A 50 días

“A Sánchez no le preocupa la opinión pública ni las manifestaciones, solo le preocupa el carácter voluble de Puigdemont”

“Quienes alcanzan el poder con demagogia acaban haciendo pagar un precio muy alto al país”. La frase es de gran actualidad y podría aplicarse hoy al proceder de Pedro Sánchez, pero la pronuncio Adolfo Suárez durante el mitin de cierre de la campaña electoral de las primeras elecciones democráticas en España en 1977.

Hoy faltan 50 días para que, como sucedía en el programa televisión Un, Dos, Tres, suene la sirena y alguien grite “¡Campana y se acabó!”. El presidente en funciones necesita todos y cada uno de los 50 días que faltan hasta ese momento para atar todos los cabos de un pacto a seis bandas.

Si la política fuera una quiniela

Si esto fuera fútbol el BNG y Sumar son un 1 en la quiniela de Sánchez. Estos dos partidos no tienen nada que discrepar ni obstáculo ninguno a presentar.

Bildu también es un 1 dado que tiene un único objetivo: la excarcelación de todos los etarras y para eso necesita a Sánchez en Moncloa y que no haya ruido. Los bilduetarras, a diferencia de Puigdemont, no precisan hacer patente que mandan con gestos públicos, reuniones o declaraciones altisonantes. Lo suyo es sacar de la cárcel a cuantos más asesinos, extorsionadores y secuestradores mejor.

El poder que a los batasunos interesa de verdad es el vasco y el navarro y lo tiene a su alcance a pocos meses vista en el primer caso y en el segundo ya lo disfrutan, con la misma discreción con la van abriendo celdas.

El PNV, ERC y Junts son una apuesta doble: 1 X. El 2, o el voto contrario está descartado, pero con estos tres partidos todo es más difícil y por eso en Moncloa y en Ferraz necesitan tiempo y Francina Armengol se lo ha dado.   

Nacionalistas contra las cuerdas

El PNV y ERC están contra las cuerdas. Ambos están pagando el precio de sus pactos con los socialistas, pero a la vez los necesitan para aferrarse al poder. Sabin Etxea y los de Junqueras no solo quieren concesiones, quieren que se visualice su poder.

A los batasunos no les importa que el PSOE se comprometa a seguir en el gobierno vasco con el PNV tras las elecciones autonómicas del próximo año, su primer objetivo no es Ajuria Enea si no la apertura de las prisiones. Los bilduetarras llegaran al poder por agotamiento del PNV al igual que su homologa catalana, CiU, termino devorada por el fanatismo nacionalista que ellos mismos alimentaron.

Puigdemont o vota sí o vota no pero no aceptará un compromiso a media luz que suponga una abstención

ERC pretende evitar lo inevitable que no es otra cosa que la hecatombe y para eso creen que además de la transferencia de Cercanías Renfe es importante que el pacto lo firmen Marta Rovira y Junqueras junto a Aragonés con Rovira ya libre de cualquier imputación en su Vic natal. Si eso no es posible pedirán que el pacto se firme en Suiza. Es sabido que los españoles con dinero y poder han ido tradicionalmente a Suiza a defraudar y a delinquir, en este caso la tradición continuará.

El dilema de Junts

Finalmente, en estos 50 días falta acordar con Junts. En Ferraz ya han comprobado que no van a poder domesticar a Puigdemont. Ante la insinuación de Coalición Canaria de que podría votar por Sánchez para rebajar el poder de Junts, en Waterloo se han apresurado a aclarar que la suya es una apuesta al todo o nada.

Puigdemont o vota sí o vota no pero no aceptará un compromiso a media luz que suponga una abstención. Como ya dijo el prófugo expresidente en una rueda de prensa de primeros de septiembre en Bruselas: “corresponde al PSOE determinar si está por un compromiso histórico o no”.

A Sánchez no le preocupan sus bases, ante la expectativa de poder y de que “les caiga algo” estas son silentes. Al presidente tampoco le preocupa la opinión pública ni las manifestaciones, solo le preocupa el carácter voluble de Puigdemont.

En espera de la decisión de Puigdemont

El chiringuito al estilo de parlamento de Zamunda que Puigdemont se monto en Bélgica, el Consell de la República, votará entre el 17 y el 23 de octubre si apoyan que Puigdemont pacte con Sánchez o no.

Lo que decidan los más de 100.000 socios del Consell de la República al corriente de pago del alquiler del chalet de Waterloo no es vinculante pero el expresidente fugado debe hacer el paripé y esperar a que hablen sus seguidores. Cuando eso suceda quedaran solo cuatro días. Estar tan pendiente de Puigdemont fastidia a Sánchez ¡Y de qué manera!

Es un poco macabra, pero TV3 y todos los medios públicos y subvencionados ya preparan el programa especial del retorno de Pugidemont coincidiendo con el día de la Constitución.