Nueva etapa política en Cataluña
Tras años de movilización política independentista, los logros conseguidos hasta la fecha se concentraron en mantener viva la llama independentista mientras la gobernabilidad de Cataluña pasaba a un segundo plano
Las elecciones catalanas del 12 mayo van a dirimir, entre otras cuestiones, si los catalanes apuestan por un líder fuerte, como es el caso de Carles Puigdemont, para abrir una nueva etapa o, por el contrario, apuestan por votar a partidos que tengan la capacidad de liderar un cambio significativo, en Cataluña como es el PSC.
Desde el punto de vista de los ciudadanos de Cataluña, las elecciones se interpretan como la última oportunidad para lograr un cambio significativo en la gobernanza de las instituciones. Nadie olvida que, tras años de movilización política independentista, los logros conseguidos hasta la fecha se concentraron en mantener viva la llama independentista mientras la gobernabilidad de Cataluña pasaba a un segundo plano.
Más allá del debate ideológico entre izquierda y derecha o de las tensiones entre independentismo y anti independentismo, se va asentando en el ánimo de muchos votantes la necesidad de abrir una nueva etapa política que permita gobernar Cataluña.
Todo el mundo es consciente de que, tras las elecciones catalanas, se abre un abanico de pactos políticos para gobernar; pactos como la reedición de un tripartito de izquierda, una mayoría independentista o un acuerdo de investidura para no repetir las elecciones entre fuerzas independentistas y no independentistas, entre otros.
Se dibujan muchas posibilidades para evitar repetir las elecciones y todas ellas van a tener un común denominador: buscar la fórmula de abrir una nueva etapa en Cataluña que permita fortalecer el papel de las instituciones para poder gobernar.
Nos encontramos ante la paradoja de observar que todos los partidos orientan la campaña para demostrar estar en mejores condiciones que los otros para gobernar el día a día, mientras que la fuerte fragmentación política parlamentaria les impide lograrlo.
«Se va asentando en el ánimo de muchos votantes la necesidad de abrir una nueva etapa política»
El deseo de poner en marcha una nueva etapa política en Cataluña choca con la realidad. Sin embargo, todos los partidos son conscientes de que, tras las elecciones, debe poderse dar estabilidad a las instituciones para poder hacer política.
Poco importara que durante la campaña electoral se debata sobre cómo afrontar la sequía, la ampliación del aeropuerto de Barcelona, la reducción de impuestos o aumentar los recursos en la sanidad o la educación, si tras las elecciones no es posible establecer un amplio acuerdo para la gobernabilidad de Cataluña entre los principales partidos con opción a ganar las elecciones, como es el caso del PSC, Junts o ERC.