Menos lobos

Se antoja difícil imaginar un acuerdo con los secesionistas que no vulnere la Ley

Con la derrota de Feijóo en el Congreso de los Diputados llega el momento que Sánchez tanto ha estado esperando en cuanto el Rey le encargue el cometido. Para eso, dado que ni ERC ni Bildu ni Junts asisten a las recepciones del monarca, ¿Sánchez tendrá que ejercer de portavoz de estos tres grupos independentistas para asegurar a Felipe VI que cuenta con su apoyo? Desde hace años nuestro país transita por un camino paralelo al de la normalidad.

Sea como se resuelva este nudo gordiano, Pedro Sánchez tendrá que retratarse, al fin. Y demostrar si está dispuesto a ser presidente a costa de la Constitución cuya deconstrucción persiguen sus posibles socios. Si los independentistas catalanes han aparcado su pugna histórica para unirse en el cerco a Pedro Sánchez encareciendo sus condiciones para salvarle la investidura, es porque saben que están frente a un candidato a la presidencia capaz de pagar cualquier factura con tal de permanecer en el poder.

Un líder socialista, que ha permanecido escondido durante dos sesiones parlamentarias tras uno de los portavoces más zafios de su grupo para no tener que dar explicaciones sobre sus negociaciones con Puigdemont, dando una imagen de desprecio hacia Feijóo y de cobardía ante la Cámara.

Si se confirma su candidatura a la investidura, tendrá que dar cuenta a sus votantes, a los que negó, en campaña electoral, que fuera a conceder una amnistía a quienes intentaron dar un golpe a la Constitución y quebrantaron la convivencia desde el poder en Cataluña, hace ahora seis años.

¿Quién está escenificando más: Sánchez o los secesionistas?

La investidura de Sánchez, oficialmente, vale una ley de amnistía y el referéndum de autodeterminación. ERC y Junts envidan. Y lo hacen juntos. Y el PSOE lo ve, aunque todavía le cuesta reconocerlo. Está siendo una jugada dura, en la que los secesionistas apuestan con ventaja.

Ya se lo dijo el prófugo de Waterloo en cuanto empezó a enseñar la baraja en público: la banca siempre gana. Pero queda mucho tiempo aún para el postureo en plena ceremonia del apareamiento político. ¿Quién está escenificando más: los secesionistas con su hoja de ruta compartida o los socialistas cuando dicen que no negocian nada fuera de la Constitución? Lo sabremos al final de este oscuro túnel.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. EFE/ Sergio Pérez

Pero, de momento, lo que hemos ido viendo es que tanto Junqueras como Puigdemont han decidido unir sus fuerzas para concretar su exigencia de una ley de amnistía y el referéndum desde el Parlamento catalán. Los socialistas, de momento, mantienen el rumbo constitucionalista. Nada fuera de la ley, dice Salvador Illa visiblemente molesto por la resolución de los independentistas. Se antoja difícil, sin embargo, imaginar un acuerdo con los secesionistas, sobre todo con Junts, que no vulnere las normas.

Si algo hay que reconocer a los protagonistas del malogrado ‘procés’ es que ellos no engañaron a nadie. Vienen exigiendo lo mismo desde hace demasiado tiempo. Y ahora lo que pretenden es que se borren lo que la Justicia calificó de delitos. Van logrando avances, gracias a Sánchez. Ya no son delincuentes de sedición porque esa calificación ha desaparecido del Código Penal. Pero quieren mucho más.

Si algo hay que reconocer a los protagonistas del malogrado ‘procés’ es que ellos no engañaron a nadie

Por eso han vuelto a retomar su propuesta de ley de amnistía presentada en el Congreso en el año 2020 en la que hablaban del derecho de autodeterminación y que fue inadmitida por la Mesa. Exigían, entre otras cosas, la eliminación de antecedentes penales. El procés ¿qué procés? Pelillos a la mar. Si el alzamiento contra la Constitución no hubo lugar y lo que hicieron estuvo bien hecho ¿quién garantiza que hechos similares no se vayan a volver a repetir?

Pedro Sánchez tendrá que retratarse con la amnistía y la autodeterminación

Pocos observadores dan credibilidad a la actitud que mantienen, hoy por hoy, los socialistas cuando aseguran que no cederán ante exigencias que desborden la Constitución. Veremos. Si los socialistas no están por el camino de la ruptura, tendrán que cambiar de escenario. Así es que, menos lobos. Si ahora envían mensajes claros, van destinados a apaciguar los ánimos en el mundo constitucionalista que el próximo 8 de octubre piensa salir a las calles de Barcelona para manifestar su oposición a tanta cesión.

¿Estará dispuesto Pedro Sánchez a frenar antes de conducir a este país al abismo de la ruptura? Llegados a este punto, debería consultar a la ciudadanía. Si está dispuesto a pasarse al lado oscuro de la amnistía y la autodeterminación debería convocar elecciones y esta ve: explicar a su electorado sus verdaderas intenciones.