Nada cambiará gane quien gane hoy en Cataluña 

Para Sánchez hoy podrían cambiar muchas cosas, pero en Cataluña nada cambiará, el daño ya está hecho

Hoy Sánchez tiene ante sí otro día de esos que tanto le gustan a él, en los que juega al límite y lleva a todos al borde del precipicio. Hoy son las elecciones catalanas en la que sus socios se enfrentan entre ellos y él puede vivir la incómoda situación de ganarles… o puede suceder todo lo contrario. Sánchez como guionista e improvisador es mucho mejor que como gobernante.  

Para Sánchez hoy podrían cambiar muchas cosas, pero en Cataluña nada cambiará, el daño ya está hecho. Las empresas ya se fueron, el liderazgo ya se perdió, la Agencia del medicamento no llego a aterrizar jamás, la ampliación de aeropuerto no despega y la F1 parece a punto de salir disparada. No habrá grandes diferencias entre que gobierne Illa, Puigdemont o Aragonés como no las ha habido entre los gobiernos de Montilla, Mas, Puigdemont, Torra o Aragonés.  

Estatalismo intervencionista, programa woke, inestabilidad política, marco mental cupaire (de la anticapitalista CUP), elevada fiscalidad y baja calidad educativa, eso si rabiosamente monolingüe. ERC, PSC y Junts se han intercambiado y compartido el poder durante décadas y el resultado nefasto es responsabilidad de todos ellos en partes iguales.  

Si para Cataluña la mala suerte está echada para Sánchez el día es más incierto ¿Y si los independentistas suman y una vez tengan la amnistía en el bolsillo le dejan caer al igual que él ha hecho con tantos de su propio partido y aledaños? Pero incluso de eso puede salir indemne porque si le fuerzan a adelantar elecciones quizás vaya y las gane.  

“No habrá grandes diferencias entre que gobierne Illa, Puigdemont o Aragonés como no las ha habido entre los gobiernos de Montilla, Mas, Puigdemont, Torra o Aragonés”

Cataluña hoy acude a las urnas, para alguien del resto de España es difícil discernir que separa a ERC de Junts y a esta de la CUP o de Aliança Catalana, todos son partidos independentistas con una gran frustración por formar parte de un país que les mima y que cuanto más cariño les da más odian.

Dentro de Cataluña las diferencias están claras, son de índole personal. Junqueras detesta a Puigdemont, este a su vez desprecia a Aragonés quién ahora no soporta a su hasta hace no tanto tiempo policía icónico, Josep Lluís Trapero. Los Monty Phyton del separatismo ya no recuerdan cuando ni porque empezaron sus diferencias irreconciliables.   

Las instituciones españolas y sus gobernantes son unos monigotes en manos del independentismo catalán. El Tribunal Constitucional avaló que hoy un individuo con el DNI caducado y que no se puede votar ni a sí mismo porque huyo de su país para no rendir cuentas ante la justicia pueda acabar la noche en condiciones de exigir la presidencia de la Generalitat.

GRAFCAT4150. TARRAGONA, 09/05/2024.- Vista de carteles electorales pidiendo el voto en las elecciones catalanas del 12 de mayo en el centro de Tarragona. EFE/Enric Fontcuberta
Vista de carteles electorales pidiendo el voto en las elecciones catalanas del 12 de mayo en el centro de Tarragona. EFE/Enric Fontcuberta

Si hoy cualquier lector pretende abrir una cuenta bancaria o votar por correo con el DNI caducado no le dejarán, pero no se le ocurra recurrir al constitucional, está demostrado que, a día de hoy, ser odiador de todo lo español da un plus de protección en las altas instituciones del estado.  

Esta noche fuera de Cataluña todo el mundo se irá a dormir tan tranquilo, y harán bien, la extravagancia ha sido incorporada al imaginario popular como algo habitual. A muchos les asombra que Trump pueda acabar presidiendo los EE.UU no desde el despacho Oval sino desde un penal y no caen en la cuenta que eso en Cataluña ya ha pasado.

La política catalana es para la mayoría de españoles residentes en las otras 16 comunidades autónomas como el vecino que tiene un perro que todo el día ladra o el que sale al rellano a fumar, una molestia que de tanto verlos y oírlos hemos acabado por normalizarlos y ya ni somos conscientes de que están ahí pero están, y fastidian, ¡vamos si fastidian!.