Macron, Letta y el despertar europeo
Como apunta acertadamente el presidente de la República Francesa , el Viejo Continente no puede depender de Vladímir Putin para su consumo energético, y la cadena de suministro de semiconductores o metales raros no puede estar supeditada a los cálculos del dirigente chino, Xi Jinping
“Europa puede morir, y solamente depende de nuestras decisiones. Pero se deben tomar ahora”. Un contundente Emmanuel Macron regresaba esta semana a la universidad parisina de La Sorbona para trasladar su visión del futuro de la integración europea.
La Unión Europea parece haber despertado geopolíticamente. Como apunta acertadamente el presidente de la República, el Viejo Continente no puede depender de Vladímir Putin para su consumo energético, y la cadena de suministro de semiconductores o metales raros (como el berilio, el bismuto o el lantano) no puede estar supeditada a los cálculos del dirigente chino, Xi Jinping.
Estados Unidos y China llevan años apuntalando sus capacidades internas al tiempo que reducen su dependencia exterior, poniendo en entredicho el multilateralismo posterior a la Guerra Fría. Estados Unidos ha impulsado iniciativas como el “Infrastructure Investment and Jobs Act”, el “Inflation Reduction Act” y el “Chips Act”, que en conjunto conllevan una inversión pública de casi dos billones de dólares, para impulsar su competitividad en áreas clave como la innovación verde y los semiconductores. Europa también ha perdido cuota de mercado de tecnología verde ante China, que está redefiniendo el sector de automóvil a nivel global con el desarrollo del mercado del vehículo eléctrico.
Además, con un cuarto de la población mundial votando este año, la nueva economía política podría ensanchar todavía más las grietas del comercio mundial, y desacelerar el intercambio de bienes y servicios que tanto ha beneficiado al bloque comercial europeo. La fragmentación del comercio puede llegar a reducir el PIB mundial en un 7% según datos de la propia Comisión.
Sin embargo, conviene recordar que la Unión Europea constituye el mayor bloque comercial del mundo, con cerca de 450 millones de consumidores. Cuenta, por tanto, con la capacidad de enfrentarse a la incertidumbre exterior y maximizar su potencial para el crecimiento económico.
El informe alerta que los mercados nacionales, diseñados originalmente para proteger las industrias domésticas, ahora actúan como una especie de techo, limitando el potencial de crecimiento de compañías europeas en sectores estratégicos globales.
De hecho, el aprovechamiento del Mercado Único es el elemento central del nuevo informe presidido por Enrico Letta, ex Primer Ministro de Italia y Presidente del Instituto Jacques Delors, bajo el título “Mucho más que un mercado. Velocidad, seguridad, solidaridad. Potenciar el mercado único para ofrecer un futuro sostenible y prosperidad para todos los ciudadanos de la UE”.
El informe alerta que los mercados nacionales, diseñados originalmente para proteger las industrias domésticas, ahora actúan como una especie de techo, limitando el potencial de crecimiento de compañías europeas en sectores estratégicos globales. El bajo nivel de integración del sector financiero, de las telecomunicaciones o de la energía, apunta el informe, es una de las principales razones de la menguante competitividad europea. Según el exdirigente italiano, la política de competencia comunitaria debe redefinir el mercado relevante para velar por la capacidad de las empresas de competir en igualdad de condiciones, tanto dentro como fuera de la Unión.
En el caso de las licitaciones públicas, por ejemplo, todavía existe una baja participación de empresas que no formen parte del Estado miembro donde se produce la licitación, lo que incide de forma negativa en la concurrencia y en las condiciones económicas que se derivan. El Tribunal de Cuentas Europeo ha constatado cómo la competencia en la contratación pública se ha reducido durante la última década.
Otras medidas que plantea el informe incluyen la creación de partenariados público-privados en sectores estratégicos, con apoyo específico para PYMES y start-ups; la creación de un European Knowledge Commons, una plataforma digital centralizada que proporcione acceso a la investigación financiada públicamente; y la armonización de los mecanismos de flujos de datos.
Finalmente, en el ámbito de la defensa y la seguridad, Letta plantea reforzar de forma prioritaria la capacidad industrial, alertando que el 80% de la ayuda otorgada a Ucrania por parte de la UE se gastó en materiales no europeos, mientras que en el caso de Estados Unidos la cifra fue justamente la inversa – el 80% del material proporcionado con fondos federales se produjo a nivel interno.
El nuevo escenario geopolítico pone a Europa en una situación de vulnerabilidad al ser un área con una intensa participación en las cadenas de valor global y una gran dependencia exterior de productos estratégicos. Estas fragilidades han emergido con especial ímpetu durante la pandemia y la invasión de Ucrania. Todo ello, en un contexto económico en el que la UE arrastra una pérdida de productividad desde hace más de dos décadas. Voces como las de Emmanuel Macron y Enrico Letta ponen el foco en la importancia de aprovechar y consolidar el Mercado Único Europeo y su capacidad industrial. ¿Despertará Europa?