventana de Overton es una buena herramienta, o modelo, para registrar el desarrollo y la evolución del sexenio sanchista que va del 2018 al 2024. Pedro Sánchez responde al político que se mueve, sacando a colación el diagrama de la Ventana de Overton,  en el extremo de lo inconcebible y, en un tiempo record, contra la lenta evolución habitual, alcanza lo popular y lo político. Un ejemplo: la ley  de amnistía de la cual se benefician los sediciosos nacionalistas catalanes.  

«Existen otras ideas, pero los políticos corren el riesgo de perder el apoyo popular si las defienden»

En principio –julio de 2023-, la ley de amnistía diseñada a la carta de los sediciosos es inconcebible. Dos razones: Pedro Sánchez la rechaza y el ordenamiento constitucional vigente no lo contempla al atentar contra los artículos 9.3 (“la Constitución garantiza el principio de legalidad”, 14 (“los españoles son iguales ante la ley”), 117.3 (“el ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por las leyes”), 18 (“es obligado cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de los Jueces y Tribunales”) y 62.i (no se “podrá autorizar indultos generales”).  Finalmente –mayo 2024-, la amnistía llegó.

El salto de Pedro Sánchez      

En diez meses, Pedro Sánchez consiguió saltar de lo inconcebible a lo político pasando por lo radical, lo aceptable, lo sensato y lo  popular. ¿Cómo se cocinó la amnistía para los sediciosos? Asociando la amnistía a la concordia, el entendimiento y la cicatrización de las heridas. La amnistía como terapia frente al odio y la venganza.

El lenguaje, debidamente orquestado y publicitado, posibilita el salto en los grados de aceptación de la Ventana de Overton. Un ejemplo de ingeniería sociopisológica deliberada que podría legalizar lo que se pretenda.

Una idea insensata –irresponsable, imprudente, irreflexiva- acaba siendo sensata y colonizando la conciencia de una parte importante de la ciudadanía. Lo que vale para la amnistía vale igualmente para la política económica, la fiscalidad, la vivienda o lo que se tercie.

Para uso y consumo de populistas y autócratas            

Propiamente hablando, la Ventana de Overton es una variante de la escala de valores –con sus variaciones constantes, como si de la Bolsa se tratara- de la sociedad. La Ventana de Overton no juzga, solo constata. Pero, también es algo más: la Ventana de Overton, debidamente manejada a la carta, brinda una guía para uso y consumo de unos populistas y unos autócratas especializados en la manipulación, la mitificación y la mistificación de la realidad en beneficio propio. Pedro Sánchez, por ejemplo.

El método, siguiendo el diagrama de Joseph Overton: se publicitan unas ideas hoy inconcebibles –pongamos por caso el peligro y/o futuro de una Cataluña dislocada y descompuesta si no se toma ninguna medida- para así vender como aceptables unas ideas radicales –el indulto y la amnistía de los sediciosos seguidos de la derogación del tipo penal de la sedición y de la reducción de penas por el tipo de la malversación- que únicamente benefician –el poder- a quien las promueve.

En el caso que nos ocupa, así se disfraza el carácter ultra de Pedro Sánchez y un PSOE granítico. Un modus operandi que forma parte de los manuales del populismo.           

Mentiras, distorsiones, malentendidos

El portal The Overton Window, del think tankMacKinak Center For Public Polic, que se dedica a mejorar la calidad de vida del ciudadano e impulsa la Ventana de Overton, formula una pregunta que inmediatamente contesta.

La pregunta: ¿Puede la Ventana de Overton ser desplazada por mentiras, distorsiones o malentendidos? La respuesta: “Sí, la Ventana de Overton puede verse tan fácilmente influenciada por la verdad y los hechos como por la información inexacta o engañosa”. Díganselo a Pedro Sánchez.